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Poemas de Juano Villafañe (Ecuador/ Argentina)
21.01.2025 00:15 |
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ÚLTIMO APRENDIZAJE
Con mi padre aprendí que antes de morir hay que encontrar a la madre
Con mi madre, que uno se muere sin padre y sin madre
En el ramo vive el jardín y en su fondo se fija el otro ramo
Con la pérdida se acrecientan los ramos y los fondos del ramo
Pero ya nadie levanta el jardín con las manos
Sólo se desea la entrega y se ofrece su fondo
Nadie levanta un jardín, por eso estamos llenos de fondos y de ramos
Como exceso nos rodean sus habitantes, su perfume y su fondo
Uno va solo a la cita con su ramo de espera
y uno espera levantarla de nuevo
Ella espera el ramo, su primer perfume
A mi madre la subí con su ropa de teatro
Es imposible levantar un jardín.
(Del libro: El Corte Argentino, Ediciones En Danza, 2020)
YO GUARDÉ POCAS COSAS DE MI MADRE
¿Cuánto era lo perdido?/ ¿Cómo hicimos para que el teatro se fuera por el río?/ Llena el agua de palabras con tus libros sobre los niveles que la vida marca/ Te vi salir con tu caballo lleno de marionetas que navegaban/ Es casi brutal un teatro que se inunda, tu propia ropa, las pinturas chinas y tu espejo con el / rouge que te ponías de noche/ Cómo cantaban los libros que fueron arrancados cuando te recordamos el límite del jardín y / la propia puerta/ Saludaban desde el agua infinitos colores de aceite como todo el oleo que salía de tu cuarto / Es brutal ver la pintura asociada al arroyo y a tu tapado nuevo/ Para eso puse en la pecera la mano de una muñeca que vio el final de tu vida/ Cuantas pocas cosas te he podido rescatar del agua/ Qué breves noticias te anunciaron cuando salías desnuda en el molino/ He guardado todo lo que era tuyo, todo lo perdido de tu cama, de tu mesa de cedro/ Muy pocas cosas me quedan de tu teatro entre los públicos asombrados/ Se trata de algunos objetos llenos de fuego unidos al oriente de lo pintado en oro/ Debí haber guardado los cuadernos y tu lámpara para toda tu vida/ Otra muñeca más, otra glicina y un jardín en el borde de la tierra.
(Del libro: El Corte Argentino, Ediciones En Danza, 2020)
ELLA NUNCA COMPRENDIÓ MIS POEMAS
James Joyce se había enamorado de una mujer
Se trata de Nora Barnacle que era una camarera del hotel Finn's, de Dublín
Y que nunca pudo realmente reconocer la figura de Molly Bloom
Ni comprender las imágenes de Joyce y el viaje de Ulises
Aunque para muchos la propia Nora era también la propia Molly y la propia Penélope
Y así ella terminaba con su monólogo de mujer inventada
Con un sí, siempre con un sí, o como termina la vida realmente con un sí
Que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer
Porque realmente yo he sufrido
Porque deseaba destruir la imagen clásica del mundo
Y que mi amante terminara de decirme el propio final de su propia palabra como fin
Para poder disolver la imagen de la realidad en un cuadro de melancolía
Porque al entrar al restaurant ella me dijo: que sería como ideal que una camarera se
enamorara de un intelectual moderno
Y que lo importante era amar y no comprender absolutamente nada de mis poemas
Y que ella podía terminar con un sí, iniciar con un sí, que es la palabra más bella que puede pronunciar una mujer
Y queda ese dolor por no pedirlo todo
Al quedarme solamente explicando mi última imagen de un intelectual moderno
Y que una estación del sur no se recorre en un solo día
Ni Temperley es Dublín, ni en mi barrio hay un hotel como Finn's,
Aunque mi camarera me lo dijo con una claridad extraordinaria
Puedo amarte y no entender nada de tus poemas
Y decirte sí una mañana, que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer
Y recorrer el sur como si fuese una calle con su plaza
Y dar la vuelta tantas veces como ocurre con tu barrio
Cuando siempre te pregunté lo mismo
Y que no hace falta que yo entienda tus poemas para decirte sí
Que es la palabra más hermosa que puede pronunciar una mujer
Y que yo puedo llevarte por el mundo sin comprender la menor de las metáforas
Verte con esta boca de tan cerca
Decirte sí de nuevo
Volver sobre el fin con una sola palabra, que es la palabra más bella que pueda pronunciar una mujer
Y yo tratar de terminar este propio monólogo sin que hayas entendido absolutamente nada
Y que me digas que sí
Que yo imagino que me dices que sí
Que yo escribo que sí
Que es la palabra más bella que puede pronunciar una mujer cuando te escribo.
