El dolor de la ausencia. Nueva novela de Omar Ramos. Por Ariel Bermani

    Después de la canonización de Borges, los escritores realistas fueron perdiendo espacio y con la irrupción de autores como César Aira, Juan José Saer, Hebe Uhart, Silvina Ocampo y tantos más, se descomprimió, por un lado, la tradición realista y, también, por otro lado, el modelo del escritor comprometido con la realidad política o, directamente, militante. Quiero decir con esto que se aflojaron los mandatos sociales y ahora resulta hasta caprichoso encontrarnos con autores que crean en la ficción como un modo de intervenir para cambiar la realidad. Esto no me parece ni bueno, ni malo, es solo una descripción, un poco arbitraria, como toda descripción.

   Sin embargo, está  Omar Ramos, dando vueltas por ahí, por acá, ajeno a las modas, al espíritu de época, transitando su propio camino, con libros bien escritos que no le deben nada a Borges, ni a Aira, pero tampoco, del todo, a los González Tuñón. Ramos es un escritor realista, que intenta contemplar el mundo tomando partido por los perdedores y que no le interesa (para nada), la neutralidad.

   Le caben a la perfección esos versos de Celaya: maldigo la poesía del que no toma partido, partido hasta mancharse.

    Siempre es un placer encontrarse con un nuevo libro de Omar Ramos. En su cuarta novela,  El dolor de la ausencia, publicada por la editorial Baldíos en la lengua, sigue de cerca al protagonista, Ignacio, desde su infancia hasta su adultez. Se trata de un joven abogado que trabaja en los tribunales, en plena dictadura militar y que tendrá que enfrentarse contra las arbitrariedades del poder, en esta historia de escritura ágil, plástica, sencilla y, a la vez, profundamente ética: otra vez Ramos se mete en el corazón de la violencia para tratar de rescatar a sus personajes, para que el dolor sea menos duro, menos asfixiante.

    Como escribió Vicente Battista en la contratapa de esta novela: “El joven Ignacio Guidi, meritorio en un Juzgado Penal, será quién marcará el camino, señalará los senderos de una historia que se lee con ese interés y esa devoción que suelen despertar los mejores textos policiales”.

   No voy a entrar en detalles acerca de la trama. Ya se encontrarán ustedes sumergidos en esta historia, con una sensación de ansiedad, con ganas de que todo se resuelva a favor de los personajes. Sólo una cosa más, quiero decir: en una época de pocas certezas y de ideologías pasteurizados, Omar Ramos apuesta a valores sólidos, en cada uno de sus libros, herramientas para cambiar el mundo.