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Prueban el órgano tubular en el Centro Cultural Kirchner
El órgano tubular del Centro Cultural Kirchner ya entró en etapa de ajustes de entonación. Técnicos alemanes inician esta semana, con la prueba del teclado, un proceso minucioso pero necesario para que el instrumento se adapte a la sala donde está instalado, es decir en la Ballena Azul.
30.03.2015 07:20 |
Noticias DiaxDia |
Esta semana, los técnicos alemanes de la firma Klais, comenzaron a realizar pruebas con el teclado. A pesar de que el órgano viene preafinado de fábrica, donde los tubos se prueban uno por uno para darles su nota, necesitan la prueba en el lugar, según informó el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.
Por este motivo, cuando el instrumento llega la sala, como es un lugar nuevo, al tocarlo empieza a vibrar todo, adentro y afuera del órgano, y es necesario escucharlo desde distintos puntos y ver a si al registro hay que darle más potencia o bajarlos más.
“Además de que el órgano o cualquier instrumento, con la temperatura cambia y también con la humedad. Hay que tener mucho cuidado cuando prenden el aire acondicionado, por ejemplo. Entonces, es todo un proceso para que el órgano se adapte al salón”, explicó el Francisco Benavídez de la firma Klais.
El órgano es uno de los atractivos principales de la gran sala de conciertos denominada Ballena Azul, tiene 4300 tubos y alrededor de 70 de ellos se pueden ver en la fachada. Por dentro, contiene otros tubos que el público no podrá ver, tubos que van desde 5 milímetros hasta los 10 metros de altura, tanto de madera como de metal.
Según los técnicos alemanes que trabajan en su instalación, el órgano es una orquesta en sí mismo porque hay una variación y se puede imitar las posibilidades de una orquesta de muchas personas.
Francisco, señaló que “la lógica que tiene la sala es muy buena, una pared de concreto muy gruesa, apoyada en tres puntos, aislada acústicamente de todo, es bárbara la idea para una sala sinfónica. Cualquier concertista lo podría decir” y concluyó, “el órgano está diseñado especialmente para la sala y para lo que es argentina, es un órgano muy dedicado. Porque justamente la empresa Klais lo que hace es ponerle corazón a cada uno de sus órganos”.
Francisco Benavídez es argentino, recibido de la escuela Técnica Raggio y tras haber ganado una beca de intercambio con Alemania, empezó a trabajar para la firma Klais como pasante, eventualidad que coincidió con los comienzos de la instalación del órgano tubular en el Centro Cultural Kirchner.
El edificio del CCK que está próximo a inaugurarse, fue objeto de un Concurso Internacional de Anteproyectos, con la finalidad de refuncionalizar el antiguo Palacio de Correos y Telégrafos para convertirlo en un centro cultural de nivel internacional.
La propuesta ganadora, del estudio de arquitectura B4FS, incluyó trabajos de restauración y puesta en valor en una parte del edificio que fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1997, por un lado; y además, la construcción de nuevas estructuras donde se desarrollen las actividades artísticas de mayor convocatoria.
La Ballena Azul, una sala de conciertos para más de 1900 espectadores; el Chandelier, un espacio de exposición de arte contemporáneo que cuelga del techo como un candelabro con paredes vidriadas; y una sala de música de cámara para 600 personas, son los tres nuevos elementos arquitectónicos que destacan en un espacio interior tan singular como sorprendente.