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El Irupé (Leyenda guaraní)
20.09.2024 19:19 |
Noticias DiaxDia |
A orillas del Paraná vivía el cacique Rubichá Tacú (Jefe Algarrobo), que gobernaba una tribu de hombres aguerridos y hermosas mujeres.
Rubichá Tacú tenía una hija, Morotí (Blanca), joven y bella pero orgullosa y coqueta, novia de Pitá (Rojo), el guerrero más valiente de la tribu.
Moroíí y Pitá se querían mucho; pero el genio del mal, envidioso de la felicidad de los jóvenes, inspiró una mala idea a la india.
Un día, al caer la tarde, paseando por la orilla del río con otras doncellas, Morotí vio a Pitá que, en compañía de varios guerreros, se ejercitaba con el arco y las flechas.
Para demostrar a sus amigas cuánto la amaba Pitá y cómo satisfacía todos sus caprichos, les dijo con orgullo:
— Ahora verán cómo Pitá cumple cualquier deseo mío. ¿Ven este brazalete? Lo arrojaré al río y mi novio irá a buscarlo.
Una de sus amigas la interrumpió:
— No hagas eso, Morotí. Es muy peligroso y Pitá podría ahogarse.
A lo que respondió Morotí:
— ¡No seas tonta! Pitá es el mejor nadador y el más valiente de la tribu.
¡Irá a buscar mi brazalete al fondo del río!
Inmediatamente sacó Ia alhaja de su brazo y, llamando a Pitá, ordenó:
— ¡Pitá! iHe arrojado mi brazalete al Paraná, y lo quiero! ¡Ve a buscarlo!
Pitá, que quería mucho a su novia y la complacía siempre, se arrojó al agua seguro de volver, satisfaciendo así una vez más a su hermosa Morotí...Pero sucedió que los que quedaron en la orilla esperando ansiosos la vuelta de Pitá, empezaron a impacientarse, pues éste no volvía...¿Qué podría haberle sucedido? ¿Habría quedado enredado entre las raíces de alguna planta? ¿Estaría herido?...Así pensaban, cuando Morotí, desesperada y llorosa, dijo:
— iYo soy la culpable de lo que sucede! ¡Pitá debía haber salido ya! ¡Algo le ha pasado! ¡Yo no quiero que muera! ¡Que llamen al Adivino de nuestra tribu y diga qué debemos hacer para salvarlo!.
Varios guerreros salieron inmediatamente a buscara Pegcoé (Profundo), el Hechicero, y al rato volvieron con él. Todos hicieron silencio, mientras Pegcoé, mirando las profundas aguas del río, dijo con voz misteriosa:
— iYa lo veo...! ¡Es él..., Pitá! Está con I-Cuñá-Payé (hechicera de las aguas) en su hermoso palacio de oro y piedras preciosas!... ¡La Dueña de las Aguas quiere que se quede, y para ello le ofrece todas sus riquezas...!
Pitá parece aceptar... . ¡Y tú, Morotí, por tu orgullo y tu coquetería eres la única culpable de la pérdida de nuestro mejor guerrero!
— ¡No! ¡No! jYo quiero salvarlo! — gritó Morotí, desesperada —. Dime qué debo hacer y te obedeceré ciegamente.
Y habló Pegcoé:
— ¡Tú eres quien puede salvarlo, tú y sólo tú!
— Espero tu mandato. ¡Habla, Pegcoé!
— Debes arrojarte al Paraná y traerlo tú misma a la superfi cie. ¡Tú debes arrancarlo del poder de la Dueña de las Aguas!
— ¡Te obedezco, Pegcoé, y me arrojo al río! ¡Yo volveré con Pitá! ¡Mi amor vale más que todas las riquezas de I-Cuñá-Payé!
Diciendo así, se arrojó a las aguas, que se abrieron para dejar pasar a la coqueta y orgullosa joven que, arrepentida, iba a salvar a su novio del poder de la Hechicera de las Aguas.
Toda la noche debieron esperar el regreso de los jóvenes. Se encendieron fuegos y se danzó a su alrededor para invocar a Tupa (Dios) y ahuyentar los malos espíritus.
Los ancianos hacían conjuros vencedores del mal. Los guerreros y las doncellas bailaban danzas sagradas...
Ya amanecía cuando fue nuevamente consultado el Hechicero, que seguía mirando las aguas, y Pegcoé dijo:
—¡Ya se han encontrado! ¡MorotÍ ha salvado a Pitá! ¡Ya vuelven abrazados a la superficie! ¡Ya vuelven!
En ese mismo instante, atónitos y maravillados, vieron aparecer en la superficie del agua una hermosa flor de pétalos rojos y blancos. iEran Morotí y Pitá que, así transformados, ofrecían al mundo su belleza y su perfume como símbolos de amor y arrepentimiento!
El irupé es una planta acuática de América del Sur. Se desarrolla en las aguas del Paraná, en su parte norte, por el clima cálido. Los indios guaraníes la llamaron «irupé» (plato sobre el agua) porque sus hojas circulares presentan un pequeño reborde vertical y se asemejan a grandes fuentes o bandejas.
Estas hojas tienen nervaduras huecas, que las hacen flotar en el agua. Se muestran a la luz del día. En el crepúsculo pliegan sus pétalos y desaparecen bajo el agua.En el alba vuelven a surgir. Su fruto está recubierto de semillas negras que representa cierto alimento; también se la conoce como "maíz del agua", "Victoria Regia".
IRUPÉ: (Plato sobre el agua). Victoria regia, lirio acuático.
MOROTÍ: Blanco.
PITÁ: Rojo.
PEGCOÉ: Profundo.
I - CUÑÁ-PAYÉ: Hechicera de las aguas.
PARANÁ: Gran río que nace en el Brasil y desemboca en el Río de la Plata.
GUARANÍ: habitan el litoral
TUPÁ: Dios.
RUBICHÁ-TACÚ: Jefe Algarrobo