Como parte de las tareas de control de la AFIP, a través de la Aduana, en ciudades del país, se secuestraron de 6.000 productos falsificados del rubro óptica, juguetería, electrónica y textil por más de 2 millones de pesos.
Los allanamientos fueron dispuestos por el Juzgado Federal N 3 de Córdoba.
Las firmas allanadas por la Aduana contaban con dos plantas y depósitos completos de mercadería de origen extranjero en infracción.
En total se secuestraron 1.838 pares de lentes (de sol y lectura), 1161 relojes pulsera, 18 calculadoras, 151 mochilas, 518 gorras, 557 cartucheras y 1981 juguetes (404 muñecas, 446 autos, 32 pianos, 225 guitarras, 80 patinetas, 35 brazaletes, 420 bastones luminosos, 130 peluches, 157 computadoras portátiles, 45 teléfonos, 7 helicópteros), algunas de las cuales presentaban inscripciones que harían presumir la existencia de fraude marcario.
Los relojes simulaban ser de las marcas más reconocidas en el mercado, como por ejemplo Rolex, Ferrary, Gucci, Guess, Longines, Jean Cartier, Omega, Orient, Swiss Army, Tag Heuer, Tissot y Tommy Hilfiger.
A los agentes de la Aduana les llamó la atención que las réplicas de los relojes eran de muy buena calidad, inclusive con idénticas prestaciones y funciones, lo que facilita el engaño al consumidor.
El secuestro de la mercadería fue a partir de tres allanamientos librados por el Juzgado Federal N° 3 de la Ciudad de Córdoba, a cargo Alejandro Sánchez Freytes.
En el caso de los juguetes, las copias eran de marcas como Ben 10, Kitty, Princesitas, Batman, Hombre Araña, etc., y de muy baja calidad. Esto supone un riesgo por su toxicidad, diseño, composición. En algunos casos los productos secuestrados presentaban rebabas -propio de su baja calidad de confección- que los convierten en elementos cortantes para los niños.
También se secuestraron mercadería falsificada de las marcas Ray Ban, Ben 10, Nike, Adidas, Disney, Toy Story, Hello Kitty, Bob Esponja, entre otras.
Los allanamientos fueron realizados como parte de las tareas de control “ex post” que lleva adelante la Aduana y está dirigido a combatir el fraude marcario a nivel mayorista y de grandes acopiadores, a efectos de evitar su distribución vía venta callejera.
El combate en las instancias mayoristas de comercialización procura proteger al comercio minorista lícito y registrado sin afectar los aspectos sociales de la venta ambulante.