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cultura-de-jujuy-a-tierra-del-fuego  | El simulacro de los espejos de Vicente Battista

"La literatura no es otra cosa que una larga historia de amor y de odio". Por Omar Ramos

04.06.2025 17:37 |  Noticias DiaxDia  | 

Desde las primeras líneas la nueva novela de Vicente Battista, El simulacro de los espejos, publicada bajo el sello Hugo Benjamín (2024) nos introduce en un espacio y tiempo, no especificado, lleno de misterios y recelos, donde Octavio, el protagonista, llega a un sitio denominado El Lugar y poco importa, informa el narrador, si lo decidió él, sin la ayuda de ningún Mediador. Lo reciben Artemio, Braulio y Carmelo, quienes se ocupan de la Ceremonia de Bienvenida. Ellos son los representantes de un sistema donde está todo minuciosamente controlado. Los personajes están aislados. No hay ventanas que comuniquen con el exterior. No se sabe por completo cuáles son las emociones de los protagonistas. Están prohibidas la amistad, el amor y la pasión. Existe un clima de desconfianza e incomunicación. Los Escogidos rara vez comparten algo más allá de las conversaciones ligeras, y las pocas excepciones, como la relación entre Adela y Basilia, son de tiranteces permanentes. Ambos personajes denotan versiones personales distintas a la de las autoridades.
Salvador Gargiulo, quien escribe el prólogo de esta novela, se pregunta si El Lugar se trata de un spa, de un templo o de un instituto de salud mental. Lo importante es que este sitio, el escenario donde conviven Los Escogidos, induce a que el lector dé vuelo a su imaginación y piense, si es creyente, en un más allá, en una eternidad perturbadora sin un Dios visible; también en una suerte de Infierno no tan cruel, pero autoritario, o en la propia Tierra en un futuro donde no se sabe nada del pasado, “hay otros modos de medir las horas, los días, las semanas, los meses y los años”. En las pantallas de El Lugar se proyectan series exclusivamente policiales donde todos los personajes son sospechosos. Hay una Administración con un poder total que autoriza o desautoriza las conductas. Distingue entre libertad y libertinaje. Es la autoridad que determina lo que se puede ver en las pantallas. Y esta circunstancia nos lleva a la actualidad donde el poder real no está en los gobiernos, es justamente un simulacro, unos espejos que no reflejan la verdadera realidad, donde no hay escapatoria, como lo entiende Octavio, quien “solía repetir que los espejos siempre engañan”. En principio, parece aceptar las leyes de ese sitio pero luego sus preguntas lo van convirtiendo en un hombre crítico y desafiante para la potestad, que es en sí misma una expresión de las discordancias del ser humano.
Para Michel Foucault el poder determina lo que es verdadero y falso, lo que es normal y anormal y eso tiene un impacto en cómo se entiende la realidad. Está relacionada con la subjetividad. La verdad se convierte en una construcción social dependiente de quién tiene la capacidad de imponer su narrativa. En el caso de esta novela de Battista el poder crea sujetos, los transforma y los somete a convenciones específicas de ser y de actuar. Los Elegidos deben olvidar el afuera”, le dice Artemio a Octavio. No interesa la identidad y las acciones pasadas, no hay escapatoria del amor, del odio y de las circunstancias de las que nunca se vuelven como la muerte. No por nada otro integrante del sitio, el escritor Requejo, dice que “la literatura no es otra cosa que una larga historia de amor y de odio”. 
El lenguaje directo y despojado de artilugios estériles, diseña una historia que alegóricamente expresa el cuestionamiento de las instituciones modernas, que tienen nuevas formas, pero los mismos contenidos opresivos de otros siglos. “La ley había sido proclamada muchísimo tiempo atrás, y aunque ya no tenía ningún fundamento, se continuaba practicando con mucho respeto”. No había piedad para quien la transgrediera.
El simulacro de los espejos es un texto que admite varias lecturas, de ahí su alto valor literario que conduce a la reflexión continua, sugiere, muestra, nunca explica. ¿Acaso se puede explicar el misterio del origen del ser y sus altas contradicciones? Enigma con el que cargaremos toda la vida.
Después de un prolongado tiempo, Vicente Battista vuelve para encontrarse con sus antiguos y nuevos lectores con una novela sin rótulos ni certezas, sin que se pueda decir que es un texto realista o fantástico, sí que como en otras oportunidades nos brinda una escritura que hace pensar sobre la condición de las personas y su presencia en la Tierra, que al igual que los personajes de este novela, no saben nada del enigma de la existencia. Tal vez se puede pensar, como Borges en su cuento Las ruinas circulares, que el ser humano fue gestado por un hombre que se dedicó a crear a otro hombre a través del sueño, pero después descubrió que él mismo había sido soñado por otro.
Entre los libros de Vicente Battista pueden mencionarse Los muertos, premio Fondo Nacional de las Artes y Casa de las Américas. Esta noche reunión en casa. Como tanta gente que anda por ahí. La huella del crimen. El final de la calle, con el que obtuvo el premio Municipal de Literatura. Entre sus novelas, se destacan Sucesos Argentinos, con el que obtuvo el Premio Planeta de Argentina. El libro de los engaños, Siroco, Gutiérrez a secas y Ojos que no ven. Ha publicado libros de ensayos. Enlaces y cabos sueltos y Walsh, 1957. Acerca de Operación Masacre.
Sus cuentos han sido incluidos en numerosas antologías y parte de su obra fue publicada por la editorial italiana Voland y la editorial francesa Gallimard.
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