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El Estado Nacional proveerá medicamentos de producción pública para paliar el dolor por cáncer
18.11.2014 06:44 |
Noticias DiaxDia |
En la primera etapa, el proyecto piloto se aplicará en 10 hospitales públicos. El Laboratorio LIF de Santa Fe es el encargado de la producción de metadona bajo normas de seguridad y calidad internacionales. Ese fármaco se usa para el alivio del dolor de los pacientes oncológicos y otras enfermedades
A partir de ahora, los pacientes de 10 hospitales públicos del país comenzarán a recibir de manera gratuita medicamentos para paliar el dolor provocado por cáncer, fabricados por el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) de Santa Fe. El proyecto piloto que anunciaron hoy autoridades del Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Juan Manzur, forma parte de una política que busca promover la producción pública de fármacos con una visión orientada a garantizar el acceso a opioides para el alivio del dolor.
En esta primera etapa, la metadona se distribuirá en los hospitales Roque Sáenz Peña, Juan Alberdi, Intendente Gabriel Carrasco y el hospital de Niños Víctor Vilela de Rosario; los hospitales Tornú, Udaondo, Instituto Roffo e Instituto Lanari de la Ciudad de Buenos Aires, y también en el hospital nacional Baldomero Sommer, de la provincia de Buenos Aires, ya que son establecimientos que cuentan con un equipo de cuidados paliativos experimentado y sólidamente constituido, además de farmacias hospitalarias con condiciones técnicas y humanas para coordinar el control de dicho fármaco.
“Llevamos muchos años de batallar para garantizar el acceso a los medicamentos, que para nosotros son un bien social. La principal preocupación ha sido cómo mejorar el acceso a medicamentos eficaces, seguros, de una sola calidad, que son requisitos absolutamente indiscutibles”, expresó el viceministro de Salud, Daniel Gollan, y agradeció el “esfuerzo diario” de diferentes organismos públicos para poner en marcha esta iniciativa.
El funcionario subrayó que “hoy está absolutamente demostrado” que los laboratorios públicos “pueden funcionar muy bien”, y destacó que “hay cinco o seis que tienen bien armada su estructura de costos a precios que les permiten competir con las mayores empresas del mercado farmacéutico”.
“Hablar de plata es hablar de acceso al medicamento”, apuntó Gollan en referencia a que los altos precios de determinados fármacos “son una de las mayores barreras” para que los pacientes puedan acceder a la medicación que necesitan”.
El producto desarrollado por el LIF –que cubrirá la demanda existente en los centros asistenciales que forman parte del sistema piloto– fue financiado por el Ministerio de Salud de la Nación, a través del Programa de Producción Pública de Medicamentos. Se estima que durante esta etapa inicial el laboratorio produzca alrededor de 1 millón de comprimidos de metadona en dosis de 5 miligramos.
Además de cumplir con todos los estándares de calidad y seguridad fijados por la Administración Nacional de Medicina y Tecnología Médica (Anmat) y las normas de seguridad que la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) impone en el mundo a este tipo de medicamentos, la metadona del LIF se incluiría entre los productos trazados por la Anmat para hacer un seguimiento transparente desde el origen, pasando por toda la cadena que recorre el fármaco hasta llegar al paciente.
“Este tipo de iniciativas son las que demuestran que hay un Estado inteligente que no duplica tareas y que por medio de distintos organismos articula políticas que le cambian la vida a la gente”, señaló el subadministrador de la Anmat, Federico Kaski. Además puso de relieve la vigencia de un sistema de trazabilidad “que permite conocer en todo momento la situación de los medicamentos a lo largo de toda la cadena de distribución, desde que salen del laboratorio hasta que llegan al paciente”, con lo cual se evitan adulteraciones, fraudes y otros ilícitos.
Para garantizar aún más la seguridad de estos fármacos, el proyecto estipuló que cada uno de los hospitales nombre un responsable del área de cuidados paliativos y otro de farmacia, quienes serán los encargados de diseñar, junto a las autoridades fiscalizadoras, los sistemas de registro de consumo de opioides, los circuitos de almacenamiento, provisión y distribución oportuna de la medicación, con el objetivo de que los pacientes reciban la medicación en forma gratuita, independientemente de si están internados, se controlan en forma ambulatoria o cursan una internación domiciliaria.
Otro de los actores indispensables en la construcción de esta iniciativa fue el Instituto Nacional del Cáncer (INC), que desde su rol rector en lo que concierne a normas de tratamiento y prácticas médicas en pos de la calidad de la atención, a través de su Coordinación de Cuidados Paliativos, elaboró guías de tratamiento y guías sobre interacciones medicamentosas en pacientes que reciben metadona.
Para cumplir con este fin, el INC diseñó tres guías: una de tratamiento para el equipo de salud, consensuada con los propios servicios y la Asociación Argentina en Medicina y Cuidados Paliativos, otra sobre Interacciones Medicamentosas, con el objetivo de reducir el problema potencial de la metadona relacionado a su tipo metabolización que la hace sensible a otros medicamentos; y finalmente una guía dirigida a los pacientes oncológicos avanzados para que ellos mismos la lleven consigo en cada una de las consultas con otros especialistas y se la muestren a los profesionales a la hora de ser medicados para otra patología y evitar así cualquier riesgo.
En el mundo hay una gran carencia de opioides para el final de la vida, pero no por que no haya sino porque hay muchas barreras relacionadas con las regulaciones, el desconocimiento de los equipos médicos a la hora de prescribirlos y el prejuicio de la sociedad. La Argentina dispone de una gama amplia de opioides, pero encuentra trabas en cuanto a su accesibilidad a causa de los costos, distribución y controles relacionados con los recetarios. La producción pública de medicamentos para el alivio del dolor se inscribe dentro de la ampliación de derechos de la sociedad, que considera que el alivio del dolor es un derecho humano.
A la puesta en marcha de este proyecto piloto en la sede del INC también asistieron Jorge Zarzur, responsable del Programa de Producción Pública de Medicamentos de la cartera sanitaria; Graciela Jacob, responsable del Programa de Cuidados Paliativos del INC; María Cecilia Selis, directora técnica del LIF; el médico Roberto Wenk, de la Fundación de la Federación Médica de la provincia de Buenos Aires, quien durante años impulsó el acceso gratuito a este tipo de fármacos; y especialistas de los hospitales incluidos en el proyecto piloto.
Estudio comparativo de farmacovigilancia
Argentina es uno de los países de América Latina que más receta metadona para cuidados paliativos y tiene una amplia experiencia en este fármaco. En la actualidad existe metadona comercial y hospitalaria –que es metadona preparada en forma de jarabe por los farmacéuticos de los hospitales de acuerdo a las normas que establece la farmacopea vigente– las cuales se administran bajo supervisión médica a pacientes para el tratamiento del dolor.
A partir de la introducción de la metadona de producción pública en estos 10 hospitales, a los pacientes que necesiten este tipo de fármacos y que anteriormente estaban medicados con metadonas comercial u hospitalaria, se les suministrará la metadona LIF, lo que permitirá en el corto plazo analizar comparativamente efectividad y efectos adversos respecto de la que existe en el mercado, generando un estudio inédito de farmacovigilancia activa comparada.
Luego del análisis de los resultados de este piloto, la intención es que todos los pacientes oncológicos atendidos en hospitales públicos del país, al igual que lo que ocurre con los medicamentos oncológicos, reciban gratuitamente la medicación para tratar el dolor y otros síntomas habituales en pacientes con enfermedad avanzada, a partir del vademécum paliativo de medicamentos esenciales que promueve el INC.