(Del libro: El Corte Argentino, Ediciones En Danza, 2020)
Y QUE HARÍA YO SI NO PREGUNTARTE ANTE DE PASAR DE NUEVO POR LA ESQUINA
Qué haría yo al pasar de nuevo por la esquina
¿Preguntarte otra vez lo que siempre te pregunto?
Y si estuvieras sentada
Qué haría entonces yo si pasara de nuevo
Y si regreso y te pregunto
Vos me dirías que estás esperando
Y si lo dejo para mañana y se te pregunto mañana
Y si yo pudiera volver
Y preguntarte mientras estás sentada mirando el mundo
Pero si regresara otra vez y otra vez y tú no estuvieras ya
Porque han pasado las horas
Y nadie espera toda la vida, ni se sienta para toda la vida
Pero si volviera y te preguntara si quisieras
Pero sin tomar un café, ni explicar absolutamente nada
Porque no hay que comenzar necesariamente por sentarse a la mesa
Y tomar un café
Podríamos directamente decirnos que conviene que nos veamos en casa
Aun sin conocernos porque no nos conocemos
Entrar al baño debajo del agua
Para qué otro café antes con una ventana hacia una calle
Para qué regresar si podríamos volver a los lugares que no conoces
Porque no conoces mi casa
Entrar al baño por ejemplo debajo del agua transparente
Y para qué preguntarte si no hace falta preguntarte
Ni tomar antes un café para decirte todo lo que ya sabemos
Abre el agua la caída del agua
Desvístete antes de que me sienta y pida otro café
Antes de preguntarte de nuevo por tu nombre
Antes de pasar de nuevo por la esquina.
(Del libro: El Corte Argentino, Ediciones En Danza, 2020)
LA PAREJA DE LA PRIMERA FILA/ LA PAREJA DE LA ÚLTIMA FILA, ANTE LA OBRA ROMEO Y JULIETA
Dos enamorados se sientan en la primera fila del teatro
Dos enamorados se sientan en la última fila del teatro
Los cuatro enamorados miran detenidamente la obra de teatro y la fiesta de las máscaras donde se enamoran perdidamente Romeo y Julieta
Son ahora tres parejas de enamorados,la de la primera fila, la de la última fila,y Romeo y Julieta
Los enamorados de la primera fila se toman de las manos
Los enamorados de la última fila se toman de las manos, de las piernas, de sus bocas, de sus sexos y caen como en el teatro
Romeo la habla a Julieta desde el balcón: “si yo pudiera tocarte con mi mano”
Amor prohibido que se confunde a solas y en la fuga la tragedia calla
Calla el amor por el veneno en que se muere antes, cuando también Romeo ve a su amor
perdido y Julieta/ se hiere con su daga para caer sobre su amor dormido
Los enamorados de la primera fila siguen tomados de las manos
Los enamorados de la última fila se toman de las manos, de las piernas, de sus bocas, de sus sexos, se desvisten y se desvanecen sobre la última fila tan desnudos como dos enamorados
Los enamorados de la primera fila aplauden el fin de la obra
Los enamorados de la última fila yacen desnudos en el piso del fondo
Todos salen de la sala de teatro
Los enamorados de la última fila están sorprendidos de que todo haya terminado, que el público los deje solos en el teatro
Los enamorados de la primera fila salen como han entrado tomados de la mano
Los enamorados de la última fila como escondidos se visten lentamente, seguirán como real
la muerte, la vida y la tragedia, el día que inventaron lo que no sabían
Los enamorados de la última fila crearon su propio final contemporáneo
Comprendieron la metáfora y el dolor de morir en el propio juego de la última fila
Se volvieron amar en la soledad del teatro sobre el fin de la escena
Salieron y el público los aplaudió en la calle, miraban como enamorados a una multitud que los alzaba, seguían desnudos, seguían como los mejores amantes de este mundo.
(Del libro: El Corte Argentino, Ediciones En Danza, 2020)
Pablo Neruda 1954. Los caballos galopan en la nieve.
