La ley de los grandes números. Por Virginia González Gass

Este 10 de diciembre el pueblo argentino conmemora los primeros 30 años del retorno a la democracia.  Un festival con músicos y un acto en la casa de gobierno son parte del festejo. Pero del otro lado del telón pasan cosas. En la Legislatura porteña pudimos frenar los acuerdos para la construcción del Shopping Caballito y los avances contra la educación pública. No fue el caso de otros contubernios que favorecieron a los empresarios del juego, ni de las designaciones en la Ciudad (que sorprendieron a propios y ajenos)

Acorde con la necesidad de saldar las deudas de la democracia el socialismo auténtico acompañó la Ley de Primarias y Abiertas, Simultáneas y Obligatorias; la de Boleta Única y los agregados a la Ley de Ética Pública.

Fue la última sesión del año. Ya no estaba entre nosotros el rabino Sergio Bergman quien partió, para el Congreso nacional, en compañía del dirigente de La Cámpora Juan Cabandié; y a quienes saludo con el respeto que siempre nos tuvimos.

Pero ese sincretismo político quedó en el recinto. Las leyes de los grandes números volvieron a dominar un paquete de normas negociado con algunos diputados ¿opositores? con los que sumaron 42 votos.

Esos afanes escapan a una forma de ver y hacer política que aprendimos con el ejemplo de los dirigentes que tampoco están entre nosotros por culpa de la dictadura y sus malditos conspiradores.

Este lunes la Ciudad condonó una deuda de los empresarios del juego.  Las salas de apuestas, casinos y otras timbas no pagarán una deuda fiscal cercana a los 1000 millones de pesos y estarán exentas de  Ingresos Brutos futuros. A cambio el gobierno de Mauricio Macri acordó un canon “especial” del 3% sobre las ganancias de los tragamonedas y las carreras de caballos, y modificó la norma para que Lotería Nacional divida por mitades lo recaudado en la CABA.

La enseñanza que abre la cultura del juego es que siempre hay  esperando una red de oferta y demanda de entretenimientos encadenados a redes de trata, prostitución y droga.

No queremos una ciudad que nos lleve hacia el pasado. Por eso seguiremos trabajando por una democracia para todos. Saludo con inmenso afecto a mi compañero de banca Adrián Camps y amigo, que deja la Legislatura tras una gestión transparente y comprometida.

A quienes asumen distintos roles en los entes de control porteños les cabe la doble responsabilidad de no insistir en errores irreversibles y de proteger a los usuarios / ciudadanos, ya que son Derechos Humanos fundamentales, necesarios para y por la democracia.