TODO HA TERMINADO
La guerra ha terminado; pero
¿quién entierra a los muertos?
¿Serán las amas de casa camino a la feria?
¿Serán los niños con sus rulemanes?
¿Los empresarios?
¿Los traficantes de sueños y taradeces?
NO
Nadie entierra a los muertos, los muertos seguirán caminando bajo
nuestros pies.
A los muertos no los entierra nadie,
ni las palas,
ni los que hicieron cursos para hacerlo.
A los muertos los tapa la baba y a sus viudas con tules negros.
Sí, el silencio crea muecas y la necesidad prostituye, ahora,
¿quién se acostará con las viudas y pondrá marcos a las fotos?
Sí me parece sentir que soplan en mi nuca, en mi cuerpo robado.
A los muertos se los lleva el fondo de la tierra para aumentar su mundo.
A los muertos (si se puede llamar muertos a quienes se van con los ojos
cerrados).
Ellos mueren para caer sin vértigo en la ronda clara del recién nacido.
Para los muertos todos los hogares están lejos y son como los ricos,
no sufren de frío o de calor, los muertos sólo sufren las costumbres
de los vivos, sus flores, sus lágrimas atrasadas, sus cementerios serios.
Los vivos saben recordar la guerra, los muertos saben cómo es la guerra,
saben que no es sólo pólvora y sacar las bombas de los modulares,
saben que no es sólo pésima comida y cagar donde se pueda,
saben que no es salir corriendo y dormir en carpas rotas.
NO.
Ellos saben la verdad,
saben que a la guerra van todos menos los presidentes,
saben que a la guerra van todos salvo los culpables,
ellos saben que las guerras no están para llenar los libros.
Volvamos a los muertos y a su oxígeno robado,
volvamos a su chaqueta untada de barro.
Si. Yo también comienzo a tener miedo; pensaba que era frío.
NO.
Son los muertos que nos llaman, son ellos, los convertidos en insectos,
son ellos; ya no tiene sentido los dedos sobre los cuerpos,
ya no tiene sentido ni el remate de este poema
POESÍA ARGENTINA Y MALVINAS. UNA ANTOLOGÍA (1833-2022). Investigación, selección, prefacio y posfacio de Enrique Foffani y Victoria Torres (Coordinadores)