Vie 09.May.2025 8:00 hs.

Buenos Aires
T: 13.2°C  H: 73%
Luciana  Reif

Por Luciana Reif

 Socióloga y Poeta  


 | 

Kop Kun Kap-Ka. Una noche buena en un pueblo en Tailandia.

 
Kop Kun Kap-Ka. Una noche buena en un pueblo en Tailandia.

02.01.2016 11:38 |  Reif Luciana  | 

Pasamos noche buena en Ao Nang un pueblo costero de Tailandia. Brindamos a las doce pero a nuestro alrededor nadie festejaba. Algunos gringos con gorritos navideños siguieron sus conversaciones mientras tomaban la cerveza local. Me levanté de mi mesa y brinde con cada persona que estaba en el lugar, tratando de pensar que había algo que nos unía a todos. La religión mayoritaria en Tailandia es el budismo y para los locales Papa Noel no existe salvo como una ofrenda hecha al turismo, como un pacto mentiroso en el que por un instante creemos lo mismo y eso nos acerca. Más allá de que los restaurantes promocionaban la cena de noche buena, nadie brindo esa noche y no hubo festejo sino hasta el día siguiente.

El 25 fuimos a tomar algo a un bar con temática reggae a pocas cuadras de nuestro hostel, una banda tocaba temas de Bob Marley. Cuando cambió la música la atención se dirigió afuera del bar, algunos de los mozos con el torso desnudo empezaban a hacer malabares con fuego. Jugar con fuego es la posibilidad de quemarse y al mismo tiempo de resistir el dolor. El mozo se baja los pantalones y juega a pasarse el fuego muy cerca de la pelvis mientras los turistas gritamos y aplaudimos. Un pueblo que sabe resistir el dolor lo convierte en espectáculo y se desnuda frente al turismo, como si todo fuera valido, como si el aplauso los llevará lejos de donde estamos, a algún lugar distinto, tal vez más feliz. Un pueblo turístico siempre mira para afuera antes de volver a mirarse, algo de lo propio se transforma y es dado al otro como un show, como una forma de complacencia.

Pero también hay algo en el pueblo tailandés del gesto sincero, que no necesita desnudarse porque es cristalino, transparente como el agua de las playas. La mujer que me trae el desayuno mientras escribo me sonríe, igual que nos sonríe la mujer que nos vende una excursión, igual que lo hace el dueño del hostel que habla muy poco inglés pero que nos mira como si lo entendiéramos, como si ser amable y hospitalario fuera algo hecho a medida del pueblo tailandés. Hay algo de inocencia en esa sonrisa, que lejos de la espectacularización, es sincera y tranquiliza. Gracias en Tailandés se dice Kop Kun Kap/Ka (ขอบคุณ), las manos se juntan palma con palma a la altura del pecho y nos agachamos un poco haciendo una reverencia, y al bajar la vista miramos nuestros pies, el suelo donde pisamos fuerte antes de volver a levantar la mirada y seguir andando.
 
COMENTARIOS
síganos en Facebook