cultura-de-jujuy-a-tierra-del-fuego | Editorial la yunta (2024)
Una hilacha en lo real de Alejandro Cesario. Por Pablo Queralt
12.02.2025 17:09 |
Noticias DiaxDia |
Una hilacha en lo real es lo que el poeta visualiza, intuye en el paisaje como escenas que se resuelven salmodiando, corriendo el telón para ver ese hilo y tirar de él para esperar lo que viene, así entramos en universos- abrazos del lenguaje con que el autor arma y desarma el conjunto de versos- poemas de lo ignorado. Una hilacha que se narra y glosifica con palabras en desuso para reivindicarlas y dar brillo al cantar donde lo único diáfano “es tu mano en la mía” como guía de esta travesía por el campo del desamparo, de lo envilecido, de la pieza ceñida, el rio, la estepa, las cadenas del columpio cayendo hacia el cielo de Carapachay en todo el sentido que revela. Poemas que se encabalgan unos a otros y construyen una entidad colectiva. Repertorio de palabras como una partitura que se disipa en los versos entre el tinto que solapa y la noche que arropa. Buscar en todo lo que sestea: ramita en la boca, mirada que espeta al cielo, los huesos del desmadejo, el remilgo de la hijita, espacios vividos, ritornelos de lo familiar, la sensación y la materia hecha carne que trabaja para vivir. Las distintas identidades del poemario: el hijo, la madre, el padre, el carrero, el carro, la mesa, la pradera, la pobreza, la ciudad suburbana, la plaza son el escenario que casi es un personaje más, como lugar e identidad en la voz con el impulso que impregnan las palabras al discurso del poema que constituye la redención del sufrir humano que rie irónico de su desgracia. Aceptación y rechazo del sobrevivir como leitmotiv que se reinventa para conjurar las implosiones de la barbarie, para transformarlas en buen estar y regocijo. A su vez la poesía de Cesario es teatral plantea un suceso con principio y resolución como pequeños haikus que se estiran y dejan una estela de sentido donde el sensorio se colma y embellece. La belleza está presente en su escritura, sus palabras escogidas y el motivo sentimental. Hay remate. Como el buen futbolista que pone elegancia a la jugada. Crea una galaxia de lenguaje y tema, lo que sería la antigua forma y fondo, pathos y logos, que orbita como un documental vivido llenando campos incorporales como universos que se enlazan en una misma música que relata su aldea. Es presente y pasado lo que tamiza, pervive, lo que perdura en la vida que enmudece y colma la página en la potente mirada de lo pobre y fugaz de felicidad que encuentra en su camino- mirada mitad escritor- mitad lector que se aúnan en el relato poético. Pone en existencia la complejidad de esa niñez, lo que pide, el maltrato, el descarte, la lobreguez, los pies descalzos de mesa en mesa, la calesita esa eternidad…ciruelas, pan, vinito, la dicha de un sueño. De timbre en timbre poeta que anda el conurbano, oye la copla que “nadie” escucha. Poemas visuales y a su vez llenos de música que brota de los paisajes, imágenes que siembra su escritura, lo que se chamusca y se estampa, amparada por una zamba, plegaria en lo roído, lo que titila, epifanías que masca y escupe el que va por los murientes atardeceres, los vivos que de a poco fenecen.