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Poemas de Jorge Curinao (Santa Cruz)

21.02.2019 18:31 |  Noticias DiaxDia  | 

NACIMIENTO
Entrar al mundo
por la puerta más pequeña: 
cuestión de todas las noches.
 
SÁBANAS DE VIENTO
La lumbre de dos cuerpos
en un cuerpo.
 
SEÑALES DE HUMO
Quien cruza esta plaza
espera versos que jamás llegarán.
Por eso San Martín señala el horizonte.
 
EXILIOS
Arrástrame
hasta el umbral de tus pasos.
Protégeme
hasta el silencio que dejan mis lágrimas.
Bendíceme
hasta el próximo encuentro.
La distancia entre nosotros
sigue siendo el hombre del traje gris.
 
- Del libro SÁBANAS DE VIENTO (2006)
 
TIEMPO
Hablo del fracaso
del poema
de la resurrección de las palabras.
Hablo del silencio
de las cosas que no existen
de un corazón enjaulado en un jardín.
Hablo de la música
espacio privilegiado del ausente.
Hablo de mí.
 
ABANDONO
Un perro
cruza el puente
a las 3 de la mañana.
El último gesto de la noche quiere huesos.
 
FIN DEL INVIERNO
Y si uso camisa.
Y me pongo corbata.
Y me descubren. 
 
NADA
Todo y nada es Historia:
el sol partido,
la triste crónica del pájaro atropellado,
el mozo sin idioma,
las piedras del sueño,
el oleaje del vaso lavado,
las nubes sobre los muros,
las sombras que pueblan los días,
el zumbido del cansancio,
el mudo enojado con el mundo,
el azar del sepulturero,
el testimonio desamparado de las madres sin techo,
el florista de las mañanas,
el recolector de vestigios,
los mensajes para nadie.
Sin embargo,
en la piel de las estatuas todo es mentira:
gloria perversa que corre sobre los calendarios ciegos del tiempo.
 
- Del libro PLEGARIAS DEL HUMO (2009)
 
PAISAJE
A veces
a mí también me quisieron.
Era verano
y un pájaro golpeaba desde afuera.
 
PLAYA
Mi voluntad de ser traiciona al día.
Estoy parado al fondo de la noche.
Hay pobres atando sogas.
 
HECHIZO
La muerte se sienta al lado
y me dice:
te ves como recién nacido. 
 
BALADA DEL BUEY SOLO 
Me recuerdo saliendo por los desiertos
y encontrando rostros que no eran míos
rostros que no fui
¿cómo no pude acostumbrarme a los rostros?
¿cómo no pude acostumbrarme al paisaje?
debí ser fuerte como un sueño de metal
para que no se duerma la espera
para decir una frase verdadera
para decirme un canto como un animal
quiero decir:
la casa ya no es grande
los niños no están
necesariamente no están
en este instante
es más terrible la belleza del mundo
así
sin fantasmas que alimentar
sin sueños cayendo en el desierto
sin ventanas
rostros de mí.
 
- Del libro CACTUS (2010)
 
Mi niño llora al caer la noche
y yo acuno su canción
de pronto
cierra sus ojos
y vuelve al sueño
y allí me quedo
en su canción
pues yo también soy un niño
que llora al caer la noche.
 
* * *
 
Cada noche
las mismas tristezas
pueden ser de otros.
 
* * *
Antiguos cantos abrieron mi silencio y atacamos juntos.
 
* * *
El amor – dijo Lore –
al final destruye.
Desde aquel día
su llanto la amamanta.
 
- Del libro NADANDO (2012)
 
Cuando nos despedimos, palabras con pájaros llovieron contra el cielo. No había terminado de cantar aún el último gorrión y, en nuestras manos, alguien lloraba. Lo sé porque aquel verano duró una eternidad.
 
* * *
Mi padre era un trabajador. Una mañana, en la primavera de 1987, se fue como todos los días. Pocos días después desapareció. Nadie supo bien qué pasó. Tal vez el mar. El cuerpo de mi padre muerto estuvo allí, en el mar, tirado por varios días, varias semanas. Nadie supo bien qué pasó. Como suele suceder. Desde entonces odio las muertes, las esperas y sobre todo, los ojos que no quieren mirar. 
 
* * *
Se aprende, en el pueblito, a caminar despacio. Se aprende a hablar con las estrellas, con los muertos. Escucha, cierra los ojos. Es la piedra que puse entre tus manos.
 
* * *
 
No hubo tiempo de distracciones. Ni con el afuera, ni con el adentro. Se vivió hasta el último hartazgo. Supimos, enseguida, que el porvenir no estaba en los rostros ajenos. No tuvimos, lo que se dice, un buen pasar. No hubo lamentos por eso. No hubo necesidad de arañar el asfalto. Era tanta la vida, que salíamos del cuadro antes del final de cada comedia. 

II

Si pudiera enlazarme con mi huida. Escuchar mi angustia, mentirme un poco. Me pregunto y quisiera saber de qué se trata eso de proyectarse hacia el vacío; por qué la palabra no me aborta. Y dónde se forma el silencio, dónde la región de la sed. Y por qué tener que morir llorando. Es necesario abandonar la noción de verdad. Reconciliarse con el mundo. No perderse de vista. Es necesario soñar con el mar.

XI

Todas las noches me despierto para ver si mis manos siguen siendo manos. Y aún no necesito preguntarme qué es una mano.

XXI

El tiempo llegará, en pedacitos. No faltará quien nos bese los párpados, huesos exiliados del alma. Sí, el tiempo llegará y borrará estos años de luz pegados a tu ventana.

XXIII

Debajo de la hoja está el árbol que crece, el pájaro que cae. Quiero decir, sin temor, la sombra de tu sombra, adentro del sueño.
 
- Del libro OTROS ANIMALES (2014)
 
Jorge Curinao nació en Río Gallegos, Santa Cruz, en 1979. En el año 2006, su libro Sábanas de viento fue elegido para ser publicado en la selección Mi Primer Libro, organizada por la Municipalidad de Río Gallegos.
En 2007, representó a la provincia de Santa Cruz en la XXXIII edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Posteriormente publicó Plegarias del humo (2009), Cactus (2010), Nadando (2012) y Otros animales (2014).
En 2010, algunos de sus poemas fueron incluidos en Peces del desierto, plaqueta literaria que reúne a poetas y artistas de la Patagonia argentina.
Desde 2012 se desempeña en el Departamento de Capacitación Interna del municipio local, coordinando talleres de redacción.
 
LIBROS PUBLICADOS
Sábanas de viento (2006) - Plegarias del humo (2009) - Cactus (2010) - Nadando (2012) - Otros animales (2014)
 
 
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