Más de 466 millones de personas en el mundo tienen pérdida de audición discapacitante, y se prevé que en 2050 afecte aproximadamente a una de cada diez, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De todas formas, muchas de sus causas son prevenibles, en tanto que la pronta identificación y el tratamiento adecuado pueden reducir sus consecuencias.
En el marco del Día Mundial de la Audición, que tiene lugar hoy, 3 de marzo, resulta clave atender las recomendaciones para prevenir y reducir el impacto de la pérdida de la audición. Los casos desatendidos de pérdida de audición representan un coste mundial anual de 750.000 millones de dólares internacionales, según datos de la OMS.
En cambio, “las intervenciones destinadas a prevenir, detectar y tratar la pérdida de audición no son caras y pueden resultar muy beneficiosas para los interesados”, explicó la representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Argentina, Maureen Birmingham.
La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, infecciones crónicas del oído, el empleo de determinados fármacos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento.
Actualmente, unos 1.100 millones de adolescentes y jóvenes corren el riesgo de sufrir pérdida de audición por el uso nocivo de aparatos de audio personales, como teléfonos inteligentes, y por la exposición a niveles sonoros dañinos en lugares de ocio ruidosos, como clubes nocturnos, bares y eventos deportivos.
Para evitar la pérdida de audición, la OPS/OMS recomienda no introducirse ningún objeto en los oídos, utilizar tapones y orejeras en lugares ruidosos, consultar al médico inmediatamente ante cualquier problema auditivo, comprobar si los medicamentos que toma pueden afectar la audición, hacerse pruebas audiológicas periódicamente y utilizar aparatos auditivos si así se le prescribe.
En este sentido, existen señales para detectar que una persona adulta tiene una pérdida de audición. Si pide frecuentemente que le repitan lo dicho, si tiende a subir el volumen de la radio o la televisión, si a menudo no se entera de parte de las conversaciones u oye ruidos que no proceden del exterior, o si la gente dice que habla alto, puede que haya una pérdida de audición.
Los niños también pueden manifestar señales de este tipo. Un pequeño puede tener pérdida de audición si no responde a los sonidos, no entiende bien lo que se le dice, tiene retraso del desarrollo del habla, tiene secreciones óticas, sufre episodios repetidos de dolor de oídos u obstrucción.
La situación de las personas que padecen pérdida de audición mejora gracias a la detección temprana, a la utilización de audífonos, implantes cocleares y otros dispositivos de ayuda, así como con el empleo de subtítulos, el aprendizaje del lenguaje de signos y otras medidas de apoyo educativo y social.