Soy español, español, español. Por Susana Oviedo

La selección española de futbol se consagró campeona de Europa el pasado domingo 14 de julio venciendo a Inglaterra en Berlín. El país se tiñó de rojo: camisetas, rostros pintados, banderas españolas por doquier, en balcones, agitándolas por las calles, en el metro, en los autobuses.

Todo esto para enfado y pataleos de independentistas catalanes, vascos y gallegos pues estas insignas y pegadizo cántico “soy español, español, español” se impusieron colectivamente dando unidad a una alegría compartida. Sin duda los deportes arrastran pasiones, pero el futbol particularmente, tiene ese don de llenar calles y crear una fraternidad tan difícil de conseguir ante otras circunstancias.

Mientras tanto el número de desempleados supera los dos millones y medio, la producción industrial se va enfriando y la guerra en Ucrania se calienta más y más. No hablo del genocidio sionista en Gaza porque es una vergüenza a la vez que una daga clavada en el corazón de toda persona con un mínimo de sensibilidad y sentido de la justicia.

Es sabido que la OTAN exige a los países europeos un presupuesto anual para “defensa” que supere el 2% del PIB. Es conocido que España ha enviado y allí continúan, contingentes militares en Eslovaquia y en Estonia.

Este último emplazamiento fue visitado por el rey Felipe VI, reforzando su compromiso con la OTAN.

Nada de esto moviliza ni preocupa en demasía a la mayoría de la población de este país maravilloso. Sin duda la mal llamada “izquierda” y los medios de comunicación han cambiado los ejes del debate situando en el centro el tema género, a particularidades identitarias de las regiones, comunidades autónomas o naciones como suelen preferir llamarse (término con el que discrepo) y concediendo portadas a los negocios de la esposa del presidente o a las visitas de Milei o a cualquier árbol que no
permita ver el bosque.

Así estamos. Ojalá el canto de “soy español” se planteara en términos de soberanía o colonia exigiendo a los gobiernos el papel que les corresponde cumplir como representantes de los pueblos.

Susana Oviedo (Córdoba, Argentina) reside en Madrid. Es poeta, actriz, dramaturga y realizadora documentalista.