No todo lo que creemos que existe tiene que existir. Por Analía Becherini

 

La historia cuenta que un emperador que se preocupaba mucho por su apariencia fue visitado por dos personajes que le dijeron que le podían fabricar un traje con la tela más especial del mundo que tenía la capacidad de ser invisible a los estúpidos o a los incapaces de ejercer su cargo. Por supuesto que tal prenda no existía, pero ellos le hicieron creer al emperador que sí y pretendían quedarse con una gran suma de dinero para su confección.

 

El emperador se puso la prenda ilusoria con ayuda de los estafadores y sus ayudantes. Todos ponderaban la belleza de las telas para no quedar mal frente a los demás. El rey tampoco se animó a confesar que no veía nada por lo tanto  salió a mostrarla a los habitantes de la ciudad. Nadie admitía que no veía la ropa. Incluso varios habitantes alabaron el traje, para demostrar su capacidad e inteligencia, hasta que un niño gritó la verdad.

 

En resumen, eso cuenta la historia. Y ustedes se preguntarán qué tiene que ver con la academia. Pues, mucho.  Muchas veces usamos como marco teórico presupuestos que están de moda y que nos hacen ir a buscar a la realidad armonía (positivismo) o lucha de clases (materialismo histórico). Esto es, si anteponemos el marco teórico a la investigación vamos a buscar lo que nos marca la teoría.

 

Por lo antes dicho, siempre me sentí cómoda con las investigaciones flexibles de orden cualitativo. Esas que se basan en la empatía y que no pueden generalizar sobre el todo porque cada parte de la muestra es única. Entiendo que las investigaciones cuantitativas cuentan con mayor prestigio. Especialmente por la operacionalización de conceptos. Esto es cuando podemos cuantificar variables y ahí entender con números (que son una abstracción mayor) la realizad social.

 

En ocasiones, con tal de usar el marco teórico de moda, se fuerzan interpretaciones. Por eso elegí para la primera columna hablar de las lexías de Barthes, “S/Z” es uno de los libros que mejor muestra la libertad responsable del investigador. Y en segundo lugar opté por la semiótica para reflexionar sobre la tapa del libro de Cristina Fernández de Kirchner.

 

Uno de los caminos posibles para entender lo que hoy nos ocupa que es el cuento “El traje nuevo del Emperador” es que se aceptan ciertas cuestiones con tal de no quedar mal ante los otros. En cierto momento el investigador debe elegir entre la legitimidad aceptada o la creación adaptada a la realidad.

 

No todo lo que creemos que existe tiene porque existir y no tiene por qué existir lo que se cree que es verdad.