| MINISTERIO DE ECONOMIA
Detienen a una banda que ayudó a evadir $ 500 millones
La AFIP informó que logró desactivar una banda que ayudó a evadir 500 millones de pesos con facturas apócrifas. Los procedimientos finalizaron con la detención de seis integrantes de la asociación ilícita fiscal. La causa se encuentra radicada en el Juzgado Federal N 3 de Morón.
21.11.2014 06:28 |
Noticias DiaxDia |
Por la denuncia de la AFIP, el Juzgado Federal y Criminal y Correccional N° 3 de Morón a cargo de Juan Pablo Salas, ordenó detener esta mañana al cabecilla de la banda; su esposa; el contador y el imprentero; además de un abogado del Renaper que habría facilitado documentos falsos; el encargado de conseguir los negocios ilícitos; y una persona que utilizó una de las usinas para comercializar productos electrónicos.
Las detenciones se llevaron a cabo en el marco de 46 allanamientos simultáneos realizadas en la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires.
Por las maniobras, la AFIP informó que suspendió preventivamente las CUIT de los involucrados y emitió un Reporte de Operación Sospechosa a la Unidad de Información Financiera (UIF).
En los operativos participaron 306 inspectores de la AFIP y perros especialmente entrenados en el organismo para detectar drogas y divisas. Además participó la Prefectura Naval Argentina y el Grupo Albatros.
La investigación comenzó cuando los agentes de la AFIP detectaron a un grupo de empresas que no presentaban sus Declaraciones Juradas. A partir de ello, las tareas de inteligencia fiscal de los agentes de la AFIP y el cruce de información con las bases de datos del organismo permitieron determinar la adulteración de la identidad de los integrantes de las sociedades.
Por ello, se presentó la denuncia a la Justicia y se solicitaron escuchas telefónicas.
Las maniobras
Facturas Apócrifas. Más de 500 millones de pesos de evasión en IVA y Ganancias: La asociación ilícita fiscal comenzó sus maniobras a partir del robo de DNI. Con las identidades falsas, la banda se presentaba en diferentes organismos públicos, entre ellos la AFIP, con escrituras falsas suscriptas a nombre de escribanos fallecidos o jubilados y con contratos de alquiler fraguados y facturas de servicios con domicilios adulterados. Todo con el objetivo de constituir una “empresa” que era la usina de facturas apócrifas para evadir impuestos.
Lavado de dinero por más de 10 millones de dólares: La AFIP detectó que la banda tenía una cuenta bancaria radicada en Hong Kong en la cual depósito cerca de 10 millones de dólares.
La AFIP señaló en un comunicado que las maniobras desplegadas se perfeccionaron con la utilización de cheques robados y rechazados como también la solicitud de créditos sin cancelar.
Las personas involucradas se presentaban en los bancos aportando avales fraudulentos como balances y certificaciones de ingresos suscriptos por contadores inexistentes y, de este modo, solventar un patrimonio societario inexistente.
¿Quiénes integraban la banda y cómo actuaban?
El cabecilla de la banda tiene antecedentes penales por estafa y se presenta ante la AFIP y los bancos bajo nombres falsos. Además, es quien preparaba las falsificaciones de las empresas y su documentación. También administraba las claves fiscales, lo que le permitía cambiar de actividad, los domicilios y presentar las Declaraciones Juradas.
Este personaje no trabajaba solo. Lo hacía en complicidad de su esposa, quien se encargaba de los trámites bancarios de las usinas de facturas apócrifas y también adulteró su identidad para operar.
Para falsear las identidades, se valieron de la ayuda de un abogado que trabaja en el Registro Nacional de las Personas y sería el facilitador de los DNI falsos. Luego, se presentaba en las dependencias de la AFIP personificando a diferentes directivos de las empresas que creaban para evadir.
La banda contaba también con un encargado de conseguir los negocios ilícitos. Se ocupaba de comprar sociedades inactivas y conseguir a los usuarios de las facturas apócrifas, mientras que otro secuaz utilizó a unas de las usinas para comercializar computadoras.
A su vez, la asociación ilícita tenía también un contador que se encargaba de solicitarle al cabecilla la facturación apócrifa que necesitaban para los diferentes “clientes”.
Por su parte, un imprentero se encargaba de imprimir las facturas apócrifas de, por lo menos, 23 usinas. En las escuchas telefónicas se constató que estaba en contacto con el cabecilla de la banda.