ONCE

Ya hace un año, un primer aniversario de la tragedia que conmovió al país. Recuerdo estar escribiendo en la computadora, tenía que terminar unas noticias cuando empecé a oír ruidos de sirenas. Que habrá pasado-pensé y seguí enfrascada en declaraciones de políticos. Al rato ya me pareció extraño seguir escuchando tantas ambulancias, entonces puse un canal de noticias y cuando vi esas imágenes no podía creer lo que estaba sucediendo.
El martes 19 de febrero de este año se realizo en la Cámara de Diputados de la nación la segunda jornada para recuperar el tren. Estuvieron presentes familiares de las 51 víctimas de la tragedia de Once, además de bloques políticos.
Antes de comenzar, mientras esperaba poder acceder a la Sala, me puse a charlar con un señor que también iba al encuentro. Viajaba en ese tren, solo recuerda que se cayó y se desmayo, lo llevaron al hospital y aun se encuentra bajo tratamiento. Es carpintero, en varios momentos interrumpió la charla con los ojos llenos de lágrimas, me explico que no puede trabajar como antes porque por momentos la mano se le pone dura y le es imposible seguir. Y ya es grande, no sabe otra cosa que no sea su oficio para mantener a su familia, pero no puede hacerlo. Esa secuela le dejo el accidente, como también a veces el encerrarse en sí mismo.
Después en la jornada hablaron otros familiares y amigos, al escucharlos que tristeza…un nudo en la boca del estomago.
Quieren justicia .Que a nadie más le pase lo que tuvieron que vivir ellos. Que los trenes sean transportes habitables, en buen estado, donde se invierta no como un maquillaje temporario.
Recuerdo cuando viajaba de chica, tenía 12 años, e iba de Castelar a la escuela en Ramos Mejía. La marea humana me bajaba en Morón sin que pudiera evitarlo y me volvía a subir, así todos los días. Han pasado muchos años desde entonces, hoy no veo que eso haya cambiado.
Un minuto de silencio por todas las vidas que se fueron, por las que quedaron y luchan a diario para superar lo que han pasado.
Que el buen funcionamiento de los trenes no sea un milagro que se de cada tanto, sino una realidad palpable. Justicia