poemas-de-jujuy-a-tierra-del-fuego |
Poemas de Álvaro Poe Olmedo (San Juan)
05.03.2025 18:36 |
Noticias DiaxDia |
simplemente
un niño juega
no se pregunta por la muerte
ni la muerte lo molesta en su juego
llegan los imperios
con los estandartes perpetuos
llega el infierno con sus huestes de verde
y las miras exactas
el niño sigue jugando
la muerte no lo molesta
simplemente
se lo lleva
por última vez
bamboleante sobre el puente
alguien se pregunta
¿cuántas guerras más darán en el blanco?
¿cuántas lápidas faltan grabar?
¿cuántos muertos serán bastantes?
¿cuándo dejarán de morir los mismos muertos?
¿alguien abrirá un ojo
una boca
una esperanza?
¿cuántos faltan?
nadie responde
y las preguntas se agolpan
quedan retumbando
sobre la baranda del puente
entonces
él las acaricia
por última vez
dos formas
hay dos formas de morir
la tibia inanición
o
el ardor de las llamas
y debo decidir
decido las llamas
mil veces las decido
aunque las cenizas desintegren
y los gemidos arranquen la piel
aunque los versos se vuelvan pecado
bendigo al fuego y su bravura
antes de morir de no morir
me abrazo a la hoguera
ardor de la vida
cuerda floja
sobre el Sena o el desierto
avanzar en puntas de pie
nada más seguro
que caminar sobre la cuerda floja
y a ojos ciegos
bambolearse en los pasos del péndulo
palpitar en talones tímpanos y temblores
caminar correr-volar en la fibra
en el extremo
amarrarse al otro cuerpo
única salvación posible
al filo vertical amar
dejarse caer
quebrarse en el abismo del amor
y resucitar
en la vibración de la cuerda
esa noche
toda la noche cabía en la oscuridad del relámpago
la luz en un poro
los poros en un espasmo
y toda su sangre
en ese ápice de eternidad
así
como dioses endemoniados
cayeron y resucitaron
en la vida que bulle
que estremece y vivifica
al alba
todo el mundo cabía en el ayer
uno
y otro
como un rayo en el desierto
cae un verso en la inmensidad del blanco
uno
quiebra el azul
y abre dos universos
el otro
titila en la oscuridad
de todo el universo
uno
es la luz que parte al mundo
el otro
el grito que da a luz
uno
es el eterno misterio del instante
el otro
el misterio de la eternidad
en la cima
una víbora incandescente
se enciende en su furor
y en la penumbra
una serpiente
zigzaguea entre versos
un grito fatal se descarga sobre el mar
es el clamor
de un mundo que no se resigna
en las mismas olas
en la misma espuma
un hombre balbucea el naufragio
acaso sea el clamor
de un mundo que no se resigna
uno y otro
serán un tajo en el temblor de la noche
y abrirán una bocanada de vida
de ausencias y presagios
después del peor rayo
después del mejor verso
la pulpa y el pulso
el cenit y la ceniza
el fuego la flama y la furia
no serán las mismas
nadie quedará en la vertical de los huesos y los huecos
la lluvia no será la misma lluvia
ni el llanto
la misma llaga
partir
arrancar la espada de ayer
esa hoja oxidada que abrió la existencia
entre sangre reseca y borbotones a cuestas
subirse al abismo
y soltar las plumas a la brisa
sobre la levedad del mundo
aletear como un pichón al alba
en el cielo
a veces tan parecido al infierno
quedan nubarrones por recorrer
entonces
sin ropajes
partirse en la última partida
piedra
un guijarro cae al medio
se avivan círculos concéntricos
y como dagas clavadas en el ayer
mil lunas serpentean sobre las crestas
hasta hacerse espuma en la orilla
el brillo del azul trae ese templo
que cobijaba a mis demonios
y de nuevo las serpientes
y de nuevo las batallas
los cuerpos
todavía incandescentes
arrancan escamas
y el inmenso espejo azul
se refleja el ayer
entonces
como esa piedra que dice lo que nadie oye
me ahogo en el fondo del silencio
gris
todo paso
es un paso dado
es el pasado que nos taja
la sombra
una multitud de recuerdos
una emboscada
que al final
nos atrapa
en el gris que somos
y en su inmensa telaraña
poco importa adónde nos mudemos
ella vendrá en la existencia finita y descarnada
a recordarnos los pasos
y el espejismo que nos falta
un puñado
vacilamos eternos en el péndulo del tiempo
y el tiempo
un puñado de arena
en un soplo
los granos de eternidad
se nos escurren entre los dedos
y nosotros
seguimos cayendo al compás de los días
hasta que descubrimos en la mano
un corazón vacío
Álvaro Poe Olmedo nació en San Juan (Argentina) en 1961. Licenciado en Ciencias Políticas (egresado de la U.N.S.J.). Docente e investigador de la U.N.S.J. Tiene publicado más de 100 artículos de política, cultura y sociedad. Es panelista y conferencista de temas políticos, sociales y culturales en distintos foros académicos y literarios. Poeta, guionista y escritor. Director del “Encuentro Internacional de Poesía: San Juan En-Pluma”.
En poesía publicó: “Existencia en Vuelo”, “A sabiendas que el amor”, "Entre gemas ingrávidas", “De reinos y desiertos”, “Impoético”; “Pólvora de paz”. En ensayo: “El último decidor: Benito Virgilio Luna”, y; “Tributo al Aparcero Mayor de Cuyo: Jorge Darío Bence”. En el género fantástico: “Raíces del Cuyum- Mitos y Leyendas de San Juan”. En novela: “¿Culpable?”
Fue guionista de la Fiesta Nacional del Sol -Argentina- (edición 2010: Bicentenario de la Independencia; y edición 2011: Bicentenario del natalicio de Sarmiento).