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Poemas de Eduardo Espósito: Buenos Aires

22.02.2024 15:09 |  Noticias DiaxDia  | 

PLATEA BAJA
Los relámpagos queman la noche
La tonsuran
Sentados solos
en la sala de estrenos de Dios Padre
unos ojos palpitan la función
 
Dios aspira y unos nacen
Dios espira y otros mueren
Dios retiene su aliento
para batir un récord Guinness
y ocurren la resurrección y los aplausos
 
Lejos de la divinidad y las butacas
un niño juega al avioncito con su sombra
Le da vueltas al sol
como si el día todavía existiese.
 
                  A John Wyndham
 
PASEO ESPACIAL
Un hombre camina solo al borde del planeta
Necesita una piedra para explicar la luna
El drama de su soledad
duerme de espaldas a un sol áspero y agresivo
Engorda una sonrisa cómplice
cuando la ve pasar
redonda como una dádiva
banal
casi un fantasma
Pasa su aliento despuntando estrellas
Pasa su drama como un mensaje en una botella
Pasa
Y se lleva la sospecha de haber existido.
 
                       A Brian Aldiss
 
CASTIDAD
Monedas de carne en la ranura
Centavos de amor como limosna
Reír sobre la leche derramada
Oír el ruido de rotas caderas
Eso es todo
Lo que fue lamido por los galgos
Cierta postrer migaja repudiada
Y ese hueco sin llave
con su luz de otros días.
 
                    A Úrsula K. Le Guin
 
HUEVO DE ÁNGEL
Desangradas rondan en la tierra
especies que no cuajaron en los cielos
Somos el eslabón perdido de los ángeles
Su lado vulnerable
Su entelequia pedestre
 
El cielo es ese palo enjabonado
donde bajar vencidos
a cada intento soberbio de ser puros
Y el tiempo tiene abuela
porque alguna vez fue hombre
 
Si la dejaran hablar diría que no existimos
Que somos un error
en la urdimbre tejida por la desesperación
Genealogía de ser nada
Una fallita implume
O acaso el detonante de la náusea de Dios.
 
                  A Edgar Pangborn
 
PREMIOS CLARÍN
Escribo un poema en un grano de arroz
Es un haiku creo y sublime además
Lo pongo a cocinar a fuego lento
Las palabras se hinchan hasta pegotearse
Desbordado apago las hornallas
Sobredimensionado el grano sigue hirviendo
Quién sabe cuántos comerán de esta novela.
 
DESCUIDOS
Hay veces que la vida
descansa planchadita
en un cajón
Y en el apuro
en la confusión
no te la ponés
y salís a la calle
en mangas de camisa
y llega la noche
y refresca todo
a tu alrededor
y andás por ahí
sin saberlo
Muerto.
 
INFRA
Si el cielo es amar
y el infierno es odiar
por qué
esta pluma de carne
que soy
todavía insiste
en gravitar feliz
entre dos vientos
en la frontera difusa
que nos propone el Caos.
 
HUMO
Está escribiendo
el poema perfectito
el poema huero
por añadidura
ahí
parado sobre sus
propios pies
como un agua discutible
Está escribiendo
-pergeñando-
un poema de llanura
Su vaguedad es ley
acusa sino de impermeable
Un poema para terceros
todo silicio
todo anzuelo
todo humo.
 
INFORME DE LA SITUACIÓN
Amanece
El sexo y las visitas a mi madre
se han vuelto situaciones esporádicas
Una cuestión de puras ganas
y un alto porcentaje de inconsciencia
No puedo oler el mundo
en su primera oleada matinal
De los tres estigmas
que le atribuí al Cristo
el de los pies va desapareciendo
Continúo embarcado en la esperanza
que como gorgoritos
desde el suelo más pobre del planeta
insiste en sacudirme las modorras
No hay una sola casa pintada de amarillo
tampoco las ventanas
acaso alguna puerta
El sexo y las caricias en la espalda
se han vuelto clandestinos
Humanece.
 
CONDENA
Rey de los rincones
Príncipe
de los ángulos rectos
le propinaron
un último castigo
En un centro
sin bordes ni paredes
mirar la vida
hasta disiparse.
 
UNA HISTORIA RECURRENTE
En un país que no era un país
vivía gente que no era gente
en algo así como ciudades
que no eran ciudades
rodeados por un mar
que ya no era un mar
Allí los hombres que no eran hombres
con sus mujeres que no eran mujeres
vivían vidas que no lo eran
soñando sueños que no eran sueños
sufriendo amores (no eran amores)
Y así siguieron durante siglos
que no eran siglos
cruzando un cielo que no era el Cielo
buscando en vano evitar la muerte
Evitar la muerte que sí lo era.
 
UN COLIBRÍ SE PREGUNTA
Esta mañana
un colibrí se apostó
en el aire bordeado
por el marco de la puerta
como un balón
que apenas traspasase
la línea de gol
Permaneció ahí unos segundos
observándome
vertiginoso
etéreo
casi viento
y acaso preguntándose
cómo yo con mi desmesurada
mole podía sobrevivir
a esta inercia tan humana
a este duelo de voluntades
con la actitud de un caracol. 

Eduardo Espósito (Buenos Aires, 1956). Poeta, Gestor Cultural. Ha publicado: El niño que jugaba a ser rayo,1992; Violín en bolsa, 1995; Una novia para King Kong, 2005; Quilombario, 2008; Las Puertas de Tannhäuser, 2011; Poesía Completa, 2018; Hartó, 2018. Participó de varias antologías, destacándose entre ellas: Poesía en el subte, 1999; Antes que venga Ella, 2003; Italiani d'Altrove, 2010; Nada de Poesía, 2017; Antología Federal de Poesía (Provincia de Buenos Aires), 2017. Traducido parcialmente al inglés, italiano, bengalí y árabe. Reside en Paso del Rey.
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