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DOSSIER 10 POETAS ARGENTINXS NACIDOS EN LOS 90. Maité Lluch, La Pampa. Por Sergio Morán

10.08.2025 12:02 |  Noticias DiaxDia  | 

El dossier 10 poetas argentinos nacidos en los 90 es un rastreo de poéticas sostenidas por una clara y firme búsqueda de un lenguaje que ponga un ancla en el presente y otro en alguna tradición. No hablamos de lo “único” que existe o de lo “mejor”, esas trampas son superadas al mínimo intento de mirar parte del panorama por región. Y decimos parte porque parece imposible abarcar todo lo que se está produciendo en materia poética pero no tenemos dudas de que las voces que pasen por aquí serán justificadas en el tiempo por la indagación que es su poética ahora.

¿Qué es la poesía para vos? ¿Cuál es su función en el momento presente?
M.Ll:
La poesía es una experiencia de búsqueda permanente que sólo sabe hacerse preguntas; se indaga en lo quieto dándole movimiento, se atraviesa el silencio sólo para robustecerlo, se arranca una escena para transformarla en protagonista. Se trata de una traslación de sentido, una dislocación en las convenciones de la lengua que no deja de ser un arte, un trabajo milimétrico en el decir. El poeta-persona se pierde también ese proceso, se extraña de sí mismo al multiplicarse en diferentes dispositivos enunciativos; el “yo poético” es una forma del decir, soporte y lenguaje de la inquietud que acude como un llamado irrenunciable en la hora justa y también equivocada. Nada sabe de lo que somos.
En un presente invadido por la lógica algorítmica y el interés por lo exacto, la poesía revive en lo fallido, lo propiamente humano. Para escribir un poema hay que existir, fundirse en su atemporalidad; esa práctica está orientada a una verdad que es mítica, no científica. Creo que el trabajo de escritura que solicita el poema nos obliga a establecer una distancia con la realidad para resignificarla, y darle un sentido reparador. El poema no facilita lo cierto, pero arrulla en el ritmo vertical de unos versos o en la horizontalidad de una prosa. El poema es un abrazo cuando no se sabe por qué vivir.

¿Qué poéticas te interesan?
M.Ll:
Creo que me interesan las poéticas donde hay una tensión entre el lenguaje y la identidad, sobre todo cuando esa exploración se vuelca en una experiencia surrealista o mística, evitando la naturalización del ser. Creo que en la perla preciosa de la poesía está el trauma originario, una imagen marcada a fuego en el cuerpo-voz, que sólo puede ser traducida como fallido; esto es el poema.
En mi trabajo como investigadora abordé el testimonio como relato focal de un acontecimiento traumático; en ese sentido, me atraen aquellas poéticas que no descansan en su propia perdida y son capaces de retratar con una estética compleja la violencia de lo real en una comunidad, una nación, y la humanidad toda. En ese gesto hay un afán de trascendencia que es también memoria, ya que no se desentiende del olvido.

¿Cómo definirías tu propia poesía?
M.Ll:
Como dije antes creo que mi poesía es íntima, contemplativa, pero también atenta a los cambios históricos, los emergentes políticos de esta época. Hay momentos de sutil surrealismo y preocupación por temas universales como la herencia familiar, la identidad, la salud mental, el ser en el mundo y su condición de existencia. Nací en La Pampa (provincia en la que me he radicado hace ya casi 3 años), pero viví 12 años en la Ciudad de Buenos Aires. En esos tiempos mi inquietud era detener lo transitorio, explorarlo, codificarlo; las ciudades grandes tienden al éxtasis de lo efímero y ante ello la pausa, el instante poético, resultó una gran armadura. En otras entrevistas me han preguntado por mi inscripción en la poesía regional pampeana y he notado que muchos compañeros y compañeras suscriben desde lo temático citando motivos como las locaciones, la naturaleza, etc. En mis escritos esto aparece, pero no creo que sea desde ahí que puedo identificarme; en mi caso entendí mi ser pampeano en la extranjería, en los modos de mirar y la necesidad de la pausa, la captura de la escena escurridiza y la historización de la permanencia.
Pienso que escribir es un compromiso con la realidad y la verdad; se trata de instalar una mirada, una perspectiva del mundo y sus accidentes. Creo que el poema no debería cercenar el sentido, su tarea es proponer formas de ver desfiguradas, alternativas; allí hay una satisfacción irreproducible que inaugura lo nuevo, el hallazgo, el descubrimiento

En tu opinión ¿qué poetas han influido en la poesía joven del país o de tu provincia?
M.Ll:
Creo que la poesía de mi generación está atravesada por la política educativa de la época. En ese sentido, en el 2001, se retoma, por ejemplo, el Plan Nacional de Lectura con un montón de propuestas que llegaban a la escuela pública. A nosotros la poesía nos llegó con rima, muy vinculada a lo sonoro, la musicalidad, y con el romanticismo de voces como Federico García Lorca, Alfonsina Storni, Gabriela Mistral, entre otros.
En mi caso, durante mi preadolescencia me acerqué más a la narrativa latinoamericana, sobre todo a la obra de Silvina Ocampo, y desde su poesía conocí el trabajo de Alejandra Pizarnik. La música también fue importante en la construcción de mi voz poética; a los 14 años comencé a cantar y tocar un poco la guitarra. En la escuela secundaria escuchaba música independiente y ahí, por ejemplo, descubrí a Rosario Blefari.
Creo que en La Pampa la voz de Olga Orozco sigue siendo una referencia inapelable porque instala una suerte de arco simbólico propio de esta geografía: mística, existencia y horizontalidad. Lo mismo sucede con la voz de Bustriazo, pero desde otro lugar; en esa poética lo que cautiva es la aparición de una gramática auténtica, propia, bien instalada en su diferencia.
El año pasado en un encuentro realizado por el Ministerio de Cultura en el marco de la Feria Provincial del Libro varios escritores de la generación de los noventa fuimos convocados a una mesa especial. Allí, el moderador hizo una pregunta interesante haciendo alusión al rango etario y las historias afines de los presentes: ¿puede considerarse un colectivo? En ese momento me quedé pensando, pero hoy diría que sí. Más allá de las intenciones y los estilos, nos une haber sido hijxs de la crisis del 2001, crecimos en la efervescencia de una memoria en conflicto, con una mirada sensible y común sobre nuestra identidad como argentinos, entre el desempleo y la depresión invisible de los adultos. ¿No es argumento suficiente para considerarse cuerpo?

