cultura-y-comunicacion- | La cara hembra de Dios de Daniel Alcoba
El género fantástico y la ciencia ficción llevados al extremo de la originalidad. Por Omar Ramos
24.02.2025 10:45 |
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El título del texto La cara hembra de Dios, de Daniel Alcoba, publicado por ediciones Minotauro, atrapa desde sus primeros párrafos y remite a la cuestión del machismo no sólo en la Iglesia Católica, también a la musulmana y en menor medida a la judía porque tienen rabinas, y los protestantes pastoras, ordenación imposible para los católicos que sólo tuvieron sacerdotas en los primeros siglos del cristianismo. Dios es hombre y Jesús es su hijo varón. No hay mujeres. Necesariamente surgió
la Virgen María para concebirlo por obra y gracia del Espíritu Santo. Si los hombres concibieran Jesús hubiera nacido de un hombre.
El libro comienza con unos versículos del Génesis, donde refiere a la aversión de Dios (Yavé) por las relaciones sexuales. Cuestión que hasta el día de hoy para algunos sectores de la Iglesia Católica sigue siendo pecado tener vínculos sexuales fuera del matrimonio.
El resultado del sexo es funesto, transcribo el epígrafe bíblico: “Cuando comenzaron a multiplicarse los hombres sobre la tierra y tuvieron hijas, viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron entre ellas por mujeres a las que bien quisieron. Y dijo Yavé: «No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne. Ciento veinte años serán sus días». Génesis, 6, 1-3”.
El tiempo de La Cara hembra de Dios está dado en la primera, segunda y tercera guerras fílmicas que ocuparan a los Estados Unidos de América y a sus aliados de la OTAN en el último tercio del siglo XXI, 15 de la hégira. En el califato e Bagdad pasaban la mayor parte del tiempo demostrando que los norteamericanos eran diabólicos. “Cada tanto podían romper la rutina de la televisión predicadora con un número de trapecistas, otro de malabaristas, un par de faquires comedores de clavos y vidrios
rotos, animales artistas... se entregaban a la fiesta con pueril alegría”.
Este libro está ambientado en un mundo fantástico. El Mago de Yinnistán hacía a los hombres más sabios, comienza con Alí Hasán, introduciéndolo en un burbuja de humo verde, con un desenlace inesperado. Posteriormente, el autor pasa a contar de Alí Hasán al-Bullah, gran pecador, que trajo el infortunio climático a la península arábiga. Un mundo ilusorio que tiene mucho de este presente siniestro en que está sumergido la humanidad. La tecnología puede esclavizar al hombre y de hecho
ya lo está haciendo. ¿La robótica y la inteligencia artificial a que llevará al ser humano? ¿Será un objeto más?
Daniel Alcoba muestra también la soberbia del mayor imperio del momento, los EEUU de Norteamérica, hecho que estamos viviendo en estos días, la autodenominación de un “mundo libre”, donde quien no se somete a las estrictas reglas de la realidad consumista, se convierte en un alcohólico, un marginal, un adicto a las drogas, un esclavo del sistema, como los inmigrantes que en busca del “sueño americano” son explotados catorce horas por día para sobrevivir.
Sorprende hasta dónde llega la imaginación del autor: Mujeres islámicas se rebelan contra el poder de los hombres y sentencian la castración pública de los más machistas. La singularidad, incluso la desmesura deliberada de este texto, está dada por su ilusión extrema: los actores de Hollywood son militares en los distintos lugares de guerra. Las religiones o iglesias se han fragmentado. Y algo del género fantástico, muy deseable por cierto es que la Iglesia Católica de Roma finalmente admite el sacerdocio femenino y tal vez no este lejos el momento de elegir papisa que rija a todos los católicos.
El espacio y el tiempo que diseña Daniel Alcoba sorprende por su prolífica inventiva. En cuanto al estilo, el lector que disfruta del género fantástico y la ciencia ficción se encontrará transportado al extremo de la originalidad.