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La Confitería del Molino espera. Por Claudia Ainchil

 Entrevista al Subdirector de Prensa de la Biblioteca del Congreso de la Nación, Fabián Stecco.

28.03.2014 00:53 |  Noticias DiaxDia  | 

El Congreso nacional y su majestuoso edificio. Enfrente la plaza Dos Congresos y una confitería famosa no solo por los políticos e intelectuales que compartieron charlas de café sino por lo lindo que era entrar en un lugar tan bonito. Encontrarse con sus mármoles, mosaicos,  cerámicas en donde trajinaba un incienso a historia.

El 9 de julio  de 1916 se inauguró el lugar donde su propietario, Cayetano Brenna atendía a los legisladores con levita.

En 1992 el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires lo incorporó al Catálogo de Edificios de Valor Patrimonial, Área de Protección Histórica, ordenanza 45.572.

Hoy, cuando se observa la fachada, pareciera que un impetuoso desdén fue arrebatando en estos últimos años la gloria de sus muros. Y me pregunto si seguirá deteriorándose a la vista de todos.

Persianas verdes cerradas herméticamente por donde no pasa ni una fracción de luz. Esculturas sobre el mármol de la entrada. Rejas con un fondo de chapa negro. Telas también negras, desgarradas por las inclemencias climáticas vuelan bajo el nombre del lugar.

La Confitería del Molino, de estilo art nouveau, situada en Callao y Rivadavia, el 23 de febrero de 1997 cerró sus puertas. Ese Monumento Histórico Nacional declarado por el Poder Ejecutivo en 1997, fue bloqueado, convirtiéndose en un edificio en vías de extinción. Gris, maltrecho, oscuro.

Un hilo resquebrajado a punto de romper su conexión definitiva con el cotidiano ir y venir del mundo. Da pena ver la edificación en ese estado, indefensa y solitaria, jugando con instantes lejanos que quedaron en cada orilla, y a la vez siendo etérea imagen de portazos que no son escuchados. Su interior cohíbe la plenitud del tiempo que ya no es y lo transforma en el silencio de lo no habitado.

Desde que fue inaugurada hasta el momento de su cierre constituyó la cuna del encuentro de grandes personajes de la historia argentina. La marquesina, los artefactos de vitraux, la torre mirador y las aspas del molino. Un lugar por el que había que pasar.

Carlos Gardel, fue quien encargó ahí un postre para Irineo Leguisamo, por eso el nombre quedó grabado. Niní Marshall, Libertad Lamarque y Eva Perón iban a tomar el té con masas. Como en fotogramas las imágenes del pasado se agolpan soplando al oído collages y rompecabezas de historias.

Recuerdo a mi padre, el mismo día en que cobraba el sueldo, llegando a casa con el “imperial ruso” del Molino. Con cuanta ansiedad lo esperábamos, se nos hacía agua la boca. En la memoria afectiva conservo alguna de esas sensaciones. Ese paquete bien dulce que llegaba a la noche escoltado por quien nos amaba era un agasajo, poder compartir en familia, los seis.

El destino hizo que un día la Confitería cerrara, como así también se fueron, vaya a saber a qué clase de mundo, algunos integrantes de la familia. Y ya no volvimos a saborear una vez al mes ese postre (aunque en otros lugares probé el imperial ninguno logró acaparar mi atención como el de la infancia), ni a estar los seis, ni a entrar a tomarnos un café cuando andábamos por Congreso.

Cierro los ojos como si fuera un viaje en la máquina del tiempo. La pastelería en el Subsuelo, la confitería en planta baja, y en el primer piso, el salón de fiestas.

“En ese lugar nos reuníamos en plena dictadura y fue allí donde nació uno de los primeros organismos de derechos humanos”, dijo el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien se reunió con la delegación de la OEA en una de esas mesas.

De todos los proyectos presentados en el Congreso de la Nación solo uno está vigente, es el 224-S-2012 de Samuel Cabanchik. El cual declara de utilidad pública, y sujeto a expropiación, por su valor histórico y cultural el inmueble de la Confitería del Molino. Este proyecto es reproducción del 2292-S-10.

Obtuvo en el Senado media sanción el 29 de Noviembre del 2012 y pasó a la Cámara de Diputados de la Nación. Allí fue girado a las Comisiones de Asuntos Constitucionales, Legislación General, Cultura y Presupuesto y Hacienda. Aun no fue tratado por dichas Comisiones.

El Subdirector de Prensa de la Biblioteca del Congreso de la Nación, Fabián Stecco, nos contó que hubo un proyecto de Jorge Coscia, en el que proponía expropiar el edificio, hacer un centro cultural y crear una Comisión Bicameral. 

