Nostalgias - Sergio Gaut vel Hartman & Ada Inés Lerner

Unos pocos minutos después de salir del tugurio en el que bebió ajenjo hasta casi morir, se dio cuenta de que el tipo con el que había estado conversando era su viejo amigo Karl Blumbach von Weber, compañero de mil andanzas cuando ambos militaban en la Schutzstaffel, más conocida como SS. ¿Qué quedaba del antiguo idealismo, de la mística aria, de la certeza de que todos los otros eran menos que insectos, basura descartable? El ajenjo los consolaba por la pérdida del dogmatismo, una estrella perdida en el libro del Apocalipsis. Los gritos que proferían, borrachos, eran un remanente endeble con mística genocida. Los recuerdos hinchados por el alcohol y la mente poco alerta advertían que de aquel Infierno solo quedaron las cenizas, ruinas fétidas y cómplices cobardes. Aquellos febriles insectos, los otros, los aturdirían hasta en el Purgatorio con el apremio del que son capaces los cadáveres acusadores.