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Poemas de Manuel J. Castilla (Salta)

05.02.2025 21:37 |  Noticias DiaxDia  | 

ESTA TIERRA ES HERMOSA

Esta tierra es hermosa.
Crece sobre mis ojos como una abierta claridad asombrada.
La nombro con las cosas que voy amando y que me duelen:
montañas pensativas, lunas que se alzan sobre el chaco
como una boca de horno de pan recién prendido,
yuchanes de leyenda
en donde duermen indios y ríos esplendentes,
gauchos envueltos en una gruesa cáscara de silencio
y bejucos volcando su azulina inocencia.
Todo eso quiero.
Y hablo de contrapuntos encrespados
y de lo que ellos paran virilmente sangrientos
cuando el vino en la muerte es un adiós morado.
Esta tierra es hermosa.
Déjenme que la alabe desbordado,
que la vaya cavando
de canto en canto turbio
y en semilla y semilla demorado.
Ocurre que me pasa que la pienso despacio
y que empieza a dolerme casi como un recuerdo,
y sin embargo triste la festejo.
Mato los colibríes que la elogian
como quien apagara los pétalos del aire,
hondeo como un niño ángeles y campanas
y cuando así, dolido, la desnudo.
cuando así la lastimo,
me crece, ay, una lágrima en la que apenas si me reconozco.
Digo que me la entrego.
Digo que si saber la voy amando,
y digo que me vaya perdonando
y en el perdón y en otro que le pido
digo que alegremente voy sangrando.
( De Bajo las lentas nubes, 1963)

LA PALLIRI

Qué trabajo más simple que tiene la palliri.
Sentada sobre el cáliz de su propia pollera,
elige con los ojos unos trozos de roca
que despedaza a golpes de martillo en la tierra.

(Un silencio nocturno le trepa por las trenzas
y oscurece la arcilla de sus manos morenas.)

Qué inútil que sería decir que en sus miradas
hay un pozo de sombra y otro pozo de ausencia;
que pudo ser pastora de las nubes
y se quedó en minera,
que pudo hilar sus sueños por las cumbres
viendo bailar la rueca.

La palliri no canta
ni tampoco hila sueños.
La mirada en la tierra
y en la cabeza el cielo
de mañana y de tarde
busca sólo el silencio,
y cuando está a su lado
lo quiebra contra el suelo.

Y no sabe que a ratos, entre brazos recios,
se le duerme el martillo como un niño de hierro.

LA POMEÑA

Eulogia Tapia en La Poma
al aire da su ternura
si pasa sobre la arena
y va pisando la luna.

El trigo que va cortando
madura por su cintura.
mirando flores de alfalfa
sus ojos negros se azulan.

El sauce de tu casa
está llorando
porque te roban, Eulogia
carnavaleando.

La cara se le enharina,
la sombra se le enarena
Cantando y desencantando
se le entreveran las penas.

Viene en un caballo blanco
la caja en su mano tiembla
y cuando se hunde en la noche
en una dalia morena.

LETRA: Manuel J. Castilla
MÚSICA: Gustavo (Chuchi) Leguizamón


NIÑO DORMIDO EN UN MERCADO 

He visto un niño colgando del techo de un mercado
en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia.

Dormía en su cuna de lona
entre el chillido verde tierno y hediondo de los
monos,
entre ramos de acelgas arrugados,
entre los mágicos y desnudos cuerpos humanos de
las zanahorias
junto al pan hebroso y blanco de las mandiocas.

Ahora lo recuerdo
su sueño me quema todavía
con la leche apurada que la daba su madre,
con el pico crepuscular de los tucanes
que lo hubieran tragado como a un tamarindo.

El niño era una semilla preñándose en la lluvia
sin saber si iba a ser una flor o una lechuga.

EL DUENDE

Aquí pongo mi mano con su plomo
en esta tapia dejo mi sombrero
y porque estoy estando verdadero
hasta yo mismo me pregunto cómo.

Aquí no sé si soy o si me invento
viniendo de la noche y sus negruras,
o si es la mano de mis travesuras
mano del viento o de mi sentimiento.

Vine para que vean que estoy vivo,
que soy ese juguete pensativo
que vuestro niño viejo está manando,

y ahora que me voy y llega el día
con mi mano de lana y mi alegría
les digo adiós pero me voy quedando.

(del libro El verde vuelve, 1970)

Manuel J. Castilla nació en Salta, Argentina (1918/ 1980). Periodista y escritor. Uno de los fundadores del grupo "La Carpa".
Libros de poesía publicados: Agua de lluvia (1941), Luna Muerta (1944), La niebla y el árbol (1946), Copajira (1949,1964, 1974), La tierra de uno (1951, 1964), Norte adentro (1954), El cielo lejos (1959), Bajo las lentas nubes (1963), Amantes bajo la lluvia (1963), Posesión entre pájaros (1966), Andenes al ocaso (1967), Tres veranos (1970), El verde vuelve (1970) y Cantos del gozante (1972), Triste de la lluvia (1977), Cuatro Carnavales (1979). Texto en prosa: De solo estar (dos ediciones en 1957) y el libro Coplas de Salta (1972).
Premio Regional de Poesía del Norte (trienio 1954-56, Dirección General de Cultura de la Nación), Premio "Juan Carlos Dávalos" , Premio del Fondo Nacional de las Artes (Mendoza, Trienio 1962-64). En 1967, Tercer Premio Nacional de Poesía. Fue Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (1973), Primer Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación y el Primer Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Educación y Cultura de la Nación ( 1973-75). El Fondo Editorial de la Secretaría de Cultura de Salta y EUDEBA (Editorial de la Universidad de Buenos Aires) publicaron su Obra Completa en 2015.
Escribió las letras de muchas obras que fueron musicalizadas por el Cuchi Leguizamón.
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