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Alimentos libres de grasas trans permitirán salvar 1.500 vidas al año

Un estudio realizado por el Ministerio de Salud determinó además que se podrán ahorrar unos u$s 87 millones por año como resultado de la prevención de enfermedades. El 3 de diciembre entrará en vigor la reforma del Código Alimentario que restringe las grasas trans en alimentos.

27.11.2014 02:58 |  Noticias DiaxDia  | 

La plena entrada en vigor de la reforma del Código Alimentario que limita el componente de Ácidos Grasos Trans (AGT) en los alimentos, el 3 de diciembre próximo, permitirá salvar 1.500 vidas y evitar más de 8.000 accidentes cardiovasculares al año, destacó hoy el secretario de Promoción y Programas Sanitarios del Ministerio de Salud de la Nación, Jaime Lazovski, durante una jornada de trabajo en la que se pasó revista al proceso llevado a cabo desde 2010 junto a la cartera de Agricultura, Ganadería y Pesca para aplicar esa medida de prevención de enfermedades no transmisibles.

“Esto es como haber cumplido el sueño de la planificación sanitaria, porque se ejecutó un proceso de regulación, de evaluación y monitoreo de cada paso y ahora viene el control del pleno cumplimiento de esta normativa”, afirmó el funcionario, y destacó que “se trata de un nuevo avance para promover la alimentación saludable y reducir los riesgos de enfermedades en la población”.

A la jornada sobre la iniciativa “Argentina 2013 Libre de Grasas Trans”, llevada a cabo en la sede de la Jefatura de Gabinete de Ministros, asistieron los secretarios de Políticas Regulación e Institutos, Gabriel Yedlin, de Determinantes de la Salud y Relaciones Sanitarias, Eduardo Bustos Villar, y la subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos, Marina Kosacoff, así como el director del Instituto Nacional de Alimentos (INAL), Matías De Nicola; el jefe de la oficina de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Argentina, Pier Paolo Balladelli. También asistieron directivos de sociedades científicas, entidades académicas, asociaciones empresariales e invitados especiales, entre ellos el médico nutricionista Alberto Cormillot.

El 3 de diciembre de 2010 entró en vigor una normativa del Código Alimentario que dispuso que el contenido de ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor del 2% del total de grasas en aceites vegetales y margarinas destinadas al consumo directo, y del 5% del resto de los alimentos. El tiempo de adecuación a este cambio fue de hasta 2 años para aceites vegetales y margarinas y de 4 años para los demás alimentos, plazo que se cumple el miércoles próximo.

Luego de explicar cómo se llevó a cabo el proceso para que el país quedara libre de grasas trans en sus alimentos, el director de Promoción de la Salud y Control de Enfermedades No Transmisibles, Sebastián Laspiur, detalló que, además de salvar 1.500 vidas cada año, esta medida permitirá prevenir unos 2.800 infartos cardíacos y alrededor de 5.373 eventos coronarios graves. “Hemos hecho estudios que demuestran que habrá un ahorro directo de 87 millones de dólares anuales en el seguimiento y atención de enfermedades coronarias” en el sistema sanitario nacional, precisó.

Laspiur también puso de relieve que además se reduce uno de los factores que provocan obesidad y diabetes.

Por su parte, Matías De Nicola informó sobre las actividades desarrolladas por el INAL a lo largo del proceso de cambio en la normativa del Código Alimentario Argentino (CAA) y la puesta a punto de sus laboratorios, recientemente equipados para controlar su cumplimiento por parte de la industria alimentaria.

A su vez, Balladelli remarcó que “el ejemplo de Argentina va a ayudar a la OPS a seguir estimulando a otros países de las Américas que aún no han tomado una decisión firme” para limitar el contenido de grasas trans en los alimentos.

Cormillot coincidió en que Argentina “es uno de los pocos países que se pusieron las pilas, que tomaron una decisión firme de enfrentar el problema de las grasas trans en los alimentos, que son las que provocan daño arterial”. “Ahora va a disminuir la mortalidad cardíaca, que es producida por el aumento del colesterol malo y el colesterol total”, dijo y subrayó que “también disminuirá la mortalidad por accidente cerebrovascular (ACV) y hasta por algún tipo de cáncer”.

En 2010 Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en tomar medidas graduales para limitar el componente de grasas trans en los alimentos, a tono con las recomendaciones elaboradas por expertos de la OPS, “lo que constituye un gran logro que hay que celebrar”, señaló Bustos Villar. “Esto no hubiera sido posible sin el trabajo multisectorial e interdisciplinario, llevado a cabo con los que más saben y con diálogo entre todos: no se puede lograr de otro modo esta construcción colectiva más que con equipos sólidos y de diferentes sectores de la sociedad”, puntualizó.

“Ha sido un gran trabajo conjunto con el Ministerio de Salud de la Nación y además una muestra del trabajo en equipo entre el sector público y el privado, lo cual es también muy importante destacar”, dijo, a su vez, el subsecretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agricultura, Oscar Solís.

A esta jornada asistieron además representantes de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal); de la Federación Argentina de Diabetes; de la Sociedad Argentina de Hipertensión, de las universidades nacionales de Buenos Aires y de La Plata (UNLP); de la Asociación Argentina de Grasas y Aceites; de la Fundación Interamericana del Corazón y funcionarios de direcciones provinciales de Bromatología.

Acerca de las grasas trans

Las grasas trans de origen industrial son ácidos grasos (AGT) que se forman durante el proceso de hidrogenación parcial de aceites vegetales para formar grasas semisólidas. También pueden producirse durante la refinación de los aceites y durante la fritura, cuando el calentamiento se realiza a muy altas temperaturas, por tiempos prolongados y con aceites poliinsaturados.

Estas grasas tienen efectos adversos para la salud: la evidencia científica vincula el consumo de ácidos grasos trans de origen industrial con alteraciones del metabolismo de lípidos en la sangre, inflamación vascular y desarrollo de enfermedades cardio, cerebrovasculares y renales. Su exceso tiende a adherirse y engrosar las paredes de las arterias y venas de todo el organismo. Sencillamente, estas grasas aumentan el llamado “colesterol malo” y reducen el “colesterol bueno”.

Las modificaciones introducidas en el artículo 155 del CAA establecen que “el contenido de los ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor a 2% del total de grasas en aceites vegetales y margarinas” y “a 5% del total de grasas en el resto de los alimentos”.

Ese mismo artículo precisa que, “a fin de facilitar y efectivizar el cambio tecnológico en las industrias elaboradoras de alimentos, la norma previó un plazo de adecuación”: principios de diciembre de 2012 para aceites vegetales y margarinas, y principios de diciembre de 2014 para los demás alimentos.

Los cambios aportados al CAA fueron el inicio de un proceso participativo entre el Estado, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil para la regulación de alimentos industrializados. Con la inminente finalización de los términos de adecuación a la norma del CAA, el proceso se focaliza en la concreción de un plan federal de fortalecimiento del sistema de control de alimentos en las áreas de vigilancia, auditoria y laboratorio impulsado desde el Instituto Nacional de Alimentos (INAL).

Desde el Ministerio de Salud, el Ministerio de Agricultura y el INAL se llevan adelante acciones de difusión para actualizar a productores y profesionales e informar a la población sobre los efectos nocivos de los AGT.

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