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Al rescate de los memorables poetas argentinos olvidados: el caso Blomberg. Por Luis Benítez

30.01.2025 10:33 |  Noticias DiaxDia  | 

 El sello argentino Barnacle sumó a su ya sólido catálogo Poesía reunida (1908-1939), de Héctor Pedro Blomberg, en vida el más leído de los poetas nacionales, como bien señala Santiago Sylvester en su introducción al volumen.

                              "Buenos aires de mi amor, / oh ciudad donde nací. //
                               No me arrojes al olvido, / ya que he sido tu cantor.”
                               H.P.B., El adiós de Gabino Ezeiza


Como el cordobés americano Alfredo Brandan Caraffa (1898-1978) en su momento, en el suyo el porteño Héctor Pedro Blomberg (1889-1955) gozó de una indiscutida popularidad entre los lectores del género, extendida en el caso de este último al mainstream de la época gracias a su destacada producción como letrista de tangos, valses y milongas. Son de su autoría, entre otras, las líricas de El adiós de Gabino Ezeiza, La mazorquera de Montserrat, Violines gitanos, Tirana unitaria, La viajera perdida, La que murió en París, Siete lágrimas, La guitarrera de San Nicolás, No quiero ni verte, Los jazmines de San Ignacio, La canción de Amalia, La china de la Mazorca y Me lo dijo el corazón.

Pero el hit del afamado poeta, musicalizado por el guitarrista, acordeonista y compositor afroargentino Enrique Maciel (1897-1962) es el vals La pulpera de Santa Lucía, difundido por primera vez en la desaparecida Radio Prieto, de Buenos Aires, en 1928 y en la voz del cantante, actor y también compositor Ignacio Corsini (Andrea Corsini, 1891-1967).

Según el mismo Maciel lo relata en un reportaje realizado 20 años después del histórico estreno radial, la emisora fue inmediatamente asediada por el público, telefónica, postal y presencialmente, exigiendo los bises una y otra vez. Medio millón de partituras del celebérrimo vals de Blomberg y Maciel fueron vendidas, así como más de ciento cincuenta mil discos de pasta cuando en 1929 Corsini lo grabó para el sello Odeón.

No es por ánimo digresivo que señalo todo lo anterior: simplemente quiero esbozar con lo puntualizado el grado de popularidad de que gozaba Blomberg en su edad dorada. ¿Y después…? La pulpera… fue grabada en disco de vinilo, casete y disco compacto por decenas de intérpretes a lo largo de décadas (2), aunque la mayoría de quienes escucharon sus diferentes versiones a través de varias generaciones ya ignoraban quién era el autor de la letra, pues el poeta había sido olvidado casi por completo. Hasta el presente el mejor y más riguroso florilegio de la poesía nacional es el realizado por Raúl Gustavo Aguirre, Antología de la poesía argentina (3), quien por supuesto sumó en su obra a nuestro autor. En rigor de verdad, Jorge Monteleone (1957), quien no incluyó a tantas y tantos poetas en su antología 200 años de poesía argentina (3), sí tuvo el acierto de incorporar tres piezas de Blomberg a su olvidadiza compilación (la letra de La pulpera… es la primera de ellas) y este mismo medio (5) publicó de Blomberg su poema La guardia de las Malvinas (6), en su edición del 23 de febrero de 2024, tomado de Poesía argentina y Malvinas. Una antología (1833-2022) (7).
Antes y durante esta corta enumeración de fechas y menciones, se extiende el prolongado ostracismo literario de quien fuera, en vida, uno de los más conspicuos poetas nacionales.
Sobre su poesía es imprescindible acudir a lo referido, con su inveterada precisión, por el destacado poeta salteño Santiago Sylvester (1942) en las páginas liminares del volumen que nos ocupa: “Con una temática variada fue celebrando las bases de Buenos Aires. Los barrios, las costumbres, los dramas y los vientos de una ciudad portuaria, están dibujados con una sensibilidad callejera que colinda con el tango, con los valses criollos, con el aporte popular de muchas partes, que fue llegando a estas costas y construyeron la vida de la ciudad. Incluso el rescate de aspectos del siglo XIX, especialmente el período de Rozas, instala al modo de un Alejandro Dumas porteño y rimador una versión muchas veces dura, pero siempre atractiva, del costumbrismo.
“Por otra parte, al poner su oído en la prosodia popular, más que en los avatares literarios de su tiempo, su poesía suena algo prescindente de la época que le tocó, como si deliberadamente quisiera eludir los tonos y los debates que marcaron el período; porque es evidente que su poesía no se adscribe ni al Modernismo darío-lugoniano, ni se embandera con la ruptura de las vanguardias: elige una senda solitaria, al margen de las experiencias más importantes del momento histórico. Y esto le da, por eso mismo, un interés aparte, que no se explica ni por el lujo verbal o las rimas inesperadas, ni por la experimentación con el reciente (por entonces) verso libre, ni por la intención descolocadora del ultraísmo de aquellos años. Su debate fue consigo mismo, con sus logros y lógicamente sus límites.

“Hoy, pasado el tiempo de aquellas disputas, al leer estos poemas se está leyendo a un solitario que se explica por su resultado: el interés que produce y la huella que deja. Estoy seguro de que la lectura de muchos de sus poemas provocará en el lector la convicción de que volverá a leerlos, y esta relectura a puro agrado será la prueba más evidente de que es una poesía que, como tantas otras, merece ser salvada de ese páramo sin remedio que es el olvido”.

Por todo lo expresado, es más que meritoria la decisión de la editorial Barnacle de traer al presente la singularidad expresiva de Héctor Pedro Blomberg, en una cuidada edición que incluye nueve de sus once poemarios, siendo muy de agradecer las precisiones vertidas por su titular, el poeta Alberto Cisnero (1975), tanto en su Advertencia al lector (págs. 9-10) como en las Notas del editor (págs.415-420).

Respecto de los poetas la amnesia editorial, académica y de los medios de comunicación no es un mal endémico de la Argentina, desde luego, sino una genuina pandemia. En ocasiones como esta se encuentra disponible un antídoto específico; sí, solo para el caso Blomberg, pero de probada eficacia y alta calidad, un genuino ejemplo cuya prosecución sería deseable para la mejor salud del género nacional.

El autor
El poeta, guionista, comediógrafo y periodista Héctor Pedro Blomberg nació en Buenos Aires en 1889, donde falleció en 1955. Obra poética: Flor salvaje (1908), La canción lejana (1912), A la deriva (1920), Gaviotas perdidas (1921), Bajo la Cruz del Sur (1922), Las islas de la inquietud (1924), El pastor de
estrellas (1928), Poesías (1932), Canciones históricas (1936), Cantos navales argentinos (1939) y Los poetas de la tierra (s.f.).

NOTAS
(1)Barnacle, ISBN 978-987-8952-68-0, con prólogo del poeta Santiago Sylvester, 432 pp., Buenos Aires, 2025.
(2)El último registro que conozco es el de Silvana Gregori (1956) realizado en 2008.
(3)Ediciones Librerías Fausto, 3 tomos, 1.693 pp., Buenos Aires, 1979.
(4)Editorial Alfaguara, 1.008 pp., Buenos Aires, 2010.
(5)Ver: https://noticiasdiaxdia.com.ar/noticias/val/34841-82/hector-pedro-blomberg----la-guardia- en-las-malvinas.html
(6)Incluido en la edición de Barnacle en su página 410.
(7) Foffani, E. y Torres. V. (Coords.). (2023). Poesía argentina y Malvinas: Una antología (1833-2022). La Plata: Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Educación.
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