"No hay cooperativas delincuentes sino delincuentes que las usan", opinó el titular de INAES, Patricio Griffin.
El control del sector es fundamental ya que significa una parte importante del Producto Bruto Interno(PBI) del país, indicó. Hay 13 mil en liquidación y 170 intervenidas judicialmente.
Tras varios años de trabajo, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, descubrió 28 mil cooperativas truchas. De las cooperativas con anomalías que se encontraron, 13 mil están en proceso de liquidación y 170 intervenidas judicialmente debido a que se las encontró involucradas en casos de fraude fiscal. El resto, casi 15 mil ya han sido liquidadas.
"Fue un trabajo largo de depuración del sector. Hay tres o cuatro puntos en donde el fraude se ha utilizado mucho, pero hay que insistir con el hecho de que no hay cooperativas delincuentes sino delincuentes que usan cooperativas", destacó el titular de la dependencia estatal, Patricio Griffin.
Las cooperativas de trabajo fueron el núcleo principal de los casos de irregularidades, con alrededor de 12 mil casos.
A partir de eso, se aumentaron mucho los controles y el sistema de verificación para la constitución de nuevas unidades cooperativistas.
"La gente se queja, pero si no le exigimos a una cooperativa de pesca que tenga medios de capitales y recursos para demostrar que es una empresa, estamos favoreciendo a un gran empresario fraudulento que utiliza a los trabajadores e incumple la normativa laboral", explicó Griffin en diálogo el programa A cara lavada de radio Nacional.
Según los cálculos del INAES, de la producción de bienes y servicios de todo un año, aproximadamente un 10% le corresponde a lo que genera el sector cooperativista. La cifra marca la presencia creciente de un modelo de organización que rompe con las características de concentración que se pueden notar en varias de las ramas de la economía. local.
"El modelo tiene como objetivo básico terminar con la intermediación inútil y con el concepto de monopolio desde el mismo origen. Lo que hay es un modelo democratizador, donde cada hombre, cada asociado o cada productor vale un voto", planteó Griffin.
A pesar de los fraudes, la no demonización del sector está entre los objetivos principales del organismo estatal.
De hecho, Griffin se encargó de resaltar las diferencias entre las grandes empresas, que buscan rentabilidad sin pensar en la calidad del servicio, y las cooperativas, que sustiyuyen ese pensamiento por el objetivo de generar la ganancia suficiente para mejorar la calidad de lo que se produce.
"Por ejemplo, en cualquier ciudad donde hay cooperativas de servicios se puede ver un nivel muy superior a las prestaciones de cualquier monopolio", sostuvo.