Jorge Luis Estrella: Poeta del absurdo, de David Antonio Sorbille

Jorge Luis Estrella nació en Zárate, Provincia de Buenos Aires, el 14 de Diciembre de 1944. Vivió en su ciudad natal hasta 1958, en Villa Carlos Paz, Provincia, de Córdoba, hasta 1973 y, desde entonces en la ciudad de Buenos Aires. Poeta, narrador, dramaturgo y Licenciado en Literaturas Modernas recibido en 1969 en la Universidad Nacional de Córdoba. Ha publicado en numerosas antologías y leído sus textos en cafés literarios y centros culturales. Ha formado parte de grupos importantes como "La Luna Que", "Gente de Lunes" y “Utopoesía”.

En 1997 publicó una libreta digital de poemas-cuentos e ilustraciones que denominó: "El moribundo y otros poemtos";. Fueron estrenadas sus obras "Filoctetes" (Versión libre de la obra de Sófocles), "Dulce Mamá"; "Turrón de almendras", “Me sobreseyeron”, "Invasiones", “Te prohíbo llorar” en colaboración con Graciela Licciardi, y "La Pulga", que obtuvo el segundo premio en el Concurso del Teatro Gral. San Martín en 1972. En el mes de mayo de 2010 presentó su libro de poemas "Menú Ejecutivo", (Ediciones Muestrario, 2009); y de la entrevista con la gran poeta Mónica Angelino de General Rodríguez, Provincia de Buenos Aires, se grabó un CD conteniendo también poemas. En 2013 publica conjuntamente con el poeta Máximo Ballester: "Poemas de Máximo Estrella y otros esperpentos", (Ed. Ruinas Circulares).

La ironía y el humor llevados al extremo de su representación, fueron los instrumentos elegidos para desarrollar la poesía y dramaturgia de Jorge Luis Estrella, y trascender a través de la búsqueda de un interlocutor imaginario que permitiera establecer un diálogo sobre el misterio de la vida y la muerte. Es así como, el mismo Estrella nos fue ilustrando con sus poemas y sus declaraciones, sobre el origen de esa visión novedosa del acontecer: “Desde mi más tierna infancia (en Zárate), la poesía sobrevolaba en la inmensa propiedad donde mis padres, mis hermanos mayores y yo compartíamos el aire con mis abuelos y tíos paternos. Había un olivo, extraordinariamente grande, muchos mandarinos, jardines con achiras, nísperos y variadas flores. Además un patio en cuyo centro resplandecía un cantero de boj. Infinitamente grandes el patio y el cantero. Incluso había un gallinero, pieza para el maíz y el afrecho, huerta de dimensiones apocalípticas, un amplio hogar para conejos, una extensa carpintería, una batea llena de agua donde se criaban mosquitos y, de seguro, algunas otras cosas que se me olvidan. Para los seres humanos, que éramos nosotros cinco, había una cocina pequeña y una pieza grande a doscientos metros. Estoy convencido de que de esta insólita disposición del terreno surge mi visión absurda de la vida”.

Luego, al cursar la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Córdoba, tomó contacto con el universo literario de figuras fundamentales como Oliverio Girondo y Ramón María del Valle Inclán. Pero, el conocimiento de su obra poética tuvo que esperar unas cinco décadas, hasta que por mediación del poeta Gustavo Tisocco y las escritoras Elisabet Cincotta, Liliana Varela, Patricia Ortiz, y la poeta peruana María Fischinger junto al constante apoyo de su esposa, la escritora María Isabel Cané, se logró la publicación de su primer libro: Menú ejecutivo (2009).

Como dirá en el prólogo Carlos Roldán: “Estrella es un hombre formado en la generación de los sesenta, generación crítica que construye una línea divisoria con toda la literatura anterior y que, para constituirse, ejerce una revisión exhaustiva de lo considerado valor literario hasta entonces”. En este itinerario poético encontramos las principales variables de su poesía del absurdo que reclama su escenificación para hallar en el espectador cómplice, la plena satisfacción del ingenio patético que encierra el profundo mensaje filosófico del poeta.

Los poemas de Estrella están construidos por retazos surrealistas que van impregnando de matices dramáticos el fluir de la creación hasta consumar un sensible fresco de arte mítico donde el absurdo relativiza el tono trágico de la realidad, como lo podemos apreciar en la siguiente poesía: LA VIDA (De “Menú Ejecutivo"; Ediciones Muestrario, 2009) “Heredé la inercia, / la pasión, la duda, / los miedos, la nostalgia, / la desazón, el canto. / En realidad, / la vida / es una enfermedad hereditaria”.

En el mes de Agosto de 2013, Jorge Luis Estrella y el poeta Máximo Ballester (autor de los libros: Disfraz al agua, Ediciones Ocruxaves, 1998; Musas Extraviadas, Editorial Dunken, 2008; En la orilla, Ediciones El Mono Armado, 2009; y Poemas de autoayuda y aforismos para morir mejor, Ediciones El Mono Armado, 2011), dieron a conocer una obra de inusitada originalidad. Se trató del libro “Poemas de Máximo Estrella y otros esperpentos”, del cual Estrella explicó que la idea generadora surgió de una pieza teatral de Valle Inclán llamada “Luces de bohemia” con un personaje trágico: el poeta ciego Máximo Estrella. Pues, a partir del encuentro con su amigo, el poeta Ballester, logró que éste aportara el Máximo y él aportara el Estrella para escribir poemas basándose en ese personaje y tratando de conservar su espíritu. Es así como, Lily Chávez dirá en la contratapa: “Jorge Luis Estrella y Máximo Ballester cargan sobre sus espaldas un género atrevido, sagaz, que dejará al lector imbuido de hallazgos y asombros, atravesado por una sintonía de desborde y placer… Este es un libro desopilantemente serio que nos volverá libres y audaces si somos capaces de captar el mensaje”.

Una cita de Antonín Artaud, entre dos correspondientes a Valle Inclán, se referirá a la dicotomía de lo bello y lo espantoso que al fin y al cabo no se contraponen, sino que se complementan en medio del caos y el desatino a los que la raza humana parece haberse acostumbrado padecer. A ese mundo errático y pertinaz al borde del abismo, están dirigidos estos poemas que no tienen orillas ni límites en su ambición de sacudirnos el polvo del espanto. “Yo, Máximo Estrella, caí de cabeza / Contra mí
mismo. Me di cuenta de que existo”, es el comienzo que inauguró ME=Máximo Ballester, por el cual Jorge Luis Estrella transitó desde su lejana Zárate para terminar deslumbrándonos en cada estación de su genio. El 12 de abril de 2014, Jorge Luis Estrella falleció en la Clínica Modelo de Lanús, Provincia de Buenos Aires. Es decir, partió rumbo a su lugar en el espacio celestial, dejándonos su sonrisa contagiosa, su calidez y nostalgia conmovedora, su modestia y amistad ejemplar, su arte inconmensurable.