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Poemas de Amelia Arellano (San Luis)

 
Poemas de Amelia Arellano (San Luis)

08.05.2014 11:18 |  de ... Poemas  | 

RECUÉRDAME COMO ERA
Recuérdame como era antes, amor.
Antes del barro compartido.
Como era, lo que ya no soy.
Como era lo que sigo siendo.
La que acercaba su voz de hierba a tu silencio.
Pigmalión no ha encontrado a Galatea.
La estatuilla, yace fragmentada. Ya no está.
Tampoco está el hombre de los ojos tristes.
El amor ha pasado como pasa la infancia.
El viento, los naufragios, el temblor de los astros.
Ha callado el crepitar sonoro del brocal de greda.
Me han llamado, otras voces, otros viajes.
Me entregado y he sido prisionera.
Errante, amante, prisionera.
He elegido, la voz que no me llama.
Se me ha dado lo que se me ha quitado.
Más, lo que se me ha quitado es lo que se me ha dado.
Tierra se me ha quitado. Tierra se me ha dado.
Y aquí me tienes, de vuelta, amor.
Fatigado corazón de tierra, aún palpitante.

HEREDERA DE SILENCIOS


Ella es la Heredera de todos los silencios.
La veo aun, con su vaso vacío,
Sorbiendo lentamente algo que parece escarcha.
El verano pasa como un potro de fuego.
El insomnio la acecha. La vigila.
Busca esa vieja costumbre de llorar dormida.

Pensar que le gustaba caminar con la lluvia.
Ofrecer su rosa en destruidos desvanes.
Ahora solo tiene el silencio.
No habla. No le hablan.
Solo las cucarachas murmuran.
También los muertos, mas, no entiende el morado.

Y se va por los bares hasta que todos cierran.
Y vuelve, y cuenta, uno a uno sus pasos.
Y bebe. Bebe todos los silencios.
Vacía lentamente la copa.
Allí en el fondo una boca extranjera habla.
Tiernamente le habla…y la besa.

Libre nací y en libertad me fundo
Cervantes.

Hoy me vestiré de sol

Hoy, me vestiré de sol.

Pondré delfines en mi boca.
Beberé agua de la piedra.
Escucharé mis voces de madera garganta.
Orinaré de pié
Me bañare desnuda en el río Cefiso.
Romperé la escarcha.
Me hartaré de verde.
Miraré el espejo de mi lengua.
No esperaré.
Levitaré. Una y otra vez
Seré araña topo gato murciélago lombriz.
Me pondré en el ombligo un tallo de narciso.

Hoy, me vestiré de sol.

CUADRATURA DEL POEMA

A esa mujer le han vendado los ojos.
La han bautizado con un nombre apócrifo.
La han prostituido, le han llamado puta:
Le han profanado el pubis.
Han colocado en sus manos una balanza rota.
La han vestido de impudicia.
Le han pintado el pelo, las uñas y la boca.
Ay, profunda rosa roja que no calla.
Que no sangra, que vuelve al grito barro.
Y regresan palmeras, bosques, llanos.
Desvelados caballos ardiendo en marejadas.
Llega el jinete oscuro en cuadraturas.
Se enternece con sus pechos de luna.
Y la arrulla en un zodíaco de oro.
Y cuenta los lunares de su cuerpo.
Y toma la espada fálica cual si fuera una flecha.
Y la clava, en el punto exacto de sus miedos.
Y enero trae soterrados augurios.
Como aquella vez, la única, la eterna.
La cubre. La posee. La nace.
La inviste, bajo la cruz del sur, ente los médanos.

BARRO
“Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino, que
mancha con su lengua cuanto lame...”
MIGUEL HERNÁNDEZ

De barro soy, y de hojarasca. Y lluvia.
Agua, tierra y aire. Alud de fuego.
Panal de oro en la piel de mi madre.
Aguijón obstinado de mi padre.
Barro, sobre barro derramado.
Barro. Aunque mi nombre sea Mesalina o Lisia.
Aurora o George Sand. Safo, Juana de Arco.

Cántaro que se llena y se vacía.
Y se derrama en los villorrios pobres.
En los ojos de los muertos.
En los adobes tristes, cuna y ataúd
En los nardos de los cementerios
En las nudosas manos de los viejos
En las castas manos de los niños.

En los muros noctámbulos del día.
En los valles de luna y rosedales.
En el furor del viento en tu mirada.
En los arenales de tu boca y la mía.
En la plenitud de pechos impolutos.
En el círculo del cordón umbilical.
En la placenta de la piedra.
En la vida, en la muerte de este barro.
Barro que toma la forma que soy y me contiene.

DUNAS

Estás parado en un universo hecho de piedra y dunas.
Nadie ha de salvarte.
Ni la agonía del polen, ni el parto de la rosa.
Ni las huellas en las ardientes colinas.
Ni la saciedad, ni el hambre.
Ni las ramas que brotan de tus ojos.
Ni los anillos de lluvia.
Ni lo negado, ni lo dado.
Ni la pupila cerrada del Bautista.
Ni la espada, suspendida, de Damocles.
Ni el oro de Siddartha ,ni la plata de la traición abrazo.
Ni Lancelot, ni Gilgamesh. ni el caballo de Troya.
Nada habrá de salvarte.
Acaso los salmos de la historia
Que no has de conocer, hoy. Tal vez, nunca.


