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Las tres verdades de Cristina. Actualización doctrinaria. Por Analía Becherini

03.11.2020 21:57 |  Noticias DiaxDia  | 

 

Cristina Fernández de Kirchner publica, en su sitio web oficial, una carta abierta en la que se estructuran tres certezas. La certeza es el conocimiento seguro y claro sobre un asunto. En el peronismo hay 20 certezas que se llaman verdades que tienen cierta relación, con lo que está proponiendo la vicepresidenta en la carta.


La primera certeza está centrada en algunos puntos del ser peronista que se pueden asociar con el aspecto filosófico de la doctrina y, a la vez, con la praxis peronista. En el caso del peronismo no hay separación, ya que es una ideología esencialmente pragmática. Digamos que se es, si se actúa de determinada manera: se honra militando.  Esta certeza tiene conexión con las siguientes tres verdades:

1º) La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el pueblo quiere y defiende un solo interés: el del pueblo.

14º) El Justicialismo es una nueva filosofía de la vida, simple práctica, popular, profundamente cristiana y profundamente humanista.

En la carta se describe un movimiento pendular que va y viene: del derrumbe a la reconstrucción. El primer derrumbe se asocia con la crisis de 2001 y el segundo con la victoria de Macri en 2015. ¿Quiénes derrumban y quiénes reconstruyen? Los derrumbes están asociados a gobiernos con ideología neoliberal y mirada extranjerizante. Si bien hay autocrítica: “se sostuvo que uno de los problemas centrales durante mis dos mandatos como presidenta eran las formas”, la primera certeza muestra que la forma no importa. Cuando hace la descripción de Alberto lo explica así: “sus características personales y su experiencia política al lado de Néstor, signadas por el diálogo con distintos sectores, por la búsqueda de consensos, por su íntimo y auténtico compromiso con el Estado de Derecho”. Entonces, no importa la forma ya que el actual presidente tiene un estilo opuesto y es ninguneado. Por tanto, ni una forma ni la opuesta es correcta. Porque lo que está mal es la doctrina y su puesta en práctica. ¿Para quién está mal? Aquí encontramos la noción de antiperonismo, vende patria, extranjerizantes, entre otros términos que se podrían englobar en: ellos. También se describe que las críticas a dichas formas venían tanto de adentro del movimiento como de afuera: “… no pocos dirigentes en el peronismo pensaban que efectivamente el problema eran las formas y no el fondo”. Tal vez a aquellos dirigentes se les podría responder con las siguientes dos verdades:

2º) El peronismo es esencialmente popular. Todo circulo político es antipopular y, por lo tanto, no peronista.

7º) Ningún peronista debe sentirse más de lo que es ni menos de lo que debe ser. Cuando un peronista comienza a sentirse más de lo que es, empieza a convertirse en oligarca.

Con las críticas a Alberto Fernández se comprueba que el tema era más profundo que la mera superficie. Mas bien es el tipo de reconstrucción que la doctrina justicialista propone: el problema es el “prejuicio peronista”. La primera verdad se apoya sobre el ser peronista que es una cuestión de esencia no de estilo ya que la doctrina marca parámetros concretos. La doctrina es el alma del gobierno peronista, esta idea se puede ver en la verdad número 13°:

Un gobierno sin doctrina es un cuerpo sin alma. Por eso el peronismo tiene una doctrina política, económica y social: el Justicialismo”

La segunda verdad de Cristina se sostiene sobre la conducción política y podríamos asociarla a la verdad 19°:

“Constituimos un gobierno centralizado, un estado organizado y un pueblo libre”.

Los asuntos de conducción se encuentran desarrollados en la obra “Conducción Política” de Perón. Aquí el tema es el poder: ¿quién conduce la nación? La respuesta que da Cristina es la siguiente: “…en la Argentina el que decide es el Presidente. Puede gustarte o no lo que decida, pero el que decide es él”. La carta, en una frase, sintetiza la lógica jerárquica dentro del peronismo. Se explica el patrón comunicacional en el que dice que: en el gobierno de Néstor mandaba Duhalde; en el gobierno de ella mandaba Kirchner; en el gobierno de Alberto manda ella. La idea en este patrón que se repite es quitarle autoridad al presidente. La segunda verdad de Cristina es: el que conduce es el presidente. 

