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Poemas de Myriam Leal (Tucumán)


Poemas de Myriam Leal (Tucumán)

16.06.2014 09:40 |  de ... Poemas  | 

Ángeles perdidos

 

 Alguien perdió sus ángeles

Los olvidó

en el asiento trasero de la pick-up

Desde entonces ellos fuman habanos

juegan póker todo el tiempo

y abusan de la cerveza

En las noches

por allí anda

alguien desangelado

con un manojo de plumas en el bolsillo

y estos chicos -a los que

ya les está creciendo la barba-

quieren redimirse

Volver a casa

 

I

 

Hay un ángel enfermo

sentado sobre el borde de mi cama

compungido

pide perdón por otra noche en vela

mientras bebe su boldo

gesticulando náuseas inminentes

En ocasiones le ha pasado

amanecer su borrachera

con un ala enganchada

en los cables de video

Me ofrezco a acompañarlo

a  alcohólicos anónimos

mas él miente mañana

cara de rala cosecha

Ambos sabemos

No podrá con su genio

 y otra vez

cuando me crea dormida

saldrá de ronda

 

II

 

Hay ángeles para todo

Están los que cuidan niños

los protege ancianos

los que hacen horas extras

cuando les tocan ebrios

Pero éste no encontró trabajo

Usa rasta

y su túnica es verde manzana

Él confía en la publicidad

reparte tarjetas

asegurando que el márketing

todo lo puede

en una de sus alas se puede leer:

joven para todo servicio

y en la otra su e-mail

En verdad

ya no sé qué hacer con él

Mi madre

cree

que son míos

esos porros que aparecen por ahí

 

 

 

III

 

 

Mi ángel solía mirarme

con sus ojos de gruyere

mientras comía un peón blanco

Ahora

tras sus anteojos negros

él todo lo encuentra aburrrido

excepto el póker y la velocidad

No me esperes despierta dice

al ponerse la campera negra

Esos amigotes tuyos-intento

Alguien los olvidó en la pick-up

me ataja

y enciende un habano

en tanto

se ajusta el cinturón con tachas

Un nudo me florece en la garganta

al colocarme las alas

que él ocultó bajo la cama

Otra vez se fue sin casco

 

IV

 

Hace algún tiempo sus alas

cuelgan en la percha olor a naftalina

Simula no verlas al tomar su saco

antes de salir

Hoy vuelvo temprano me dice

al guardar su  .45 en la sobaquera

y ponerse los anteojos negros

mientras baja la escalera silbando

Acompasada

dentro de la mochila

la Lupara golpetea

su espalda

Esta noche me regalará rosas

Hoy es Día de San Valentín

 

 V

 

Sos un ángel  le dicen ellas

El niega con la cabeza

y camina laxo

mirando a sus chicas

les sonríe

las acaricia

en tanto ellas recatadas

le entregan lo recaudado

al final de la noche

A los ángeles

no les gusta

ni el póker ni los habanos

se justifica

mientras acaricio los rulos

enredados en su aureola

 

 

 

XVIII

 

Lluvia blanca

Miro sus brazos antes níveos

ahora anidan allí

pequeñas rosas violetas

verdes amarillas

su cabeza ensortijada

es un afro mal llevado

aún así

mi almita no cabe en su almario

cuando llega azote de las puertas

gesto torvo

suavizando su voz catacumba

ojos de cumbres tibetanas

ojeras estratificadas

y acaricia mi barbilla

entonces despliego folletos tarjetas

Pará rayada, pará

dejáme dormir

acota

haciendo gárgaras con el whisky

cayendo en picada a la cama

No cree en los grupos de ayuda

ni en libros

ni en lo psi

dice que un dios –que nunca vi-

lo librará

mientras tanto

quito plumas del plumero nuevo

y las pego

en las que él oculta bajo el viejo gabán

 

 

VII

 

Él vende estampas

en las escalinatas de la catedral

invisible desierto el de su mano

aguarda el goteo

monedas y monedas

de aquellos que allí adentro

golpean sus pechos perfumados

mea culpa, mea culpa, mi grandísima culpa

y espían el segundero

ansiando encender el celular  

Él guarda en sus alas los centavos

tras la cortina del vacío pedestal

Esta noche

en los arcos dorados

 tendrá su cajita feliz

 

X

 

Tus ángeles

son siempre hombres

me dijo subiéndose las medias

con el último toque a sus bucles

a sus labios carnosos

mientras ascendía a los tacos

Un nada decís? quedó a la deriva

Y luego de plegar cuidadosamente sus alas

las guardó en el último cajón

antes de apagar la luz

Entonces le dije

encendiéndome estrellas

Tal vez tengás razón

mientras

se ajustaba

el pañuelo sobre la nuez

 

XXIV

 

Mi ángel va por la casa

encendiendo piedras

y palitos perfumados

es Londres entre cuatro paredes

pero debo abrir la ventana

A veces temo lleguen

los bomberos a causa

de esas negras piernas aromadas

que salen de mi departamento

tratando de sujetar

un trozo de cielo

El habla de la energía proyectada

de los chakras

de los seres de arcoiris

mientras pone otra planta

allí arriba

entre las paletas del ventilador

Su túnica es el sombrero de un mago

Y con resignados ojos

ocho gatos dos loros viejos

doce perros

y otros mas que no cuento

vemos el arribo de un integrante mas

El sonríe feliz entre tanta selva

mientras acciona la lluvia contra incendios

Las plantas estaban secas

me dice

Yo voy por las escaleras con

 

los clasificados bajo el brazo

de "Ángeles perdidos II"

 

 

 

 

 