FORMA DE BARRO

Es una naranja de ombligo, partida.
O un durazno.
Acaso una granada que sangra.
Es casi una crisálida.
O el Gran Diluvio ahogado en años.
Los pasos transpiran su mirada.
Corre. Se apuran. Se detienen.
Descalzan la mañana.
Le respiran la nuca .Bostezan.
Las mujeres lavan en el río.
Ella, vestida de poema oscuro, las contempla.
Las ama, y las envidia y las aspira.
Tiernas penas le cantan a la nana.
El niño lame el amarillo del ocaso.
No te duermas mi niño.
Ya habrá tiempos de dagas y de cruces.
Es la última mirada, el último regreso
Una lágrima callada, calladamente cae sobre el río.
El río toma su frágil sombra.
Cual si tomara un pájaro, un niño, un ángel.
Le da forma de barro...y la ama.


LOS PERROS DEL MIEDO

Sin anunciarse.
Nuevamente, han llegado los perros del miedo.
En sangrientas jaurías

Ya no temo.
Son parte de mis antiguas criptas.
Escamas sobre escamas.
Los conozco, los acepto.
Como los excrementos y las moscas.
Como las pesadillas y los piojos.
Como los mocos y el hedor.

Huésped de burdeles celestiales
Hambre y uvas de amatista
Velo blanco, país inmaculado de la misoginia.
Onan, Don Juan, Edipo, Maquiavelo.
El niño lleva ambos ojos vendados.
Danza de psicotrópicos .Sodoma .Príapo

¿Como he de temer, entonces?
¿Cómo temer?
¿Las sangrientas jaurías de los miedos?

POLVO ENAMORADO
He amado tanto pero tanto que he terminado odiando
Las implacables sendas que me regresan al origen.
He amado tanto pero tanto, que la caricia se me ha vuelto arcilla,
Que el cuenco de barro que me habita, se ha trizado.
En lo que fue un rubí pasión ardiente.
Gritos sordos de polvo de memorias.
He amado tanto pero tanto, que he anegado el trigal y los olvidos.
Los horcones del huerto se han podrido.
Y no hay panes, ni manzanas, ni amarillos
No ha quedado madera para mesa, para cuna, para cruces.
Un cenagal tapa ataúdes
He amado tanto pero tanto, que ha fenecido la luz vela bosque crepitante,
Han sucumbido los pájaros y el nido
Y no hay ramas, ni duraznos, ni niños.
Un cielo calcinante ha ennegrecido el fulgor de los espejos
Nada queda para reflejarse
He amado tanto pero tanto, que aun me duelen las risas y los soles
Y aunque de polvo vuele, volveré. Volveré, en polvo
“En polvo enamorado”

MELODÍA EN AZUL
Te escribo con azul porque azul es mi huerto.
Mi madre es una rosa quieta.
Mi abuela, un lirio de agua, inquieto
Quiero contarte del bautismo en el río.
Donde termina el mar
Allí comienzan las colinas del regreso.
He desayunado, corolarios de infancia
La muñeca de palo, gozosa, lee ojos de carbón amargo
El viento quebró los últimos geranios del verano.
Se han marchado, gnomos y duendes.
Los retamos de enero, son los únicos que se niegan a partir.
Se ha marchado el baúl de la abuela.
Oh, el baúl de la abuela.
Dónde esconderé mis miedos, me pregunto.
El molino esta quieto, la brújula partida y la silla rota.
Las palomitas de maíz no han brotado.
Caperucita, se ha comido la abuela disfrazada de lobo
A Pinocho no le crece la nariz, aunque mienta.
La madrastra de la cenicienta lee” Selecciones”
La bruja de Hansel y Gretel tiene micro hornos.
El sapo no es príncipe, ni el príncipe es el sapo.
Blanca Nieves mide 90-60-90, mas el botox , claro.
A los cinco chanchitos los venden en la feria.
El pan es pan y el vino, vino.
Las fábulas se escriben en los diarios.
Las novelas son alimentos cotidianos.
Nuevo milenio.
Mides lo que vales.
Llegar a la cima vale diez mil pesos.
Un cuerpo vale seiscientos.
Mi corazón no vale nada.

Te escribo con azul empecinado.
Empecinadamente azul, huerto, gramilla, cielo.
Esperma seco de dragón: Jade.
En turmalina, turquesa, aguamarina
Amarillos, retamos, baúl, silla, muñeca de madera.
Azules nomeolvides. Esperen. Espérenme.
Espérenme en azul.
Quizás aún, sea posible, el regreso.

Amelia Arellano (San Luis).Es Psicóloga, colabora como escritora en medios locales, nacionales e internacionales. También en sitios Web nacionales e internacionales. Socia Fundadora y Presidente actual del” Movimiento Cultural Poetas del Exilio”.
Sus producciones han sido traducidas al inglés, alemán y catalán. Ha publicado narrativa, ensayo y poesía en ediciones individuales. También diversas Antologías en papel y/o virtuales. Gano premios y distinciones nacionales y provinciales e internacionales, con jurados como Osvaldo Bayer, Horacio Salas, Tununa Mercado, Jorge Brega.
Se identifica con los movimientos de género y de los de reivindicación de las culturas populares. Para Amelia Arellano el rol del escritor debe ser comprometido. 
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