Las dos primeras verdades explican aspectos de la matriz discursiva del antiperonismo basándose en lo que sí es peronismo, en oposición a lo que no. También detalla cuestiones relacionadas a la conducción política.

En la tercera verdad entra al hueso y aquí hace autocrítica de la buena. En este punto habla de la economía argentina en la que coexiste la moneda nacional con la moneda de Estados Unidos. Específicamente se refiere a un sistema bimonetario:

“se utiliza el peso argentino que el país emite para las transacciones cotidianas y el dólar estadounidense que el país -obviamente- no emite, como moneda de ahorro y para determinadas transacciones como las que tienen lugar en el mercado inmobiliario.”

 “lo cierto es que ese funcionamiento bimonetario es un problema estructural de la economía argentina”.

En la carta, Cristina describe la experiencia del “cepo” durante su gobierno: “luego de haber soportado 6 corridas cambiarias -la última durante el año 2011, en el que fui electa por segunda vez consecutiva Presidenta de la Nación- motivó la regulación cambiaria que los medios hegemónicos bautizaron “cepo”. Dicha regulación establecía un tope para la compra de dólares para ahorro que era de USD2.500 por mes.”

¿Por qué el dólar se encuentra omnipresente en la cultura Latinoamericana? Como bien dice la carta el problema es estructural. La relación con el dólar se encuentra enquistada en la sociedad. Esto es, el dólar forma parte del conjunto de bienes materiales y espirituales transmitidos de generación en generación a fin de orientar las prácticas individuales y colectivas. El país que emite el dólar ha generado diferente tipos de desequilibrios económicos a lo largo de la historia para que esto ocurra. En Europa que sufrieron guerras con la misma intención lo solucionaron con el euro. No me quiero meter con medio oriente. En fin, las verdades peronistas que se asocian con esta certeza son:

16º) Como doctrina económica, el Justicialismo realiza la economía social, poniendo el capital al servicio de la economía y ‚ esta al servicio del bienestar social.

18º) Queremos una Argentina socialmente Justa, económicamente Libre y políticamente Soberana.

Ahora bien, en todas las certezas se encuentran latentes las 20 verdades. Cristina aquí agrega el análisis de los medios de comunicación y su relación con el gobierno de Mauricio Macri. Explica tecnicismos económicos con valores reales de los salarios y las tarifas, la inflación y la desocupación. Desarrolla cómo dentro de las etapas de derrumbe el país se endeuda con el FMI. Pero lo más suculento es la actualización doctrinaria porque agrega, en la última certeza, un desafío al que nadie se atrevió a enfrentar que es el dólar ya que el problema no es ideológico. La solución que propone es superando la dicotomía peronismo/antiperonismo:

“es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina. Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla”

Tal vez, esta afirmación se pueda asociar a:

11º) El peronismo anhela la unidad nacional y no la lucha. Desea héroes pero no mártires.

Ambas verdades proponen unidad de todos los sectores por una causa superior que es la de la Argentina. Cuestión que históricamente no se pudo poner en práctica: hay sectores que siempre van a ser antiperonistas más allá de las formas. Si vamos más atrás en el tiempo, podríamos remitirnos a los unitarios y federales, por ejemplo. Por tanto, creo que la respuesta está más abajo de la carta o más arriba en el mapa. La respuesta está en la unidad Latinoamericana y en una moneda común.

Vale destacar que se repite mucho la frase de Perón que dice “mejor que decir es hacer” pero pocas veces se pone en práctica. Cristina demostró con grandeza que se puede hacer gala a la octava verdad:

8º) En la acción política la escala de valores de todo peronista es la siguiente: Primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres.

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