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Poemas de Alfredo Luna (Catamarca)

 
Poemas de Alfredo Luna (Catamarca)

04.04.2014 11:21 |  de ... Poemas  | 

EL SILENCIO LATE COMO PIEDRA CONVULSA
……………………………………………………A Lucía Carmona
en la Poesía, montaña ondulante,
algo es posible;
pero la lengua es el cuchillo de lo que no puede decir.
como un errante escalofrío
el lenguaje cristaliza.
cuánto debo morir, entonces,
para que suceda el poema?

COMO LOS ÁRBOLES, NO PODEMOS HUIR
ese tiempo, cuando tu cuerpo era
una tempestad espléndida de proezas fabulosas,
no pude resistir la tentación de mirar el universo
con ojos de árbol y nube: me colma
la embriaguez de esos días demorados.
yo, diosa en trance, persisto
implorando pan y socorro
Tú, a lo lejos, eres la parte más sombría de mi fe.

ÚLTIMA CENA
la mesa está llena del hambre de nosotros
y de la gula de esos forajidos que acechan
como fieras voluptuosas;
no es grial ni bandera este mantel:
es la sábana que anoche escondía
tus cántaros repletos de siglos de abstinencia.

montados en esta cruz de ficciones,
bandoleros del orden sagrado, a tiros de petraria
ceden a los estragos del olvido
y nos comen, bocado a bocado
en “la casa del Padre de los cielos” ─dicen─

Rabí: qué será de ese fulgor líquido en tu boca
pidiendo Justicia?

“cordero de Dios”, si es verdad “que quitas
los pecados del mundo”, cierra tus ojos
y deja de pastar en nuestras almas.

DIGNIDAD EN PRESENTE DE INDICATIVO
la sorda estampida de un galope
y el último relincho de aire anuncian el desastre:
hay que calzarse los guantes para no tocar el miedo;
en la epidermis, -arcaica entretela del goce-,
suturar este torrente de óxido que se cuaja en las arterias;
amarrar los fluidos fosforescentes
con esta ración de dolor imperdonable
que la noche dará de comer a los microbios:
rotular su nombre para que nadie
confunda la íntima dimensión de la derrota
disimular esta lejía de lágrimas desobedientes
que buscan asilo en otro mundo,
controlar las inútiles pertenencias en disputa;
registrar la degradación, retirarse hasta que la liturgia se repita.

LA SANGRE, COMARCA DE REVELACIONES
no acierto con la extremada plenitud de la agonía
que me condena a la paciencia: lazarillo impávido
voy ladero de la muerte al borde del barranco de tu cama:
mi fe avanza impune por todos los rituales
y se evapora como caldo envenenado.
entonces, cuál es nuestra grandeza, Señor?
cuál es la Tuya?
lo peor es no morir ahora
no todavía.

SI LAS SOMBRAS SE DEVORAN, NO HACEN LUZ
una jungla de palabras vibran indignadas
fraguan en mis pupilas para fugarse:
me empeño en rugir el aire de las cosas.
no seré dueño de mis ojos
hasta que no diga.
la noche me punza. tengo miedo que mi voz
se pudra

***
lo que oyen mis ojos
sin alegría ni sosiego
me invade una creciente de palabras
que serpean riscos y presagios;
un sonámbulo artificio de signos,
para decir lo que no puedo.
mi mano forcejea
contra el caudal de musgo sonoro
y la Belleza, territorio cruel,
no me guarece.

ESE MEDIODÍA DE ENERO
hechas con pedazos de hogaza y hambre
quiero todas mis voces que pugnan por brotar al amanecer,
las que aguardan en el corazón izquierdo
las que me acechan por el puño derecho.
esas palabras incandescentes con el sopor de mi voz:
nada más que esos sonidos perversos que me denuncian;
mi rostro de hurón en fuga, mi sangre de río sin memoria
o quien quiera que yo sea.

aunque tenga el alma llena de vacío,
no me dejes hablar, madre
también escúchame.

EN LA COLINA
cuando esta aproximación
es sólo el estallido de los cuerpos
la nostalgia dice
el dolor que ocupamos.

EJERCICIO RESPIRATORIO PARA EL AVE NOCTURNA
ha emigrado el ave
porque éste ya no es el espacio de los riquísimos frutos.

aquí no hay nada
ni más que el amargo desierto de los otros días;
la luna negra y esta vieja sangre descomunal.

en las altas cumbres del amor
ofreciste el fascinante suplicio de tu boca
y una brizna de ternura en el frágil altar de tu pelvis

oye, roedor del corazón: háblame de mí,
de tanta ceniza atrapada en mi cuerpo
de tanta espera vacía, del cielo, que no existe.

LES ADIEUX
.................................para mi mascota, Luna de la calle

esta rebelde melancolía tiene torpes fisuras:
son las certezas de otro paraíso.

hermana mía en el destierro y la ventura:
dile a Dios que la sangre todavía cruje
en la palabra sangre y en mi cuerpo frío;
que ahora, aquí dentro y más hondo:

la ausencia es el viento venenoso que respiro
y te nombra en todos los rincones de esta intemperie.

LA VERDAD ES UN POZO DE PENA
no sé adonde voy entre olas de música
que se hunden como luz gigante y rota.

busco lo más remoto de mi nombre,
el eco de mi sangre, una mísera patria,

tu Dios es una mentira que esplende, punza
y me confunde,
por eso, dejo el alma en este vigilia
bajo el sello inalterable el destino.

VEINTE DE ENERO
arrastrándose por el barranco de la dicha,
envuelto en olor a jacinto
un pájaro sin alas ni cielo
me reconoce en el vértigo del origen:
estallo como una magia en el dolor de la siesta.

nace mi vida,

desde entonces
ocupo demasiado lugar en este mundo;
sombra de agua, soy mi propia demolición.

ORA PRO EIS
no mires, Simón Pedro, al horizonte ciego.
ya no están los días jubilosos cuando tu cuerpo
er5a ese fabuloso paradero del goce. todavía te persigen
las manos de Ananías y el hambre
no cesan de pecar en este mundo tan distinto.
émulos de otra ralea
atesoran odres de sueños y peces cantores debajo de la tierra,
templos de esplendor más grande que el escándalo.
oro de traiciones y plata de limosnas colman sus árganas.

Tú, el arrepentido ¿acaso eres la piedra
reventada en infinitos cascotes blasfemos?
¿ qué hay de ti, entonces
en el milagro de fantasmas partiendo las aguas
igual que un nazareno famélico cruzando el fuego
o de este fulgor impávido aromando opulentos altares
de torcazas en mórbido embeleso?
desde entonces, mi querido,
multitudes alzan ese cuenco de plegarias calientes y murmuran:
“Tuyo es el reino, tuyo el poder de esta sangre,
por siempre, Señor”

desde entonces, la confusión de Dios me rebalsa.

Alfredo Luna nació en Catamarca, reside en Buenos Aires. Publicó los libros de poesía Las palabras imposibles (1993), Los días demorados (2005), Los fuegos prometidos (2006) y La mirada sonora (2008). 
 
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