Director de “Un poco más”, un Taller de Comunicación social inclusiva para personas con discapacidad .Tienen el programa radial “Un poco más”, que se emite los viernes de 18 a 19 hs por AM 1230, radio Creativa. También crearon una Agencia informativa C.S.I., donde ellos producen la información.
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Un Obstáculo Para la Inclusión
Estaba Diógenes cenando lentejas, cuando al verlo Aristipo, filósofo que gozaba de la protección del Rey, le dijo: "Si aprendieras a ser sumiso al Rey no tendrías que comer esa basura de lentejas", lo que Diógenes replicó: "Si hubieras aprendido tú a comer lentejas, no tendrías que adular al Rey".
27.02.2014 10:13 |
Director de “Un poco más” Raul Peloni |
Al mismo Diógenes, en otra oportunidad, le preguntarían porqué la gente le daba dinero a los pobres y no a los filósofos, a lo que respondió: "porque piensan que ellos pueden llegar a ser pobres, pero nunca a ser filósofos".
Cierta vez que fue tomado de rehén por piratas, fue llevado a Creta y al ser subastado como esclavo, le preguntaron "qué era lo que sabía hacer" y contestó "Mandar, comprueba si alguien quiere comprar un Amo".
Su encuentro mas célebre lo tuvo con Alejandro Magno.
Diógenes de Sínope fue un Filósofo griego perteneciente a la Escuela Cínica, fundada por Antístenes aproximadamente entre el 445 -365 a.c., interesándose más por la sabiduría práctica y sin establecer ningún sistema filosófico.
En una sociedad cuya cosmovisión del Poder era omnipotente, estaban quienes lo detentaban a través de la manipulación o la fuerza, convencidos de poder disponer de manera autoritaria y despiadada de aquellos considerados débiles o imposibilitados de rebelarse o que no tenían otra alternativa que obedecer, disponiendo por lo tanto los mandantes de sus bienes, de su persona, familia y hasta de sus almas. Y como lo demuestra Diógenes de Sínope, existía un grupo cercano al Poder al cual se lo caracterizó con el tiempo como "Los Cortesanos del Palacio" quienes a través de su actitud obsecuente, acomodaticia y pusilánime, (prepotente con el débil y temeroso con el poderoso) obtenían ventajas y hasta disfrutaban de las condiciones de privilegio que les facilitaba ese poder. Tuvieron que pasar muchos siglos y hasta momentos cruentos para que a este Poder omnipotente se lo fuera limitando, desplazando y erradicando con libertad, equidad y con leyes que lo garanticen. En este aspecto mucho tuvo que ver en la sociedad una mayor conciencia social y solidaria, como asimismo su participación y compromiso para respaldar y sostener los derechos humanos logrados. Aún así, y aunque parezca absurdo, todavía existen vestigios culturales y operativos de ese Poder, por lo general cercano, a "ámbitos influyentes", que nostálgicos, ignorantes o por propio interes siguen considerando al poder como un bien patrimonial de los que mandan, el cual debe ser acatado sin opinión, decisión y ninguna participación por los que obedecen.
Una de las características de estas personas o grupos es no experimentar el menor síntoma de dignidad personal o valentía como para no reaccionar ante lo que a simple vista es abusivo e injusto, como tampoco poseen un grado de sensibilidad condescendiente y solidaria para sus semejantes, actitud que les permitiría dejar atrás su condición de súbditos y utilitarios e integrarse a la cosmovisión universal democrática de considerar a todos los seres humanos personas con pensamiento, sentimientos y condiciones diversas, como así también ciudadanos con derechos y obligaciones ante la Ley.
Paradójicamente, quienes más han padecido este accionar autoritario y discriminatorio fueron los sectores a quienes éstos denominaban débiles, entre ellos el de las personas discapacitadas. Y aún, cuando en pleno siglo XXI se perciba un significativo cambio, es observable todavía en ciertas instancias del Poder y de la misma sociedad, la proclividad omnipotente de no visualizar de ellos su condición de persona y mucho menos su condición de ciudadano.