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El teatro actual en su laberinto, otro de los debates del foro Imaginación Cultural

07.11.2015 11:58 |  Noticias DiaxDia  | 

 Ricardo Bartís, Mauricio Kartun y Corina Fiorillo, tres destacados directores de la actualidad, debatieron sobre el estado del teatro en la última década, el lugar de las producciones independientes y alternativas, y el vínculo entre dramaturgia y política, entre otros temas, durante la charla “El teatro o la vida, moderna”, que se llevó a cabo como parte del foro Imaginación Cultural, organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación.

“Vivir en Buenos Aires hoy es vivir en una especie de parque temático del teatro, donde todo parecería estar referido a lo mismo; hay clases, cursos, es una energía inédita”, describió un optimista Kartun al iniciar el diálogo, moderado por el periodista Jorge Dorio.

“Hay un extraordinario caudal de trabajo, especialmente, en el teatro independiente; que se suma a la proliferación de pequeñas salas y a la cantidad de estudiantes y de gente que hace teatro. Comparado con cualquier capital europea, hay una especie de desmesura”, matizó.

Bartís, por su parte, confesó que añora “la relación con un tipo de público diferente”. “Me parece que antes había mayor elección y compromiso, y que ahora hay una situación más híbrida, y que la cantidad de obras –como decía Kartun–también hace que los espectadores no elijan tan claramente ciertos tipos de lenguajes en detrimento de otros”.

En sintonía con Kartún, Fiorillo expresó su entusiasmo por presenciar este momento del teatro: “Somos una de las ciudades más afortunadas del mundo. Agradezco cada día haber nacido acá por este teatro que tenemos, por la variedad, lo alternativo”.

El lugar del actor de teatro y de televisión fue otros de los asuntos que debatieron para coincidir. Si bien reconocieron que quien actúa en la pantalla chica puede llegar a traccionar gente, el lugar de la tele es “industrial” –calificó Bartís– o “sirve para vender detergente”, en opinión de Kartun, quien, de todos modos, afirmó: “No importa de dónde venga el mango”.

Para Bartís, en la escena teatral porteña “hay mucho parecido, como en la política”. Fiorillo, a su turno, observó: “Hay una gran oferta cultural, con cosas con las que me identifico más que con otras”.

A la vez, la docente y directora mencionó que el año 2001 desencadenó una gran creatividad. “Encuentro un proceso dramático diferente. Creo que hemos vuelto a ver las historias, los mitos que hablan de nosotros. Uno puede diferir en la manera de contar, pero empezamos a mirar cosas que tienen que ver con nuestra identidad y con las minorías. La sociedad está cambiando lo que quiere escuchar. A mí me da esperanza”, argumentó.

Bartís, en cambio, diferenció el sentido social de la última década y el del teatro: “Una cosa es la mirada de la política y otra es el teatro. El momento de languidez de lo teatral se da cuando el sistema social, la realidad, está demasiado dramatizada, intervenida por la hipótesis de la construcción del relato”, aseveró.

“En una situación donde se pone tan adelante la necesidad de ficcionalizar propia de la política para proyectarse, esto es, la necesidad de generar mitología cultural para producir arrastre, el teatro entra en colapso porque no tiene de qué burlarse, a quién oponerse, sobre qué dramatizar, sobre qué estructuras de oposición circular”, analizó el director de Sportivo Teatral.

 

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