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Poemas de Laura García del Castaño (Córdoba)


Poemas de Laura García del Castaño (Córdoba)

06.11.2017 06:56 |  de ... Poemas  | 

Dicen que el miedo habla de noche

que si lo escuchas

le crecen alas

y se convierte en el pájaro de la inquietud

 

Dicen que el pájaro de la inquietud

canta a los muertos

que si lo alimentas

pide por ellos

les habla en su idioma

 

Él te ofrece su perdón, su rostro,

un huesito para gastar a escondidas

te exige más semillas

y vos

que no tenés más aliento que la fábula del poema

su dolor, sus contracciones

que no recobras nada de la vida

tras el sueño

qué haces

Salís a buscarle pan, resurrecciones

algún alpiste

Con ramitas de tu culpa le soldás una jaula

para que no escape

 

Crees en él como en un dios

el señor que pastorea en tus entierros

y come de tu insomnio

 

Le basta con que de vez en cuando

le converses

le hagas escuchar de tus desgracias

le subas el volumen por las noches

 

Porque el miedo canta de noche

con el idioma de los muertos

y vos

lazarillo envuelto en la gloria de su amo

por algo,

por algo le entiendes.

 

de La vida en que sueñas (Recovecos 2012)

 

En el correo la mujer que vende sobres es ciega

sus ojos son pisadas de un animal

que huyó hace tiempo

Me reconoce cada vez que llego

Esta mañana me dijo

vos sos la chica que escribe poemas

a quién le enviarás hoy?

Me dio un sobre pequeño donde calza justo un libro

aunque en su mirada no calce una sola visión

Sus ojos son blancos como la espalda de un dios

íntimo con ella

que se rehúsa a mirarnos

de ellos no cae agua nieve

caen esquirlas de un volcán

que trama en las profundidades

Estos son tus poemas? preguntó

tomó el libro pero no como un libro

sino como si tomara un cráneo, un ramo, una espada

algo frágil y feroz, distante a nosotros

Abrió en la página treinta y con sus dedos recorrió los versos

de derecha a izquierda como si desandara un viaje

Se frenó en la palabra ciervo

la acarició una y otra vez

como si hubiese decidido domesticarla

Su índice se superpuso a la palabra

que ya no se vio

como si el ciervo hubiera entrado en ella

como si nunca se hubiese ido

como si sus patas firmes en un nuevo territorio

hubiesen borrado por un instante

las anteriores pisadas.

 

de El animal no domesticado (Pan Comido 2014)

 

El secreto del amor

 

¿Te hablé del amor?

del lomo que brilla debajo

de la crin filosa  que a tu mano se enhebra

¿Cómo se ama? Cómo se administra una avalancha?

¿Has visto una carrera de galgos?

El secreto está en la largada, me dijo un experto

(así como el secreto de la nieve está en apretarla hasta que duela)

en bestias de aspecto sencillo y voluntad poderosa

en rostros escuálidos de oídos sordos y piel clarividente

Él es un viejo hábil

le gustan las mujeres que cambian de gris 

a azul metalizado, como la reina mora

Es un pastor de la conversión 

un fanático de las mutaciones que exigen derrumbamiento

un jardinero de la espera

Esperar que la maleza estalle

Esperar que al galgo le brote la gloria dentro

Esperar que el amor flote en un vaso

como un insecto inevitable

Los galgos no son perros cualquiera

son esquimales altivos que hablan otro idioma

guerreros de flacidez absurda

ángeles de otra siembra, poco corpulentos

nada creíbles

y sin embargo miran un punto

siempre hacia adelante

Correr por correr, desagotando la huida

correr hacia una meta

trazada por un experto en mutaciones

¿Te hablé del amor

de su crin fabulosa que se aprieta como la nieve?

Un día es un perro marrón, 

silvestre, cabizbajo

al otro es un galgo,

alto, azul y prepotente

No, el secreto de las carreras

está en sus mezquinas alianzas para dejarse atrás

las cabezas se estiran

sobre la línea se traicionan

cambian, de azul metalizado

a ceniza.


Callar y tomarse el vientre en señal de espasmo

cuando se ha escuchado esa frase que te devuelve

a la fila de los recién llegados

de los mortalmente ingenuos, de los suspendidos en su voz

 

Abrir una lata como si abriésemos el corazón

para extraer el bicho y arrojar el aceite

que lo conservó omnipotente

 

Cortar la cinta de una vida pensando en un film

para dejar sólo los momentos fuertes

 

Ponerse el abrigo como quien carga

un animal muerto en los hombros

que ya no podrá cubrirnos de la nieve

 

Salir del amor como se sale de un cine

cuando se ha entrado aún de día y ahora llueve

caminar en la confusión

de los que aguardan, ver en nuestro rostro

el final.

 de Los demonios del mar (inédito)

 

Taza de porcelana

Sueldo el ataúd de una mujer llamada Lizzie Borden

y estoy solo

Imagino que sabe de mí

y me avergüenza su fe:

ser curada por alguien que no ha sanado

Imagino un leño que la neumonía extingue

un río al que se ha arrojado un chacal

Esta habitación lleva un oscuro propósito

como en  River Falls   

donde hoy despierta otro sueño americano

Persiste el olor a estaño

en el almuerzo, en el viaje a casa

a la noche pongo el agua para un té 

sigo solo

Algo ruge como Lizzie

en el porche de la casa que no abren

Pienso en la locura

como una taza

donde humea el aliento del día

donde flota la pesadumbre

y  todo rostro de la maldad se refleja y germina

Mi paz brilla como el hacha de Lizzie Borden

Mi voluntad se ha quebrado al ras, como su mango.

 

                          de El sueño de Sara Singer  (Llanto de mudo, 2014)

Laura García del Castaño (Córdoba, 1979) publicó cinco libros de poesía, entre ellos Orquídeas (1996); He hablado con el olvido (1997), El grito (2004) La vida en que sueñas (ed. Recovecos 2012), El animal no domesticado (Pan comido 2014), El sueño de Sara Singer (Llanto de mudo 2014).

Ha participado de Quince, antología de mujeres poetas de Córdoba (ed. Tinta de negros 2010), de la plaqueta Desgraciadas junto a Leticia Ressia, y de Ultrafinas y las Tramontinas del dolor (2012 y 2013 respectivamente).

Escribe en el blog: www.lapalabrasembrada.blogspot.com


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