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El gen peroniste. Por Analia Becherini

14.07.2019 10:22 |  Noticias DiaxDia  | 

He tratado de explicar a visitantes extranjeros qué es el peronismo. Muchos se interesan por la liturgia de las movilizaciones, la comunión simbólica entre los líderes del peronismo y el pueblo, y por la cuestión pragmática que caracteriza al movimiento. El mundo tiene la división entre derecha e izquierda y esa clasificación no sirve para entender nada, al contrario reduce todo análisis. La idea de hoy es encontrar una suerte de cristalización para entender el imaginario político peronista.
 
Un gen es un segmento de ADN que proporciona el código para sintetizar una proteína. Es la unidad molecular de la herencia genética, ya que almacena la información genética y permite transmitirla a la descendencia. Eso buscamos: el gen peronista. He leído algún socialista famoso que se refiere al peronismo como si fuera un populismo común y corriente. Desde ese lugar no se comprende el gen que buscamos ya que el populismo es difícil de definir por no decir que es “una bolsa de gatos” pero sabemos que hay algo peyorativo en esa idea.
 
Volviendo a la unidad molecular que nos ocupa podríamos definir algunos puntos interesantes que nos ayudarían a entender principalmente qué es el peronismo. Hay una construcción que inicia con el primer discurso de Perón, en la Plaza de Mayo, el 17 de octubre de 1945. Es el día que el pueblo le otorga simbólicamente el poder a Perón. Aquí nace el peronismo concebido por la legitimidad que da el corazón, no por el derecho. Son los trabajadores  aclamando a Perón por medio de una movilización a la Plaza de Mayo. Recordemos cuando la clase trabajadora vio a su líder preso, espontáneamente se puso en marcha hacia la Plaza de Mayo.
 
Las imágenes del 17 de octubre muestran el lado apasionante de inicio que luego se llamó: Día de la Lealtad. El discurso de Perón en la etapa fundacional es persuasivo. Toma la palabra del otro para adaptarla a sus objetivos. Profundiza la relación con los obreros. El discurso de Perón refleja la simbiosis con los sectores populares. Entre Perón y el pueblo hay un amor que se solidifica durante diez años que pasaron a la clandestinidad luego del bombardeo a la misma Plaza el 16 de junio de 1955.
 
Cuando Perón toma la palabra construye una imagen de sí mismo, y hace su retrato en el que detalla implícitamente sus cualidades y explícitamente los talentos del movimiento. Su estilo, sus competencias lingüísticas y enciclopédicas, sus creencias implícitas alcanzan para dar una representación del líder y van construyendo una representación ideal del auditorio. Lo ayuda considerablemente Evita, no desde el saber enciclopédico sino desde el pathos. Pathos significa sufrimiento y experiencia. En la retórica de Aristóteles, esto se traslada a la habilidad del orador de evocar emociones y sentimientos en su audiencia. El pathos está vinculado con la emoción, apela a simpatizar con la audiencia y despertar su imaginación.
 
En esos diez años se enseña el peronismo con  mandamientos que fijan pautas que delimitan la praxis para los militantes que llevan el nombre de 20 verdades. Una doctrina política enfocada para los dirigentes del Movimiento que es conocida como Conducción Política y una fundamentación filosófica llamada Comunidad Organizada. El peronismo realizó formación de cuadros en todo el territorio nacional. Aquí encontramos el logos que es el razonamiento lógico dentro de la retórica aristotélica. El logos hace referencia a cualquier intento de apelar a los argumentos lógicos. Pero lo más importante fue el hacer, esto es la praxis. Se llegaba a entender el peronismo cuando, por ejemplo, el hijo del obrero accede a la Universidad Gratuita, los niños a las vacunas, las mujeres al voto, los trabadores a la dignidad. La imagen inducida de las formas de decir facilita la comprensión del gen peronista.
 
Lo mismo que inicia Perón en 1945 es continuado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner entre 2003 y 2015. En realidad, el peronismo es la  adecuación entre la función social del líder y su discurso: el discurso dentro del peronismo no tiene autoridad si no es pronunciado por la persona legitimada para pronunciarlo en una situación legítima y, por lo tanto, delante de los receptores adecuados. Así ocurre con el sermón, por ejemplo. Los gestos que los Kirchner tuvieron con el pueblo son peronistas. Los Kirchner han concentrado el capital simbólico acumulado por el grupo al que representan. Han otorgado a los vulnerables la dignidad perdida. Por ejemplo, devolvieron derechos a dos de los grupos más golpeados durante la dictadura de 1976: el movimiento obrero y los familiares de los desaparecidos.  Por tanto, el pueblo tiene una representación confiable de Néstor y Cristina Kirchner. El factor determinante en el establecimiento del ethos (el aspecto moral) es la doxa que comprende el saber previo que el auditorio posee sobre lo que el líder ha realizado. En el peronismo es muy importante lo que se hace por el otro, no tanto lo que se dice en un discurso.
 
El peronismo es una ideología que se basa en la diferenciación y la oposición  entre el pueblo que es lo importante y la oligarquía que es una entidad esencialmente egoísta. Los líderes peronistas pretenden representar a los más vulnerables en esta complejidad.
 
Para entender el gen peroniste no es necesario pensar. El peronismo se siente: hay que abrir el corazón y recibir la comunión simbólica que el líder le da al pueblo. Pero no es solamente recibir, porque el que recibe siempre da algo.   
 
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