“Ese proyecto lo tomamos algunos compañeros como referencia y armamos uno en donde se hiciera cargo del edificio la Biblioteca..

Siempre nos pareció que en el Congreso los que nos encargábamos de la parte cultural eramos nosotros. Al tener centro cultural, salas para exposición, microcine, mucha actividad cultural creemos que el lugar natural de un centro cultural es la Biblioteca.

Hicimos un proyecto con la idea de un museo, centro cultural y que la Confitería del Molino funcione como lo hizo siempre. La idea es que se expropie el edificio, el Estado se ocupe de restaurarlo y una vez que esté en condiciones pase a la Biblioteca del Congreso”, plantea Stecco. “Armé un proyecto de ley, conversé con Gioja que era el Presidente de la Comisión Administradora en ese momento y lo firmó.”

-En que año fue eso?

- Más o menos hace cinco años. Había un proyecto de Roy Cortina, Presidente de la Comisión en ese momento, que tomó el proyecto original de Coscia. Que el propio Presidente de la Comisión de Cultura quiera formar una Comisión Bicameral, que haga un centro cultural, me da la sensación que es como tener ciertas funciones de Cultura, propias de un Secretario de Cultura de la Nación. No lo veo mal pero tal vez no es esa la función del legislador.

-Y el proyecto de ustedes?

Lo presentamos. Cuando la Comisión de Cultura se reunió fui a defenderlo a la reunión de asesores. La Comisión al final  votó el proyecto de Roy Cortina. Tuvo media sanción pero quedo todo ahí.

-Por qué?

-No sé, quizá no era una prioridad en ese momento.

Explica Fabián Stecco “Ahora, lo que queremos es volver con otro proyecto, pero armado desde el Senado. Mi idea es mostrárselo a la Senadora Latorre, que es la Presidente de la Comisión Administradora de la Biblioteca, para ver si ella lo quiere presentar. Y sino ver quien quiere hacerlo.”

-Que plantean?

La expropiación del edificio, la restauración por parte del Estado, ya sea el Estado nacional o el Congreso y que forme parte del Congreso nacional y la Biblioteca del Congreso. Queremos hacer un Centro Cultural, también un Museo de la Democracia. Que la democracia esté mostrada desde el Congreso, enfocada desde el lado parlamentario. A la Confitería la daríamos en concesión pero conservando y restaurando lo que está destruido, porque sufrió un deterioro enorme.

-Formaste parte de un grupo en relación a este tema?

-Sí, se llama "Para que se Restaure la Confitería del Molino", es un grupo de Facebook. Juntamos más de 5000 firmas y se entregaron el año pasado a las Cámaras. Hubo un festival artístico. La gente de todo el país, hasta extranjeros, venía y quería firmar. Ahí nos enteramos que funcionaba, creo que clandestinamente, como un hostel para estudiantes de otros países.  

Además formamos una asociación que se llama Construir Cultura con el fin de no solo
preocuparnos del Molino sino también de otros edificios en condiciones similares.

-El edificio está en sucesión?

-Pertenece a la familia  Roccatagliata, es el último dato que tengo. Hubo unas cuantas ofertas que quedaron en nada. Con malicia podemos pensar que están esperando que se caiga un balcón y tener el justificativo para demolerlo, hacer ahí un emprendimiento.

Cometimos el error de primero ir a pedir que se restaure y después querer tomar contacto. Creo que tendría que haber sido el camino inverso para saber que pasaba. Una vez que estábamos ahí nadie nos quiso atender.

Antes había una estatua que ya no está más. La fachada tenia cosas en bronce y pasó lo mismo que con la estatua. Tememos que cualquier día se pueda caer algo desde arriba. Soy un ciudadano que quiere que la Confitería del Molino vuelva a funcionar, por una cuestión histórica, y que el edificio esté restaurado y tenga una función más social- dice Stecco.

Entre las propuestas que existieron sobre este tema en el 2010 los diputados radicales de la Ciudad de Buenos Aires, Claudio Presman y Rubén Campos, presentaron un proyecto de ley con el fin de crear el Centro Cultural Museo de la Democracia "Presidente Raúl Alfonsín".

Alfredo Palacios, Marcelo T. De Alvear, Lisandro de la Torre, Agustín P. Justo, Juan Domingo Perón solían visitar la confitería. También  Amado Nervo, José Ingenieros, Leopoldo Lugones, Roberto Arlt, entre otros. Ellos se encuentran en cada centímetro, adheridos.

Esa porción del imperial ruso y un cortado en jarrito atraviesan estas lineas, se incrustan.

 

 

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