He visto

He leído

He oído

hablar de las arañas

como de fieras salvajes

ancestrales temores de aquella época

en que se vivía en los árboles

Y hay gritos

Sudoración excesiva

Palpitaciones

Algún zapatazo mal dado

Y la pobrecita que huye

rauda

espantada

de la condición humana

 

 

 La vi peinarse

Quitarse una lágrima verde

de sus ojos amarillos

Depilarse una ceja

Darle un abrazo al vacío

Sonreír

sepultar

amurar el interior

La vi tomar las llaves

Y salir por la puerta delantera

 

 Hay un escorpión dormido

en el cuenco verde sobre la cocina

Ha tenido un mal sueño

De persecuciones

Cosas por el estilo

Y ha escapado

Creyó que allí estaría seguro

o tal vez que

alguien por fin le daría muerte

Pero es hora de volver a su sitio

Me lo trago con un gran vaso de agua

 

 

Cuando ella no te hace caso…

 

No entres en mi habitación

Le dije

Pero lo hizo

Y se recostó

sobre la frazada negra

Escuché sus alaridos desesperados

Y corrí desde la cocina

La saqué a empellones

Había arañas

Grandes

Peludas

Negras

rojas

amarillas

escandinavas

azules

Una gritó

me decía al borde de la histeria

mientras yo cerraba la puerta

Son de goma

Juguetes del perro

     Él me miró

   -nunca entra en la pieza-

Tras la puerta

mis pensamientos

volvieron a adormecerse

Sin sobresaltos

 

 

 

Le murmuro a mis tarántulas

 

las dejo libres en las noches

salen a comer los malos pensamientos

las tristezas de cada día

tienen esa costumbre higiénica

que no he conseguido

en los minúsculos escorpiones

que me habitan

que mascullan en mi oreja

 

Ellas

tan aplicadas

acicalan mi frente

deshilan las madrugadas brumosas

de los pozos de ausencia

y llaman

a los murciélagos que

habitan las cortinas

que disipen las hebras

umbrosas de las pesadillas

mientras el día

cae a plomo

 

 

Los siguientes poemas pertenecen al nuevo libro que la autora esta realizando.

 

Él se irá

Ella lo sabe

Él prepara de a poco

Subrepticiamente

Ella hace como

si no se diera cuenta

Juegan el juego

viendo el siguiente movimiento

Él habla ríe

Bebe su tinto vino

Ella ríe habla

Bebe mates fríos

Él comenzó a comer alpiste

Ella, a dejar las ventanas abiertas

 

 

 

 

Te irás                 

En tus ojos he visto anidar pájaros

Cuando crees que no te miro

allí dentro suena el viento del paisaje

Con más frecuencia recojo arenas

o pastos

que van dejando

olvidados tus zapatos

En los amaneceres

preceden tus manos

olores a retama

a campos de lavanda

o hierba recién crecida

Día a día

Penélope entristecida

creo la red que te contiene

Acaricio la nuca

húmeda de mar

te arropo

en el ángulo del sueño

y oigo caer los árboles

y crecer las sesgaduras de los glaciares.

 

  

 

 Él se prepara

Ella se prepara

Cada cual

en la esquina de los días

riega un sol negro

y comparten el desayuno

de tostadas diarias

Él acomoda

los pliegues de su memoria

Ella acomoda

los trinos    los aromas

que él hará estallar

cuando el reloj

deshoje su último minuto

Él abrió la ventana

tanteó el alféizar

emparejó

un plumón rebelde

y besó los labios

que acunaron

sus deseos

 

 

Cuando él marchó

Ella estaba

Su mano en el alféizar

acariciando la suya

Sintió el llamado

la bandada

surcando el horizonte

Él tomó envión

Ella estaba

Y soltó su mano

 

 

 

 crepitan las hojas arrugadas del cielo

un aire fresco me baila la piel

las nubes derretidas

se deslizan por la tuya

como mis yemas

recorrían los caminos azules

de tus arterias

te podré mensajear

twittear

hacer señales luminosas

florecer lapachos

azahares

menguar el frío de los cementerios

mas tus ojos velados

han perdido el contorno de mi ser

 

 

Myriam Leal  nació en Tucumán. Fue  en dos períodos Secretaria de la Sociedad Argentina de Escritores, filial Tucumán. Organizó el Café Literario “Poetas de la Plaza” (1999), colaboró en Letrarte  (Encuentro y Congreso de Escritores realizado en Tucumán en 1998, en Mendoza en 1999 y 2006 en Tucumán). Desde 2009 es Co-directora de Letrarte. Colaboró en la Primera Tournée Poética por La Rioja, Catamarca y Tucumán y es colaboradora de la revista literaria “La luna que..”  y La Masmédula de Buenos Aires. Fue directora de la revista cultural on line El Alacrán Literario. Actualmente co-coordina el Café Literario de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional de Tucumán.

 Publicaciones: Publicó el poemario Memorias del agua. Sus poemas han sido traducidos al inglés, alemán, italiano, lituano y al francés. Ha publicado en revistas literarias del país y del extranjero, impresas y virtuales. Realizó la Antología “Poesía Joven Virtual”. Integra la antología de poetas argentinos  Poesía hacia el nuevo milenio, Ed. La luna que.., Buenos Aires,2000; la antología bilingüe y CD: Tucumán, Huit Poètes Argentins, Abra Pampa Editions, París, Francia, 2006; Poetas Argentinas (1961-1980), Ediciones del Dock, 2007 y la Antología de Poesía Joven del Noroeste, Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2008.

En 2011 publica Ángeles Perdidos y en Coautoría con Julio Carabelli  El Gran velorio, ambos Ediciones del Parque.


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