La casa está en orden de la escritora Paula Winkler, quien además es doctora en derecho, jurista, magíster en ciencias de la Comunicación y ensayista, ha sido publicado por Ápeiron ediciones, Madrid, España, (2025) con el asesoramiento literario de la editora Viviana Rosenzwit.
Jorge Luis Borges decía que “Soñar es la actividad estética más antigua. Para recrearse y para imaginar realidades que dibuja nuestro inconsciente”, El escribir es sin duda una forma de los sueños, una fragua donde se fusionan las experiencias, con las lecturas y sobre todo donde emerge la imaginación del escritor.
Paula Winkler ya había dado muestras de ello en Sabias, Santas, Rebeldes, publicada por ediciones Diotima (2024) y ahora lo ratifica con este libro de cuentos.
Las hermanas sean unidas es un relato de profundidad psicológica, donde la autora describe minuciosamente el sentir de una hermana cinco años mayor que la otra. “Mi refugio es mi casa. Me aburre la mayoría de la gente y prefiero disfrutar de objetos bellos”. Se pregunta si su hermana Andrea la odia, la admira, o la imita. La relación es conflictiva, y como todo vínculo entre hermanos ya mayores, aparece el actuar de los padres sobre ellas y sus consecuencias.
La naturaleza no es ninguna ronda refiere de un grupo de científicos de la misma generación, que trabajan desde hace unos años en fórmulas para traducir lenguajes del mundo animal acuático. Hay conclusiones interesantísimas como concluir que “los sujetos sintientes no humanos, adaptados al medio, construirían un proceso comunicativo más racional que nuestro lenguaje”. En un texto literario donde lo científico referido a los animales se cruza con lo ontológico del ser humano.
Con preciso conocimiento, la autora pasa de una prosa elaborada y “culta” a un de registro oral, en el caso de En el Delta, donde un isleño sufre las consecuencias de las inundaciones y a pesar de su sencillez intelectual tiene conciencia del oportunismo de los políticos. “Mire que en esta parte estamo´ aislao´, pero no sé cómo entran de pronto por la puerta uno´gordo´ con bandera´ y cartele´, hijo e´ puta, político´sucio´. Se creerán que somo´tonto´, falta que pasen la gorra. Y dentre todo´, el más lungo quiere que no´ afiliemo´, y lo´sacamos a patada´”.
El cuento Deber de amistad es de rigurosa actualidad. El siglo XXI se muestra igual por no decir peor que el XX y está en sus comienzos. Se indaga el narrador “¿Adónde va a parar el mundo con tanto desgraciado: no aprendieron después de exterminios, malaria, guerras y estafas, y se les viene encima el clima pero se lo pasan asistiendo a congresos internacionales para hacer como que hacen cuando no hacen nada?”.
La variedad de registros narrativos de Paulina Winkler se reafirma en Crimen perfecto donde al final del cuento la autora aclara: *Este cuento fue escrito antes de la ley nacional nº 27447, vigente en la actualidad. Se utilizan algunas palabras propias del habla porteño de la Ciudad de Buenos Aires para darle verosimilitud a los parlamentos (“cara”, rostro, “pucho”, cigarrillo; “pichi”, ingenuo, sin poder alguno; “mina”, tía, “computadora”, ordenador). Hay también algunos argentinismos habituales.
En Desiertos de hielo que cierra el libro, debajo de la narración yace la poesía como un marco adecuado para la acción de los protagonistas. “El calor de los leños, tomados de la mano así como estamos, nos va a ayudar a dormirnos después, pese al silbido del viento y al paso astuto de los zorros, que dejarán huella por la mañana en el bosque”.
Justamente lo que le da unidad a este libro de relatos es la variedad de registros, ya que la temática es diversa, como las características de los personajes, alejados de estereotipos del héroe y el villano. Son seres humanos de distintas condiciones sociales y culturales que transitan avatares, buscando un lugar en este mundo tan difícil, en algunos casos para sobrevivir y en otros para encontrar su identidad.