Mar 13.May.2025 8:45 hs.

Buenos Aires
T: 15.7°C  H: 78%
Poemas  de ...

Por Poemas de ...



 | 

Poemas de Rubén Amaya (Tucumán)

 
Poemas de Rubén Amaya (Tucumán)

15.04.2014 09:18 |  de... Poemas  | 

HOGUERAS
alguna desesperanza me ganó la mañana
puso un viejo silencio en la distancia
que va desde el umbral de mi casa
hasta los pasos de alguien
que no viene a buscarme

al vestirme sentí a la soledad
husmeando mis zapatos
revolviendo con dedos amarillos
sus heladas astillas en mis párpados

náufrago entre papeles oscuramente blancos
me apuñalan las palabras por las sombras
para ahogar el grito que perturba mis manos

entonces la escalera repite fuertes pasos
llegan compañeros con su oficio de hoguera
me pongo el viejo compromiso y la mejor tristeza
y salgo a andar la vida y renacer con ella.

QUIERO ESCRIBIR UN POEMA ...
quiero escribir un poema que no tenga descanso
ni escaleras ni nubes que oscurezcan el cielo
quiero escribir un poema de pie a los gritos
porque me empujan los fracasos
los desencuentros en toda esta armonía
ya no soporto el orden universal y magno
quiero hacerlo pedazos
quiero unas piernas de mujer
abiertas al milagro
y un corazón verde donde sembrar un mundo
porque el que me dieron está amarillo y seco
y no alcanzan mi ilusión ni tus ojos
para regar un surco
quiero escribir un poema sin reglas ni medidas
porque no sé si voy a terminarlo
entonces que importa si guardamos las formas
un poema que no tenga continente
porque hace mucho tiempo no sé de donde vengo
mejor dicho lo sé pero me olvido
son muchos años de volver y nunca llego
ya no sé si estoy o quedé en el camino
y esta sombra de mi mismo
quiere soltar el llanto
por mi propio olvido
quiero escribir un poema y nuca empiezo
comenzar todo de nuevo
ya es un discurso viejo
un poema que alguna vez te lo prometo
comenzaré a escribirlo
con tu boca y mis dientes con los desaparecidos
con los pechos en flor
de aquella antigua mujer que enseñó el otoño
quiero escribir un poema
como un animal salvaje
que hunda sus pezuñas
en las buenas costumbres
en la palabra iluminada y docta
oronda y satisfecha de sus propias verdades
un animal sediento de sus límites
que busca en los escombros
una gota tan sólo de la sangre ultrajada
entera en su impureza
quiero escribir un poema
que pase por las calles
como un toro furioso embistiendo los miedos
para que la buena gente
se esconda en sus cárceles
y salgamos a pecho descubierto
los locos los suicidas de sueños
los incurables de amor
los expulsados de todos los paraísos
este poema me acosa me rodea
tengo que enfrentarlo o tirarme al vacío
y no aquí me quedo con el asombro por escudo
que nadie se me acerque
a menos que quiera arder conmigo
inmolarse en el rayo que reconstruya el mundo
el día en que por fin escriba este poema

UNA INMENSA CASA A OSCURAS

recuerdo una inmensa casa a oscuras
y a mi madre repartiendo la luz
todo entre sus brazos sucedía
el pan con manos desveladas
el desconsuelo del salario escaso
la fugaz alegría de una camisa nueva
lleva ochenta años de faltarle tiempo

ochenta años de historia cotidiana
simplemente de pie
sobre la escarcha
con los ojos desnudos
de tragar esperanzas

POR ESO SIEMPRE VUELVO

a buscar esa luz
que se quedó con ella

porque no soy más que un viajero...
porque no soy más que un viajero
que se embarca en la noche
y descubre que indefectiblemente
el silencio habita en los andenes
debo partir y no hay regreso
sólo llevo mi sombra de equipaje
suelo ser un repetido forastero
que ejerce el breve oficio
de ser una distancia
puedo ser una fotografía
un saludo una canción
pero una luna oscura
golpeando en el cemento
arrastra
ya no digo los cuerpos
apenas la epidermis
de rostros ciudades
juramentos circunstancias
tan repetidamente iguales
que ya no sé si es cierto
que alguna vez estuve
o algún funesto viento
me dejó sólo la ausencia

