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Impresiones sobre "Y al principio fue la búsqueda", poemario de Cristina Pizarro. Auroras del asombro adolescente. Por Sebastián Jorgi
24.11.2025 10:28 |
Noticias DiaxDia |
Una poesía virgen, en crudo, ese deseo inmensurable de mejor mundo, que la sociedad toda se convierta en un lago de amor.
El contraste entre la realidad y el sueño no existe para la mirada inocente de la poeta quinceañera.
La condicionalidad de valor para posarse en las cúspides como los pájaros, conjuga una imagen de pura sentimentalidad que resume ese estadio: ah, si tuviera alas en el corazón.
El paso del tiempo, de esos trece años que se van, impele el ruego: no me dejen sola.
Es que han llegado esos trece años, el poder ...de la poesía. ¿Qué otra identidad tendrá el mundo para una colegiala quinceañera sin lo bello, lo dulce?
Sabe, sin embargo, que la vida podrá sorprenderla, pero la espera, llegará muy pronto, la espera es un imán que la invita a decir: ven , como te sueño (vestida de azul)
A esta altura del íntimo acontecer existencial esgrime CP la paleta para pintar cielos azules y bosques verdes, con esas primaveras de puras fragancias.
Se emociona esa muchachita ante el cuadro multicolor de rojos, ámbar, oro, lila. La idea de vivir en el mejor de los mundos, ofrece el candor, esa inocencia propia de los quince años y para contemplar la lluvia fría y para ir en busca de aquella calesita, donde los niños extienden sus brazos tras ese infinito y mínimo instante de felicidad: la sortija.
En el año 1964, la colegiala emprende su nuevo viaje.
La N comienza a ser objeto poético, lo descriptivo trasunta estados de ánimo, el cielo tendrá el brillo de la luna y las estrellas, el mar peleará contra las olas. Y escribirá al fin el verso que la poeta necesita como aliento:
“Dejame reposar y contemplar el árbol de música que trajo el silencio”.
Ya en 1966 la poesía la poesía se torna interrogativa:
Quién sabe por qué tanto me atormento. La duda se hace roca indestructible, aunque se anima a contraponer el saber como para amortiguar esa amargura que grita, que sangra y que ansía un consuelo de miel.
No importa que respire un Romanticismo decimonónico en esa llamada.
Ven, muy lejos estoy.
Aquí reina la verdad.
La verdad sugerida no como categoría axiológica sino –acaso-como refugio existencial para compartir.
Ese tránsito de los dulces 16, que apela e interroga a ese TÚ, que siempre me has nombrado el amor, ¿sabes ahora lo que significa?
Como toda entrega romántica invita a la soledad:
Ven soledad
Cuando estoy sola y siento que todo es mío, escucho los pájaros, el viento, veo el cielo.
Y siempre la Naturaleza contemplada y de pronto la brusca dialéctica:
Una contienda de pensamientos que perturban todo el cuerpo.
Y el numen onírico se expande como granada que estalla en esa sentimentalidad y tras preguntarse por la vida y los sueños, igual que las in quietas hojas de mi álbum: imagen creacionista de gran encanto romántico.
Y llegamos a 1967, donde entraremos en ese bosque laberíntico de ……………, una prosa de sustento poético y el asombro aflora:
¡Cómo agita el viento las ramas! ¡Cómo susurran las hojas! Para igualar este movimiento o el alma propia, por que si existe un lago, uno se echa raíces, a la comprensión inmortal?
Y me detengo en esa esquina??? Del poemario, en desconocida esencia para ir aproximándome al espectro de imágenes donde todo es igual, donde?? Juega un incesante latir de perlas, para prestar oídos al canto de las aves. Y aquí aparece Gabriela con sus lágrimas blancas (acaso por el intenso dolor). Está ese cuadro donde llegan los tíos y los primos para la visión de la poeta.
Hoffman y Goethe podrían ser columnas románticas de inspiración, para ir al encuentro de Thomas Mann.
No es dable analizar lo que constituye un derrame lírico genuino, en crudo, como se apuntó al principio, que no admite la sobre pluma de rectificaciones en aras de una perfectibilidad formal con el riesgo de perder la sustancia, la savia de un fluido lírico, tan ingenuo como expectante esas auroras de Cristina Pizarro del asombro adolescente.
CRISTINA PIZARRO.- Buenos Aires, Argentina. Poeta y ensayista. Formadora de docentes de nivel superior. Publicó siete libros de poesía, tres libros de teoría literaria, tres libros para niños, artículos críticos en Alba de América y otras revistas literarias de nivel internacional. Participante invitada en numerosos congresos del país y del exterior. Sus obras han sido traducidas a varias lenguas. Primer Premio de Poesía Gente de Letras, Buenos Aires, 1996.Diploma de honor del Instituto Literario y Cultural Hispánico de California, 2007.Master in International Poetry, Commissione di Lettura Internazionale con sede in Trento. 2013. Premio “Embajador Rubén Vela” a la Trayectoria en Poesía, 2014. http://cristina-pizarro.blogspot.com.ar