Ciudad semi desierta, fin de semana largo. A los intolerantes nos gusta estar solos todo el año. Lastima que para sobrevivir tengamos que unirnos. Nuestra presidente ama los feriados.
Días de carnaval en Buenos aires. En Lugano se lucha por tierras. Los que se quedaron en la ciudad miran la repetición de los premios Oscars y se golpean el pecho por Di Caprio.
La ciudad es una bolsa arpillera gigante, y cuando se cansan de correr los días hábiles, alguien la da vuelta y deja caer los humanos en la ruta. Algunos nos agarramos bien fuerte y resistimos.
Yo no quiero salir a la calle, prefiero cerrar las ventanas y quedarme mirando películas. De todas soy un poco el personaje.
Luego el clima y el calendario los juntan en fila y los trae de vuelta. Cada uno al puesto de esclavo que le toque, a limar las rejas de la cabeza del amo.
Mientras tanto en las avenidas, nosotros los que nos quedamos, tostamos desde los bolsillos nuestras manos vacías, disfrutando un poco de silencio.
En las plazas hay murga, y algunos animales en cuerpos de personas bailan enamorados de la música, con lentejuelas que tardan horas y horas en coser. Ellos aman lo que hacen.
En Argentina el carnaval brilla y encandila en San Luis, Salta, Entre Ríos, Corrientes y Buenos aires. Pero en todo el país y todo el año, hay ensayos para los murgueros. Ellos festejan para luchar. Son mágicos.
Según varios historiadores, tiene origen hace más de cinco mil años en Sumeria. Luego ellos se la convidaron a Egipto y al Imperio Romano, y así se difundió por toda Europa. Navegantes españoles y portugueses lo trajeron a América. Y nosotros les dimos detalles aborígenes y hasta márgenes místicos precolombinos.
El tiempo pasó para todos y el carnaval fue adoptado por pueblos de tradición cristiana. Se dice que en los festejos se usaba máscaras porque valía todo. Hasta que los reyes católicos dejaron de reírse por el permiso de bromas en público, y las prohibieron.
Entonces estos pueblos subieron los festejos a aviones imaginarios. En la actualidad esos aviones cayeron, alejando así su significado religioso, y recuperando su alma de fiesta.
Los feriados de carnaval fueron establecidos en Argentina en el año 1956. Hasta que en 1976, fue eliminado del calendario de feriados en época de Dictadura Militar.
Con el decreto 1584/10 se restablecieron, con lo cual a partir del año 2011 volvieron a considerarse Feriado Nacional.
Terminó el carnaval, aunque parezca que en este país es todo el año. Hubo guerra de espuma. El aerosol trajo más de lo que debía, se nota que al tercer chorro la gente se aburre. Y los de bigotes sonrieron y cantaron con poca ropa en escenarios ambulantes.
La ciudad estuvo vacía. Se fue en sangre. El reloj de arena se da vuelta de nuevo.
¿Sos vos, pebeta? ¿Sos vos? ¿Cómo te va?