Los exdiputados Diana Conti y Manuel Garrido defendieron el aborto legal

Garrido sostuvo en primer lugar que “es posible verificar las consecuencias de la legislación actualmente vigente con sólo ir a la guardia de un hospital público, y verificar a su vez la ausencia de condenas por este delito”.

El exfiscal anticorrupción explicó que “el delito del aborto es una mera afirmación simbólica, ineficaz”, por lo que “si el Congreso decidiera defender el valor de la vida desde la concepción, podría hacerlo con políticas de promoción social, pero no con una norma penal”.

“Estamos ante una incriminación penal que no evita ni previene los perjuicios que busca prevenir, y para peor, produce daños mayores”, consideró el radical.


Garrido opinó que si se despenaliza a las mujeres pero no a los médicos, “no variará en absoluto la situación de clandestinidad imperante”.

Y agregó a su vez que si se despenaliza el aborto, pero no se legaliza, “se consagraría una legislación de carácter clasista y discriminatoria, ya que se empujaría a las mujeres de menores recursos a realizar los abortos en condiciones de peligro para sus vidas”.

Por su parte, Conti hizo referencia a recientes dichos de la macrista Cornelia Schmidt-Liermann: “Admito que en Argentina, la autonomía de las mujeres para desarrollar su plan de procreación genera voces altisonantes, como lo dicho por una legisladora de que ‘el aborto no es un derecho’”.

“Es muy molesto para todos que se trate de generar una brecha entre quienes están en contra de despenalizar el aborto, como que son ‘protectores de la vida’, y quienes militamos la legalización, como si estuviéramos en contra”, planteó.

La dirigente kirchnerista se remontó al debate por el nuevo Código Civil y Comercial y recordó las discrepancias que generó el artículo 19, que finalmente plasmó que “la existencia de la persona humana comienza con la concepción”.

A pesar de ello, Conti aclaró que el niño “adquiere calidad de sujeto de derecho sólo si nace con vida, es decir, a partir de que es separado del seno materno”.

Por último, subrayó que legalizar el aborto “es una cuestión de justicia”, que debe “tirar abajo la hipocresía de aplaudir al policía que mata por la espalda porque ‘defendió una vida’, y llamarnos a nosotros ‘anti-vida’ porque queremos que el aborto clandestino no cause más muertes”.