| MINISTERIO DE ECONOMIA
"No estamos en default", ratificó Kicillof, quien espera que se imponga "la sensatez" en esta situación "inédita"
"Si un nombre no tiene, es default", describió al ampliar su exposición sobre el resultado de las negociaciones con los fondos buitre. Aseguró que el Gobierno "no se opone para nada a un acuerdo entre privados" si es que se involucran fondos genuinos.
01.08.2014 08:49 |
Noticias DiaxDia |
El ministro de Economía, Axel Kicillof, dio una serie de explicaciones técnicas sobre las causas por las cuales el fallo adverso del juez estadounidense Thomas Griesa no hizo que el país haya caído en default como lo sostienen algunas interpretaciones de economistas, que atribuyó a la intención de “sembrar el pánico y hacer aparecer esta situación como equivalente a la del 2001”.
“Decir que hoy entramos en default es una pavada atómica”, sostuvo el ministro en conferencia de prensa que ofreció esta tarde en el Palacio de Hacienda, a su regreso de Nueva York donde no se logró un acuerdo en la mediación judicial con los fondos buitre.
Kicillof aclaró, ante versiones sobre iniciativas de bancos privados de llegar a acuerdos directos con los holdouts, que el “Gobierno no se opone” a ese tipo de negociaciones, siempre y cuando no se involucren fondos del Estado.
El ministro advirtió que al no haber llegado a un acuerdo con los fondos buitre, “en este momento” uno de los bancos en los que se depositaron fondos para pagar a los bonistas reestructurados, como el Banco de Nueva York, a quien el juez Griesa le bloqueó esas divisas, “tiene sesenta días para ver si le dan lugar o no al pedido” de los bonistas para cobrar “y tomar las acciones correspondientes”.
“Esto no va a ser sencillo de determinar por lo inédito”, advirtió, y señaló que “supongamos que el banco (de Nueva York) decide considerar esto como un incumplimiento de la Argentina, entonces eso se apelará y pasa a judicializarse antes de que haya alguna consecuencia”.
El ministro comenzó explicando con detalle las especificaciones de los prospectos de los bonos que entraron en el canje, para dejar en claro que ninguna de ellas incluye la posibilidad de que se declare un default, aún en un caso como el presente, en el que Argentina depositó los fondos para los pagos correspondientes pero un juez impide que eso se efectivice.
Recordó que existen cuatro posibilidades para que se declare el default, y que en ninguna de ellas incurrió el Gobierno.
Esas cuatro posibilidades son: no pago, incumplimiento cruzado, moratoria o que se objete la validez de los títulos externos.
Destacó que “a la fecha, el juez Griesa continúa sin expedirse” sobre la posibilidad de desbloquear los fondos de los bancos para que los bonistas reestructurados puedan cobrar lo que les corresponde. Lo caracterizó, según la terminología del culto católico, como “estar en el limbo”.
Insistió en que el juez Griesa accionó de esa forma, perjudicando a terceros (los bonistas reestructurados) “para favorecer a los buitres, que parece ser uno de los objetivos centrales del juez”.
Insistió en que “esto es un hecho judicial sin precedentes en la historia” y consideró que “no puede haber más que mala voluntad de los que quieren sembrar el pánico y hacer parecer esta situación como la del 2001”. “Los que hoy son los voceros del apocalipsis- agregó- eran los aplaudidores que se callaban la boca y estaban en un carnaval” que desembocó en la crisis del 2001.
Afirmó que los sectores que “agitan el fantasma del default” tienen “la intención de desinformar políticamente, y generar un clima en el que dicen que ‘el Gobierno hizo esto y ahora hay incertidumbre, la gente no va a invertir, habrá un desastre, se agrava la inflación, habrá desempleo y se vendrán las siete plagas de Egipto’”.
“Los que dicen eso –continuó- lo hacen porque quieren que esto pase”.
Reiteró que el presente problema surgió porque “el juez hizo una interpretación estrambótica de la cláusula estándar y pretendió que la República no pueda pagarle al 92 por ciento de los tenedores de bonos que entraron en el canje y se le pague diez veces más a los que no entraron”.
“El juez –puso como ejemplo- le preguntó a los abogados de los fondos buitre ‘ahora qué hago, qué digo, a quién llamo’ y no lo estoy ridiculizando, esto es lo que figura en la audiencia”.
“Si un nombre no tiene esto, es default”, graficó.
Salió al cruce de las declaraciones “rimbombantes” de economistas sobre la situación actual, y dijo haberse sorprendido “mucho con la declaración inflamante del mediador Pollack, quien no logró su cometido de mediar, de convencer a los buitres de que depusieran su actitud, y de lograr que el juez imponga un ‘stay’”.
“Pollack fracasó en la mediación y ahora se le ha caído la careta, porque sacó un comunicado digno de los fondos buitres y sorprende al hablar de default en la Argentina, es algo que lo excede”. “Tenía la intención –agregó- de generar ese mismo pánico funcional a los fondos buitres, que tratan de agitar los de afuera y que los de adentro, por miserabilidad política, tratan de generar caos, incertidumbre y desánimo”.
Kicillof afirmó que “la esperanzsa que tenemos es que esta gente entre en razón, que se deje guiar por la sensatez, y por lo que han dicho todos los países del mundo, que esto era insólito y peligroso”.
“Esperamos –agregó. Que esto se resuelva más rápidamente que cuando venza el próximo pago, que el juez tome la determinación que tenga que tomar, que suspenda la sentencia y no delegue esta decisión a una de las partes, porque ahora la mesa de negociación es una mesa inclinada”.
Sobre las versiones en torno a operaciones de bancos argentinos para comprar la deuda a los holdouts, aclaró que “el Gobierno no se opone a acuerdos entre privados” aunque señaló que ninguna de esas versiones está confirmada, aunque parece estar abierta la posibilidad, según una declaración emitida hoy por uno de los holdauts, el Aurelius.
Señaló que “hay incentivos” para que los privados intenten esa operación, pues “Griesa fue quien generó problemas entre los privados y tal vez hay un peaje que pagar para que esos fondos sigan fluyendo”.
Aclaró sin embargo que cualquier acuerdo de ese tipo no puede involucrar a bancos estatales, o con mayoría estatal, así como organismos del Estado como el ANSES o YPF.
“Es bienvenido todo el mundo que genuinamente quiera contribuir”, reiteró.