Pablo Neruda nos invitó a mi padre, a mi madre y a mí, cuando cumplió 50 años a una cena en Santiago de Chile. Mis padres le regalaron una función de títeres. Esa noche Neruda me bautizó con vino para que escribiera poesía. También nos invitó a Isla Negra. Neruda me llevaba a caminar por el mar. En algunas travesías anduve a caballo por la nieve. Yo era muy niño. Tengo lejanos recuerdos de un paisaje blanco y también de una casa marina llena de caracoles, mascarones de proa, barcos en las botellas y platos de cerámica con peces. Guardo el libro Las Uvas y el Viento dedicado por Pablo Neruda y el menú de la cena de aquella noche a las 21hs del sábado 3 de abril de 1954, en la calle Huérfanos 713, octavo piso, Santiago de Chile.
LOS CABALLOS GALOPAN EN LA NIEVE
Los caballos galopan en la nieve
Paisaje blanco de un niño iluminado por el sol
Con esas frutas que te traje de Europa
Uvas del viento que te puse en el fuego
En un mar, en una isla encendida en tu copa de vidrio
Te llevo ahora de la mano para que me recuerdes
Que viste estos caracoles y este plato de peces
Cuando todos los años hayan pasado hasta que escribas la carta final
La ruta del sur al borde del agua
Y salpiquen como la magia de los días en que estuvimos juntos
Y presentemos otra vez mi libro sobre la sangre de aquel tiempo
Y que veas mi letra verde que te recuerde el día
La ventura de saber que una vez nos vimos en la isla
Y tú eras tan niño en esa tarde marítima en que te dije todo
Abre ahora en la segunda página el amor que tiene mi firma
Y salta una vez más del caballo que la nieve abunda
Como el vino de estas uvas que te traje de mis primeros viajes
Cuando puedas comprender la importancia que tienen las cosas
Y que sepas más de mí en la vida final que fue tan triste
Porque tuve que irme cuando me traicionaron en mi pueblo profundo
Mis poemas escritos en la altura y en el brillo del agua de la isla que ya viste
Tomado de mi mano cuando apenas hablabas
Eras tan niño con ese brillo de sol extendido que ya casi no recuerdo
Si el brillo no era el mar sobre la tierra
O era esa carreta donde viajabas en el teatro que te vio nacer
Y viniste a visitarme para que te derrame el vino sobre tu primer viento con las uvas
Y que te espero de nuevo cuando vuelvas a la entrada del mundo, en la patria de al lado.
(Del libro: El Corte Argentino, Ediciones En Danza, 2020)
Enrique Molina: La memoria de un sueño invertido
Enrique Molina le dijo una vez a mi padre: “Esta es la voz de tu sueño antes de ingresar a la feria, antes de hacer el espectáculo”. La frase se asocia a una escritura que Molina hizo para prologar el libro de poemas de Javier Villafañe Circulen caballeros circulen, editado por Hachette en 1967. Los poetas de esos años tenían la costumbre de reunirse entre grandes amigos. No eran surrealistas en el sentido ortodoxo, pero hacían el surrealismo.
Cada uno de los invitados se paraba para hablar y el resto aplaudía respetuosamente. Luego el otro poeta daba su discurso y se lo volvía a aplaudir respetuosamente, y así hasta que todos terminaran de decir sus palabras. En la hermosa casa de Liber Fridman en el barrio de Palermo se reunían muchas veces todos los amigos comunes de Liber y Javier. Era notable la calidad para conversar y expresar cada uno sus ideas. Una vez participé de un encuentro donde estaban Edgar Bayley, Olga Orozco, Enrique Molina, Javier Villafañe, Leopoldo Castilla y otros amigos que no recuerdo bien, todos aplaudían, se paraban, se sentaban. En otra oportunidad, en un restaurant de Capital Federal propiedad de los titiriteros Rufino Martínez y Teresa Grossi, el escritor y actor Guaira Castilla hizo una función de títeres extraordinaria. En un momento un personaje se incendia en el retablo, sale un intenso humo blanco, se instala un silencio general, todos miraban a todos como sorprendidos por la magia. Ese era el estado de inocencia que pedía Edgar Bayley. Algunos pensaron que realmente el retablo se había incendiado. Hubo un miedo colectivo y las risas de siempre de los menos temerosos. Era el ritual de la magia y la creación constante de un nuevo sueño surrealista. Yo que venía de otros convivios de la poesía y las inteligencias, me sorprendió el ritual antiguo, donde cada uno ponía su cuerpo sobre la mesa y le explicaba a todos cuál había sido su último sueño. Todos creían en el sueño del otro.
