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Marcos Silber: El oficio del Poeta. Por David Antonio Sorbille
18.02.2025 12:12 |
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Porteño del barrio de Abasto, como solía definirse, Marcos Silber nació el 4 de agosto de 1934 en Buenos Aires. Desde pequeño se nutrió con la calidez maternal que le brindó el conocimiento de la literatura y la musicalidad de las palabras. En 1958 comenzó su fecunda trayectoria con el poemario Volcán y trino, y luego, en 1962, volvería a publicar mediante el editor Manuel Gleizer, Las fronteras de la luz. En los 60’ integró el grupo “Barrilete” junto a Horacio Salas, Rafael Alberto Vásquez, Roberto Jorge Santoro (director de la revista “Barrilete” y detenido desaparecido en la dictadura cívico- militar en 1977), entre otros. En 1964 publicó el poema escénico Libertad, y en los años 70’ adaptaría junto con Jorge Hacker, la obra teatral “Raíces”, que inicia la trilogía que prosigue con “Sopa de pollo” y “La cocina” del escritor inglés Arnold Wesker. En 1965, Silber publicó Sumario del miedo (Ed. El Barrilete) y luego los siguientes títulos: Ella (Ed. Dead Weight, 1968, Faja de Honor de la SADE), Dopoguerra (1974), Historial del Oeste (1984), Cono de sombra y casa de pan -1976-1982- (Ediciones Setiembre Literaria, 1985), Preposiciones y buenos modales (Primer Premio en Mérida, España, 1991), Noticia sobre el incendio en la Nave mayor (Del Canto Rodado, 1995), Suma poética (Del Canto Rodado, 1999), Roca viva (Primer Premio del Certamen de Poesía de Ediciones La Luna Que, 2000), Doloratas con Carlos Levy (Del Canto Rodado, 2001), Thrillers - Historias en “16” (Finalista del Premio Casa de las Américas 2004, Vinciguerra, 2003 y 2005). A partir de los títulos: Primera persona y Boca a boca: Cuaderno del resucitado (2004), seguidos por Bajo continuo (2008) y Cabeza, tronco y extremidades (2010), Marcos Silber publicaría la mayoría de sus obras a través de “Ediciones El Mono Armado” creado por su hijo Ramiro. En 2010 apareció Convocados, antología de su obra publicada en Caracas por “Monte Ávila Editores”. En 2018 “Letra a Letra” de Bogotá, Colombia, realizó una edición de 30 ejemplares para bibliófilos con el título: Otro si digo (selección de poemas). En 2013 Visita guiada -Selección de textos 1968-2012- (Ed. Desde la Gente, Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, 2013) incluido por el plan de lecturas en los colegios por parte del Ministerio de Educación de la Nación en cantidad de 12000 ejemplares, y Desembarcos (Ed. El Mono Armado, 2015). En 2016 Levitaciones (Ruinas Circulares) y Campo minado (Ediciones El Mono Armado), Mercado negro (Ediciones El Mono Armado, 2017), Latinerías – poemas de Ida y Vuelta (Ediciones El Mono Armado, 2018) y Papelitos: travesías (Ed. El Mono Armado, 2020). En 2004, Marcos Silber participó en el Programa de lecturas del Ciclo Poetas del 60’ en bares notables invitado por la Secretaría de Educación de su ciudad; intervino en varios eventos nacionales e internacionales y en diversas antologías. Asimismo, recibió numerosas distinciones entre los que destacamos: Primer y Segundo Premio Certamen Nacional de Poesía de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, Primer Premio Casa de la Amistad Argentino- Cubana, Premio Municipal de Poesía Ciudad de Buenos Aires (1998-1999), Primer Certamen Prosa Breve de Contextos, Radio Cultura (1999-2000), XVIII Premio Internacional de Poesía San Juan de la Cruz, España, Premio Internacional Víctor Varela Mora, Venezuela y Fundación Argentina para la Poesía. Fue Miembro fundador de la “Sociedad de los Poetas vivos” junto a Carlos Levy, Eugenio Mandrini, Santiago Espel, Carlos Carbone y Hugo Toscaraday. La obra poética de Marcos Silber se desarrolló desde los albores de su juventud al ser receptor de los clásicos literarios rusos: Dostoievski, Tolstoi, Puskin, Chejov, Gorki, Maiacovsky, Esenin,… a los que se suman Ungaretti, Quasimodo, Montale, Whitman, Vallejo, Huidobro, Neruda, Miguel Hernández… como él mismo los cita en un cuestionario realizado y difundido por el poeta Rolando Revagliatti. La confluencia de lo anecdótico, el humor, las imágenes fílmicas, el palpitar callejero, el erotismo, lo conversacional propiamente dicho, son claves en su oficio de poeta y lo emparenta con el decir de Raúl González Tuñón y Juan Gelman, pues los instrumentos a los que apela son capaces de convertir