Hicieron un minuto de silencio por la tragedia de Naidenoff

A pocos días de producida la tremenda tragedia sufrida por la familia del jefe del interbloque oficialista, Luis Naidenoff, quien perdió a su esposa e hijo como consecuencia de un escape de monóxido de carbono, los senadores rindieron homenaje con un minuto de silencio.

En nombre del interbloque Cambiemos, el presidente del bloque radical, Angel Rozas, solicitó ese minuto de silencio -en realidad, poco antes lo había solicitado el formoseño José Mayans-, por “esta tragedia familiar que le ha tocado vivir a un colega”, y advirtió que “el dolor perdurará seguramente de por vida”. Con palabras muy sentidas, Rozas señaló que “se rompe el corazón y no se cierra más cuando se pierde la vida de un hijo”.

Apuntó el chaqueño que las personas están preparadas para “recibir las muertes hacia arriba: el papá, la mamá y los abuelitos, uno sabe que se han de morir… Por supuesto que duele y uno llora, pero cuando la muerte es para abajo, son interrogantes que no se terminan de contestar nunca, y heridas que quedan en el corazón que no cierran nunca más, lo digo por experiencia personal propia”.

Rozas concluyó diciendo: “Que Dios le de la fuerza necesaria durante toda su vida para que nuestro amigo Luis pueda superar este dolor tremendo”.

Desde el interbloque Argentina Federal, Miguel Pichetto ratificó “la solidaridad y el afecto para el senador Naidenoff”, mientras que Adolfo Rodríguez Saá adhirió al homenaje y transmitió también “nuestro sentido dolor y afecto”. Luego de la “más profunda solidaridad” expresada por Marcelo Fuentes, el salteño Juan Carlos Romero adhirió al homenaje por “la pérdida de nuestro amigo Luis Naidenoff. Se lo hemos expresado personalmente, pero ahora lo hacemos públicamente”.

Magdalena Odarda envió un “gran abrazo a nuestro compañero y amigo, y que ojalá tenga la fuerza necesaria para que pueda reincorporarse a trabajar como siempre lo ha hecho desde su provincia”. Por último, la senadora Ana Itúrrez de Cappellini aportó su acompañamiento “en tan duros momentos para nuestro amigo de tantos años en esta casa. Que encuentre cristiana resignación”.