Novela histórica de fuerte intromisión psicológica. Doña Marie Anne Perichon de Vandeuil y Abeille de O’Gorman cuenta su vida íntima, a través de una primera persona narradora, a la vez que contextualiza época—la de las invasiones inglesas—y pormenores de una patria naciente.Es ponderable la simbosis entre el desgarramiento de la protagonista, los cuadros- capítulos en letra manuscrita(bastardilla) y el sustrato poético que sobreimprime Darcy Tortonese en gran parte de la novela. Claro, la investigación histórica sustenta el acontecer, de manera que el lector quedará bien parado y aún más, esclarecido en un tema—que se da por sabido—como es el de las invasiones inglesas.
”No quiero recordar esos lenguajes de mi cuerpo que encendían mi vientre y sacudían mi cuerpo. No quiero recuerdos hoy, busco otros más prudentes, menos turbadores, escarbo en mi memoria, aparto las voces, las sombras, los deseos culpables. Alejo de mis ojos confusos esas visiones, la angustia, el remordimiento, la vergüenza, el sollozo y traigo con esfuerzo el gozo, la alegría, a mi alma desgarrada y allí está él, quien más me amó, Santiago”, se confiesa, nos cuenta La Perichona. El retrato de lo femenino está dado, en esos vericuetos íntimos de soledad y en los encuentros con Santiago de Liniers. Otro acierto es la inserción de las voces, de los diálogos, que reproducen la época y las intrigas del momento, el espionaje, por decirlo más llanamente, dando forma a esa verosimilitud de la que solemos hablar los críticos.
El tramo más apasionante será el viaje a Goya y el envío crítico a la época de Rosas:”¿Quién se iba a imaginar que Juan Manuel era un hombre y no un Dios? Yo, sí, yo lo imaginé porque habiendo gozado el Poder sabía cuánto pervierte y rosas noes más que eso, un hombre de carne y hueso, con virtudes, defectos y con apetitos, los desmedido apetitos de un hombre con semejante poder”, reflexiona Annette, la Perichona. En este sentido advierto una novela teleológica, catapultada al presente que vivimos, cargada de inflexiones éticas, sutilmente entretejidas en la trama y traídas desde la Historia. Dije novela histórica, sí, pero la pasión que desgrana este personaje, mujer real de aquel tiempo, la convierten en una gran novela de amor. Y anticipa la tragedia de Camila, la que se enamoró de un sacerdote…
Sería injusto no trascribir una frase de José Ignacio García Hamilton, en la contratapa:”Autora imaginativa y a la vez rigurosa, que respeta a los seres reales…Darcy Tortonese ha elaborado con prosa elegante y cuidadosos recursos estilísticos una obra atractiva, plena de gracia y méritos literarios, que le brinda un lugar destacado entre las mujeres y hombres de pluma de nuestra generación”
Suscribo. Está todo dicho. Entre lo mejor de la novela histórica.