el dolor en pasión, los fragmentos de lo dicho en lo no dicho, la marginación en la ardiente oscuridad. El tiempo, o mejor dicho, el rigor del calendario es desafiado por un notable despliegue lingüístico. Nada se descarta en esta apuesta en sortear el sacrificio cotidiano, satirizar lo trágico, convertir las cenizas en mariposas, eludir todo tipo de convencionalismo y buscar la complicidad del lector en las historias que narra. La poesía es una manera de ver el mundo en su justa dimensión, un acto de creación genuino por el cual no le damos tregua a la soledad y el olvido. Guillermo Martínez escribirá la contratapa de Desembarcos, donde extraemos: Los versos de Marcos Silber tocan la superficie humana, descubren en su desnudez aterida seres a la intemperie, bajo los truenos degolladores de la noche, y revelan sus pliegues, sus pérdidas y esperanzas, sus castillos frágiles en el gran arenero de la vida”. María Casiraghi, también se refiere a Desembarcos, en donde “lo cíclico se manifiesta en los relatos orales, anécdotas que se pasan de generación en generación... Desembarcan las personas que componen la escena de esta larga obra de teatro que es la vida del poeta, y la vida de su país”. Ana María Ramb dirá sobre Cabeza, tronco y extremidades, que “las palabras, en su discurso, nos trazan un camino, en ocasiones con un sitio de llegada pautado en forma previa; en otros, a la deriva”. En el prólogo de Otro sí digo, Ivonne Bordelois sostuvo: “En la poesía de Marcos Silber hay un desván donde se guardan fugaces gestos y objetos cotidianos recortados desde una perspectiva sorprendente, en encantadoras instantáneas de minuciosa ternura. (…) Una poesía sin abstracciones ni hermetismos, de una sencillez trágica, iluminada por los colores candorosos de un Chagall que hubiera prorrumpido en un indetenible canto de lágrimas. Sin pretensiones ni retóricas, una poesía que se atreve a ser ella misma: humildemente distinta, claramente original y solitaria. La firme poesía de un poeta cierto.” Y en su contratapa con la firma de Bernardo Ezequiel Koremblit, leemos: “La ternura, el esteticismo y la inquisición del ardiente y ardido Marcos Silber –con la que parece evocar al Gran inquisidor de Dostoievski- es el equivalente, por agencia de la poesía, los astros, la esfera celeste toda y los planetas, el mismo tiempo que la dulce abuela, la talmúdica mirada de Papá y Mamá, sus judaicos socorros –así lo dice el conmovido y meditativo Silber en los versos finales del intenso poema Evocaciones –son todo uno, uno solo como el único Dios del monoteísmo, como la totalizadora concepción de la vida y de los seres”. Sebastián Jorgi, en su nota dedicada a “Papelitos: travesía Marcos Silber, según pasan los años” publicada en la Revista de la SADE el 5 de diciembre de 2020, nos transmitirá su celebración ante la metamorfosis de un mago de las palabras. “Marcos Silber nos alumbra y nos empuja a reconocernos a través de cada verso”. Y destaca el rescate del fraseo popular, la convención cariñosa de un tiempo ideal, para concluir: “La nostalgia me conmueve y uno se siente feliz, acompañado”. Resulta, por demás trascendente, hallar en uno de sus tantos poemas, el balance oportuno de quien dijo “y no dejo de escribir para no dejar de vivir”. Pues, este fundamental artesano de la poesía contemporánea argentina, que partió a la eternidad el 23 de mayo de 2021 en su amada ciudad, escribió el testimonio con el que finaliza este ensayo: Otra vida nace / me nace cada día. / Otro entrar al mundo cada amanecer. / (Vaya novedad) sentencia de viejo -me digo-/ y sonrío -para nadie, claro-. / El trabajo de una rosa desplegada/ en todo su esplendor, me detiene./ Quedo espectador de su existir. / Nos miramos; Dios sabrá qué se está diciendo. / Tal vez, como yo, que somos los mismos sujetos, / actores pasajeros de la fugaz escena terrenal. / Anochece y sonrío -para nadie, claro-. / Continúan el paseo los escombros que me restan / cargando mi vencida huesería/ hasta el clarín de retirada / con su apagón. (De Paseo, en Mercado negro).
Bibliografía
Marcos Silber: sus respuestas y poemas. Entrevista realizada por Rolando Revagliatti.
https://www.lexia.com.ar/Reportaje_Marcosl_Silber.html
https://www.centrocultural.coop/revista/12/cabeza-tronco-y-extremidades-de-marcos-silber-buenos-aires-editorial-el-mono-armado-2010
https://revistasade.com.ar/papelitos-travesia-marcos-silber-segun-pasan-los-anos/