Industria y Derechos Humanos entregaron a familiares el legajo reparado de uno de los trabajadores del INTI desaparecidos

La ministra de Industria, Débora Giorgi, acompañada por el vicepresidente del Instituto Nacional de Tecnología industrial (INTI), José Luis Esperón y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Juan Martín Fresneda, entregó a los familiares de Alfredo Giorgi su legajo reparado por la Comisión por la Reconstrucción de Nuestra Identidad.

Asimismo, los funcionarios se comprometieron a reparar el legajo de María del Carmen Artero, otra trabajadora desaparecida del INTI y fundadora del primer sindicato de dicha institución.

“Hoy tenemos el legajo de Alfredo porque hubo decisión política, porque hay militancia y un proyecto comprometido con la historia, con los luchadores incansables que perdieron su vida sosteniendo convicciones, y el futuro de una Argentina más justa”, aseguró Giorgi.

La titular de la cartera fabril explicó que Alfredo Giorgi “era un creativo, un innovador que estaba trabajando en dos proyectos de última generación de plásticos para uso aeroespacial y envolvimientos de plásticos para los sensores”.

Aseveró también: “El plan genocida, que quería denostar nuestros productos, a nuestros científicos y usufructuar la mezquina usura del endeudamiento, también quería robarnos la creatividad, las ideas y la innovación; destruir esa identidad que nos devolvieron en estos últimos 12 años”.

“En estos ejemplos de los 30.000 compañeros detenidos-desaparecidos creo que está también un mensaje de vida: para tener memoria tenemos que estar vivos y tener futuro porque ya no depende de un presidente. Tanto Néstor como Cristina empoderaron a un pueblo, a los jóvenes en especial, para que nunca más vuelva a suceder”, concluyó la funcionaria.

La Comisión por la Reconstrucción de Nuestra Identidad fue creada en 2012 por la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, a través del decreto N°1199/12 para contribuir con las acciones realizadas en la búsqueda de la Memoria, Verdad y Justicia.

Por su parte, Fresneda recordó las palabras del ex presidente Néstor Kirchner quien aseguró: “Lo que nos guía no es el rencor ni el odio, nos guía la memoria, la búsqueda de la verdad y justicia”, y agregó: “El terrorismo de Estado no hubiese sido posible sin mujeres y hombres que negociaran con fuerzas de seguridad y son los mismos que quieren colonizar nuestro país, esta vez no con bases militares, sino con bases mediáticas”.

Durante el acto, realizado en el Parque Tecnológico Migueletes, también participaron la cofundadora de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas; la hija del desaparecido Raúl Atencio, trabajador del Servicio Nacional de Agua Potable e integrante de la Comisión por la Reconstrucción de Nuestra Identidad, Silvina Atencio y el hijo de María del Carmen Artero -otra de las víctimas del terrorismo de Estado- Pablo Jurkiewicz.

El hijo de Alfredo Giorgi, durante su discurso, citó al dramaturgo y poeta alemán, Bertolt Brecht, quién en su obra sostiene que “hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles”.

Y concluyó: “Mi padre era uno de esos, no silenció contra la injusticia y murió con sus ideales”.

Acerca del desaparecido Alfredo Giorgi

Alfredo tenía 33 años y era doctor en química, investigador del Centro de Plásticos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, ubicado en Migueletes, Provincia de Buenos Aires. Fue uno de los fundadores del Centro de Plásticos. Formó parte del movimiento Montoneros.

El 27 de noviembre de 1978, un grupo armado, vestido de civil, violentó el acceso custodiado del Parque Tecnológico Miguelete, con la conformidad de la guardia de seguridad y control del lugar, que permitió su ingreso. En el pabellón de la administración del Instituto fueron atendidos por el entonces Administrador General del Parque, Enrique Sturzenbaum, a quien le requirieron la entrega de Alfredo Giorgi, que se encontraba trabajando normalmente.

Sturzenbaum le ordenó telefónicamente a Giorgi que se presentara a su despacho y, sin dar otro tipo de información, lo entregó al grupo armado, identificado como Fuerzas del Estado, ante el personal de vigilancia, empleados y personal superior del INTI.

Ninguna autoridad del Instituto informó, en su momento, a los familiares, sobre el secuestro y posterior desaparición del científico. Cuya memoria se repara, simbólicamente, a través de la normalización de su carpeta de trabajador del INTI, en la que ahora figuran las verdaderas y crueles razones por las cuales dejó de pertenecer al organismo, dependiente hoy del Ministerio de Industria.