LOS POETAS POPULARES

Los poetas del Olimpo
ejercen la poesía como un sacerdocio,
es comprensible que se sientan alarmados
por nuestra irreverente presencia,
ateos incorregibles del Olimpo,
eternos anarquistas de la mitología.
Si hay que llamar a las cosas por su nombre,
somos los concubinos de la poesía,
los amantes ilegales de la palabra.
Ella baja de los castillos de cristal,
frágil y danzarina como una corzuela.
Nosotros la acechamos desde el viejo bodegón
donde solemos amanecer con nuestras sombras.
Allí a pleno sol la desvestimos.
hasta descubrirle cada poro del sonido,
hasta sentirla abandonada a nuestra sangre.
Después, la echamos a caminar el mundo,
a entregarse bravía a cada pueblo,
a sumergirse en la fogata
donde el hombre muere y resucita,
a tatuarse la piel de tierra, mar, acero,
cielo con la contradicción humana.
A ser abeja reina para ser fecundada,
ser colmada de vida por la vida,
a parir una y mil veces cada día,
y esparcir su oral simiente por el viento,
para que se transformen en susurro, gemido,
inundación de voces en la tierra.
Por las noches, cuando vuelve,
temblando en sus caderas una sílaba,
cansada de beberse tanto idioma,
con maldiciones y juramentos de amor hasta en el pelo,
desfloramos su verbo hasta hacerlo canción.
Finalmente, emprende su regreso al Olimpo,
inexorablemente preñada de nosotros.

EL MUNDO POR EL MEDIO

la tarde se vestía de amarillo rabioso en la vereda
había un aire de sábado a la noche
danzando en el espacio inmóvil
desde mi asombro amanecido
a su perfil prepotente
yo andaba enredado en las orillas de mi infancia
donde hasta el gris es luminoso
de puro descubrirlo
ella vivía un verano desatado
entre sus piernas de mujer y ojos de niña
hubo el fulgor antiguo de un relámpago
que me partió el mundo en dos mitades
desproporcionadamente iguales
fue intuirla y perderla
en un mismo sonido
al dar vuelta la esquina
me quise acomodar la adolescencia
tonto y solo
como un gorrión en la tormenta

ESA ANTIGUA LUZ

recuerdo una inmensa casa a oscuras
y a mi madre repartiendo la luz
todo entre sus brazos sucedía
el pan con manos desveladas
el desconsuelo del salario escaso
la fugaz alegría de una camisa nueva

Se llevó, ochenta años de faltarle tiempo
ochenta años de historia cotidiana
simplemente de pie
sobre la escarcha
con los ojos desnudos
de tragar esperanzas
por eso siempre vuelvo a buscar esa luz
que se quedó con ella

Rubén Amaya (1941). Poeta, narrador y ensayista. Nació en San Miguel de Tucumán. Colaboró en las revistas "Amaru" y "Vieja Lilith" de Buenos Aires y en los periódicos "La Gaceta" de Tucumán y "El Tribuno" de Salta. Fue tres veces Presidente de la Sociedad Argentina de Escritores de Tucumán. Recibió premios municipales, nacionales en el exterior. Es autor de canciones .Realizó espectáculos con Armando Tejada Gómez, Luis Enrique Mejía Godoy, Hamlet Lima Quintana, Norma Elena Gadea, Julio Lacarra, Teresa Parodi, Pablo Milanés, Los Andariegos, Moncho Miérez, Andrea Torres, Los Pregoneros, Claudio Sosa, Rubén Cruz, Litto Nebia, David Lebon, Silvina Garré.
Escribió obras de teatro. Co-fundador del Movimiento Tiempo Abierto en La Matanza (Provincia de Buenos Aires), Co-fundador y Co-Presidente del Movimiento de la Nueva Canción.
Obra publicada
1982 - Simple como el pan Poesía].1985 - Para no decir adiós [Poesía]-1986 - Las palomas pueden ver más de cerca el corazón del hombre [Relatos y poemas].1986 - El viejo compromiso y la mejor tristeza [Poemas].1987 - El arte por la vida [Ensayo].1989 La calesita no se rinde [Cuentos y poemas].1992 Sur... el olvido ¿Y después? [Poemas].1994 - Crónicas del regreso [Poemas].1996 Viaje en cuento [Cuentos].2002 ¿A cuánto se cotiza la cultura? Primera parte [Ensayo]- 2006 ¿A cuánto se cotiza la cultura? Segunda parte [Ensayo] - 2010: La calesita no se rinde (reedición)
 
COMENTARIOS
síganos en Facebook