LA MEMORIA DE UN SUEÑO INVERTIDO
No se dice así
Déjenme decirlo para siempre
No se ama en la marea del bajo
Ya no hay embarcaciones del Caribe, ni caballos atados en canoas
Déjenme decirlo para siempre
No se dice así
No es el hotel del mar lo que se pierde
Es el amor adentro lo que escapa
Hay que explicarlo
Ni los caballeros circulan por un juego
Todo vuelve a su crimen y a sus muertos
Ni es ella la mujer que se ha escapado
De una furia de tierra sin raíces
No se dice así, hay que explicarlo
No es ella, es la casa perdida, el jardín sin amor
“Porque no tenemos casa, ni paciencia, ni olvido”
Es la pared roja que respira sola con el ojo del buey
En la cama sin aire, en la muerte con su candelabro oscuro
No se dice así, nadie circula
Es en el mar de la pasión la amante
En las hogueras de un terror de infierno
Playa tierra del alma de origen en el mundo
Pero no es así, no hay que explicarlo
Circulen caballeros por favor circulen caballeros
Hay muchas cosas para ver todavía
Como Camila O’ Gorman la gran bella imprudente
La rebelión surrealista con sus fondos de amantes
Un paraíso perdido en mi último viaje
Pero ya nadie dice, nadie circula:
“materiales inusitados, criaderos de sonetos,
cabezas cortadas de señores con bigotes de otro siglo,
discursos, festivales de carpinteros y fotógrafos, adioses, toda clase de homenajes”
Nadie lo explica, nadie entiende nada
Nadie invierte en su muerte con el último pájaro que saluda mi cuerpo agonizando
Yo descanso en la noche final, lo saben mis amigos que me vieron morir
Mi vida fue ese sueño invertido, mi propio cuerpo iluminado por Dios.
(Del libro: El Corte Argentino, Ediciones En Danza, 2020)
Maria Elena Walsh: El otoño perdido
En el año 1945, a los 15 años, María Elena Walsh publicó su primer poema en la revista El Hogar titulado Elegía, ilustrado por su compañera de colegio Elba Fábregas. Cuando contaba con 17 años, sufre la muerte de su padre y publica su primer libro, un poemario titulado: Otoño imperdonable. Mi madre y María Elena Walsh estudiaron juntas en Bellas Artes y fueron muy amigas. Elba Fábregas era unos años mayor que ella. Cuando era niño, a principios de los años sesenta, tuve la suerte de ver muchas veces con mi madre Canciones para mirar. Fue un espectáculo que María Elena hacía junto a Leda Valladares en el Teatro Municipal General San Martín y que fue un gran éxito. María Elena pasó una vez por el Centro Cultural de la Cooperación para visitarme, habíamos pensado hacer un espectáculo con una obra de ella. Recuerdo que vino con su bastón y se la notaba caminar con dificultad. Me recordó algunas cosas que habían vivido con mi madre y aquella primera ilustración que apareció en la revista El Hogar. Me habló con profundo agradecimiento, como quien comunica con afecto los hechos vividos cuando uno comienza a despedirse de este mundo.
EL OTOÑO PERDIDO
Oh, qué habrá ahora del otoño
Cuando tu sangre era tan triste
Y cómo se parte la mañana de nuevo
Sobre el frío que vieron a tus hojas
En el silencio florecido de tu muerte
Pérdida interminable como si fuera un canto
La señorita final de la estación eterna
Nacida para ser breve como la niña inglesa
Con la tarde al oeste con balada de ángel
Porque me humilla la eternidad sagrada
Del otoño sin parque de mi primer amante
Por eso estoy a solas y parece que canto
Como sale un juglar invadiendo la calle
Que se mira de un fondo asomado a la noche
Con un enorme grito que te pedí de joven
Para que todo me dieras y que me dieras todo
Al pasear por aquella en los pájaros rotos
En la llovizna siempre de una rosa vestida
Porque era la edad en sed y el vaso en la bebida
De aquellos países que ahora ya se han muerto
Con el mar en la belleza final de ir a buscarte
A buscarte en otoño con el amor de una lluvia
Que te trajo de nuevo imperdonable y muy cierta
Y que todo lo dicho es tan claro en el brillo
Que he hablado todo aun sin los espejos
Con las hojas que caen a morirse conmigo
Para ser tan exacta en la estación eterna
En mis muros de sed, en los puentes del siglo
Y para eso canto para todos ustedes
En la feliz memoria de una gran belleza
Con un otoño en sangre, con la lluvia desierta.
(Del libro: El Corte Argentino, Ediciones En Danza, 2020)
ULTIMO MAR
La correspondencia estuvo escrita antes de tu muerte
Como la fotografía detenida recostada sobre un mostrador
Con el vino que retrata el recuadro de la memoria de los ferrocarriles
ingleses
Con aquel cisne sacrificado por las vidas violentas y verticales de
cualquier accidente
Que se acumula con los tiempos que imponen los trenes y las
estaciones
Pero estás allí, como toda víctima inocente en el recuerdo de una
percepción que cae siempre sobre las mismas cosas.
