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Rosa Oviedo

Por Rosa Oviedo

 Profesora de lengua y literatura. Crítica literaria. (UBA)

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Cultura Matancera. Hoy el desafío es leer a Anita Pagura

 
Cultura Matancera. Hoy el desafío es leer a Anita Pagura

06.05.2019 13:27 |  Oviedo Rosa | 

La Trinidad de las Cosas Evidentes

Nació un 29 de diciembre de 1977. Creció y vive en La Tablada.

Su infancia transcurrió entre obra en construcción, catequesis y colegio estatal. Aunque había aprobado el ingreso, no pudo concurrir a la Escuela Nacional de Danzas. Curso letras en la Universidad de Buenos Aires. Luego se lanzó al mundo del diseño. Organizó y desarrolló eventos culturales.

La Trinidad de las Cosas Evidentes, nació en el mundo editorial de la mano de Sergio Abaldi en 2018, “Prosa Editores”

Poemario ilustrado, dividido en tres partes, casa ilustración es un símbolo, es una significación para ser partícipes de la evolución poética como personal

¿Cuál es el posible lector de esta voz poética?  Aquel que siga atentamente el recorrido y no dude en acompañarla desde el prólogo como autodefinición.

Desde el título (indicio), asistimos a esa división de cosas que no resultan tan evidentes.

Hay un caos a ordenar junto a este yo poético, la primera ilustración, representando a la primera parte, es una bailarina marioneta simbólica manejada por otros hilos. Nada es fácil para ese yo y se rebela ante la imposición del orden en la heterogeneidad, hay una trinidad impuesta del propio vivir, pero aparece un desdoblamiento con la injerencia de un otro impune, un ser primario que urdiga en sus entrañas, un otro mortificante y es donde el yo da lugar a la presentación de uno de los grandes temas: la identidad. Es unabúsqueda desde su propia fragmentación, un yo que va encontrándose a través de la poesía, un yo que por momentos cae, que se resigna y se refugia en sus retazos:

“Inquieta ante el mantel

fría…acurrucada… vaciada…

admirando, suspendida, mis retazos y mis flores.”

En la segunda parte el yo propone indagar sobre sí misma en otro tiempo, sin poder abandonar la poética perturbadora, pero también es donde la palabra cobra más poder que las sensaciones, el cuerpo se transforma en poesía, se va reconstruyendo, abandonando los manipuladores hilos:

“Puede ser el principio, pero también puede ser fin.

Es sangre palpitando.

Es esa sangre que son palabras.

Es sangre que hierve cuando es palabra”

En la última parte, la que conforma la trinidad, hay un verse tal cual es: una hembra que parirá, fue, y dejará huellas, voz poética dueña de aprendizaje, la rebeldía se ha transformado en realidad. Reconoce las raíces de esas cosas evidentes, no más extraviada, ni perdida. Es otro yo, una hembra con su propio cauce.

Nos transmite que en cada encrucijada hay una salida.

 


Imaginemos cómo leería Pedro Chappa este poemario:

Haría una lectura inversa, desde el final, desde el encuentro consigo mismo como narrador oral de su destino, llegaría al principio en la reconstrucción de ese destino.

 

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