Biografía
Maité Delfina Lluch Sombra (Santa Rosa, La Pampa, 23 de julio de 1991).
A los 10 años de edad ganó el primer premio en el Concurso de Escritura “Los chicos nos escriben” organizado por el Ministerio de Cultura de La Pampa en el marco de la 2° Feria del Libro.
En la actualidad es Licenciada y Profesora en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Maestranda en Análisis del Discurso, FFyL, Universidad de Buenos Aires.
Fue docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires entre 2015 y 2022; y es docente de la Universidad Nacional de La Pampa desde el año 2021.
Conductora del Programa Radial “Puro Verso” emitido por Demos Radio Visual en el año 2017.
En 2018 participó del Ciclo “Brote Poético” en el Marco de la Feria Internacional del Libro (Buenos Aires).
En 2018 y 2019 formó parte del Ciclo “Sesiones de Poesía Compartida” coordinado por Federico Baggini. El segundo año se trató de una intervención poética colectiva en el espacio de memoria “Automotores Orletti”.
En 2018 formó parte de la Antología del ciclo incógnito compilada por Nicolás Igolnikov y editada por Ex Nihilo Ed.
Participó en 2019 del Ciclo “Peña Raíz” en la Ciudad de Buenos Aires (Centro Cultural de la Cooperación) organizado por la Casa de La Pampa y la Dirección de Juventud de la provincia.
Participó en 2019 de la Noche de la Poesía en Buenos Aires en el espacio “Poesía sin Pleitesía” (MU, Espacio Cultural)
Participó en 2019 del Ciclo “Seamos Libros”, Homenaje a Olga Orozco y Susana Thenon.
Entre 2020 y 2021 participó del Taller de Escritura de Javier Galarza.
En 2024 formó parte del Ciclo “Posta Poética” en el marco de la Feria del Libro Pampeana.
En 2025 participó del Encuentro de Poetas Cuyo-Pampa en la Ciudad de Mendoza, Argentina y editó de manera autogestiva su fanzine “Cuarzo Nocturno”. Sus poemas han sido seleccionados para una Antología que editará el Fondo Editorial Pampeano. Además, realizó un breve prólogo para el nuevo libro de la escritora pampeana Josefina Bravo, “Quién”.

POEMAS
Un animal
muriéndose adentro
se retuerce herido medio tuerto
brutales espasmos lo mastican
solloza ronca voz de jilguero
la cantata vecina de la muerte.
Si me abriera la panza
cuchilla en mano
pulso de ciruja errante
resonaría su aullido en todo el cuarto
los vecinos dirán que hice brujería
los vecinos dirán
que la noche me devora
hasta dejarme pura piel figura
imposible del abrazo.
Pero allí descansa, desafiante, algo inquieto
no tiene cara que le exista
ni digna zoología que lo nombre
es un montoncito vivo de carne picada
muerde el llanto, grita herida
explota conmigo
en silencio.

Le di de comer a un perro
un cuzco, cruza esto, cruza aquello
bajo la lluvia me llené
de rabia y sarpullido, tonta
incapaz de pervertir el instinto materno
las ganas de morder.
Su cola era mi mano
sus ojos parecían los tuyos
llenos de hambre y miseria, se acostaron
en los bordes del cantero.
Pedía un poco de pan
detrás estaba la peste
la fiebre sin color
el aullido lunar que transforma
la carne en agonía, miedo
de no curarme nunca, que tus ojos
sean los míos esta noche, y nadie sepa
tirar de la correa.

Hay un sol en tu ventana
juro haberlo visto aparecer
entre los techos de las casas
las antenas retorcidas
el alambre del paredón.
Se ve desde la puerta
que hoy es tu ventana
despertando con delicadeza
la luz pincelada
temblaba entre las plantas
verdes inquilinas del cemento
sonríen vitales
bajo un cielo a medio llover.
No sabría decir porque crecieron
sin agua sin palabras
esos brotes del ardor
será que ayer había sol en tu ventana
pero vos solo veías la puerta
la mantenías cerrada
por si acaso la noche
te salvara del encierro.

No hay otra forma de vivir
que no sea agotarse.
Un cuento me dice
“usáte”
esta es tu luna llena
tu ducha amniótica.
Aut libiri aut libri
¿no son la misma cosa?
Estoy envejeciendo
natural
anónima.

Descarnar en la ventana de luz duplicada, el llanto de los perros y las motos disparándose a lo lejos como carabinas prestadas para fusilar un cuerpo desmayado en la habitación, debajo del cristo y el daguerrotipo, las puntillas y el televisor de tubo, espejo gris de este agónico siempre, de estas muelas gastadas y el rostro que pica y arde agua de mar.

En el cuarzo nocturno de los fondos pampeanos, la cama hundida, el descanso como pacto del mañana, ¿y las cosas? pegadas como los ojos ¿y los recuerdos? ocupan y contienen.

Este presente inagotable nos encontrará dormidos o bailando

¿quién notará la diferencia?


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