Por eso soy un cisne que vio el final de tu viaje y se parece a mí
Como el recuerdo en aquel restaurant de mar donde tu amor era un
mantel de papel escrito
Y había un biógrafo que hablaba de personajes ficcionados o
inventados atendiendo lo que ya te dije: tú, ya te habías muerto
Mientras que otros escribían sobre las vidas privadas de los que
volvían victoriosos del combate. No siento que a ti te haya ocurrido
lo mismo. No tuvimos hasta el momento ningún triunfo que valiera
la pena
De esta forma se hablaba solo de los vivos como salvados
desesperados de los propios muertos
Tuvimos el esfuerzo y la sangre, pero no alcanzaba el llanto mensual
ni el aire de las estaciones
Tú recordarás cómo dormías sobre una mesa de papel escrita
mientras los bosques se incendiaban arrastrando las casas
Por eso te quedaste allí en el mar desde hace mucho tiempo
Lo que yo amé lo vimos casi juntos una vez
¿Y tú, de qué quieres que me acuerde hoy?
(Poema inédito)
Juano Villafañe nació en Quito, Ecuador, en 1952. Es poeta, ensayista y periodista. Reside en Argentina desde 1955. Integró el Taller Literario Mario Jorge De Lellis en la década del setenta. Fue cofundador de la revista literaria Tientos y Diferencias (Ecuador, 1980) y de la revista literaria Mascaró y de su grupo Los Poetas de Mascaró (Buenos Aires, 1983-2001). Dirigió durante quince años (1987-2002) Liber-Arte, Bodega Cultural. Tuvo a su cargo entre 1989 y 1994 el asesoramiento literario de Ediciones Desde la Gente del IMFC. Tiene a su cargo desde el año 2002 la Dirección Artística del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Es actualmente el Vicepresidente II de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Publicó: Poemas anteriores (Editorial de la Universidad Central, Quito, Ecuador, 1982), Visión retrospectiva de la botella (Libros de Tierra Firme, 1987), Una leona entra en el mar (Ediciones del Dock, 2000; Editorial Arte y Literatura, 2004, La Habana), Deconstrucción de la mañana (Ediciones Atuel, 2006), Los Villafañe. Poesía familiar (selección de poemas de Javier Villafañe, Elba Fábregas y Juano Villafañe, Ediciones Colihue, 2012) y Públicos y privados (Melón Editora, 2013). Compiló la selección del cuento latinoamericano La Narrativa Erótica Latinoamericana (Ediciones Desde La Gente, Buenos Aires, 1992) y otras dos selecciones sobre la poesía argentina Poetas. Autores de Fin de Siglo I y II (Ediciones Desde La Gente, Buenos Aires, 1994 y 1997). Sus poemas formaron parte de los espectáculos Los Poetas de Mascaro que dirigió Leonor Manso y Con un tigre en la boca. Manual de los amantes dirigido por Hugo Urquijo, espectáculos en los que participaron las actrices y los actores: Ingrid Pelicori, Elena Tasisto, Alejandro Awada, Ana Yovino, Patricio Contreras, Walter Quiróz, Gustavo Pardi, Muriel Santa Ana, Claudia Tomás. Los materiales de ambos espectáculos fueron presentados como libros en ediciones Desde La Gente en los años 2012 y 2015 respectivamente. Presentó en los años 2018 y 2019 el espectáculo poético-teatral: Poemas y Canciones en la Multitud con Débora Infante, dirigidos por Manuel Santos Iñurrieta y Hugo Dellamea. Fundó Revista Con Fervor Cultura de Buenos Aires. En el año 2022 cumplió 50 años en la actividad cultural, año en el que estrenó su obra de teatro Confesiones de un escritor en homenaje a Haroldo Conti bajo la dirección de Manuel Santos Iñurrieta y estrenó su obra de teatro y poesía: La conversación infinita con dramaturgia, dirección y actuación de Gustavo Pardi. Esta año 2023 presentó el disco: El regreso de la mañana con poemas de su último libro: El corte argentino (Ediciones en danza, 2020), bajo la adaptación, musicalización e interpretación de la cantante Débora Infante y la dirección musical de Hugo Dellamea. Tiene en cartel la obra de teatro escrita con Manuel Santos Iñurrieta: La Celebración-Una comedia para los que vendrán en el Centro Cultural de la Cooperación.