"El militante, el político y el idiota". Por Juan Carlos Díaz Roig

Los griegos sabían distinguir dos clases de personas: Una que se ocupaba de su familia, de su hacienda y de sus negocios; y otra, que además de ello, se ocupaba de las cosas de la ciudad, de la polis. A estos últimos, a quienes llamaron “Politikoons”, los tenían en alta estima. Y a los primeros, los denominaron "Idiots", y de allí nació la palabra idiota.
Puesto que sólo un tonto, un egoísta o un idiota, podría pensar que podría realizarse sino es en una comunidad que se realiza.
Esto es el militante: El que por encima de todo, se siente convocado al bien común, el que a veces es un hijo ausente, un marido ausente, un padre ausente, un abuelo ausente.
El que siente como propio todo dolor, o sufrimiento ajeno, toda injusticia, toda enfermedad, toda necesidad o carencia ajena, sobre todo de los más humildes, esos que están esperando.
Perón volvió a la Argentina, gracias a miles de militantes. Los que el 17 de octubre del 45’ gritaban: "Queremos a Perón"; los que durante la resistencia gritaban: "La vida por Perón"; los que pintábamos en las paredes "Perón vuelve"; los que trajimos a Perón de vuelta, porque representaba el anhelo profundo de la gran mayoría, de conquistar la Soberanía política, la Independencia Económica y la Justicia Social, porque representaba la Patria Grande, el Continentalism, la tercera Posición, festejemos el día del militante, de la única forma que sabemos hacerlo. Militando, militando y militando.
¡Presentes mi General!