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CÉSAR TIEMPO: HUMANISMO Y SABIDURÍA, por David Antonio Sorbille
04.12.2025 12:34 |
Noticias DiaxDia |
Israel Zeitlin, conocido por el seudónimo de César Tiempo, nació el 3 de marzo de 1906 en la ciudad ucraniana de Yekaterinoslav (actual Dnipró). Ya en Buenos Aires, obtuvo la ciudadanía argentina en 1924, y fue cofundador de la editorial argentino-uruguaya Sociedad Amigos del Libro. En 1926, conmovió el ámbito literario con un poemario inspirado en una prostituta ucraniana sometida con engaños a la explotación sexual desde su llegada a la cofradía porteña. Versos de una… por Clara Beter, se popularizó masivamente sin que nadie sospechara que detrás de ese nombre y apellido se encontraba Zeitlin, que argumentó: “La vida misma es una fatamorgana, un gran engaño, un fraude”. En 1930, obtuvo el Primer Premio Municipal de Poesía por su Libro para la pausa del sábado. Luego, viajó a España donde conoció a Rafael Cansinos Assens, quien prologaría su tercer poemario: Sabatión argentino en 1933. En 1938 publica Sábadodomingo, y en 1955 Sábado pleno.
Por entonces, fue reconocido como el primer poeta que abordó sin ser excluyente la temática judía en nuestro país. De ahí que, Manuela Fingueret sostiene que el autor «no les escribe solo a los judíos desde una memoria ancestral sino desde una realidad cotidiana para que ese espíritu sea comprendido por el habitante no judío de su querida Buenos Aires». Apasionado por su tradición natal y porteña, Tiempo no tiene pausa en dar testimonio de su concepción humanista y condenatoria de todo tipo de discriminación. Al respecto, en su Arenga en la muerte de Jaim Najman Biálik [...] proclama: “¡Cuidado con los poetas/ cuyos puños golpean sobre las mesas de los verdugos!”, dirigiéndose a los grupos más reaccionarios que terminaron militando en el fascismo vernáculo. En ese contexto, César Tiempo caracterizó en La campaña antisemita y el director de la Biblioteca Nacional en 1935, a las novelas de Hugo Wast, seudónimo del director de la Biblioteca Nacional, Gustavo Martínez Zuviría, como libelos antisemitas basados en los apócrifos “Protocolos de los Sabios de Sión”.
A los 31 años, nuestro autor dirige la revista literaria Columna, que contó con el aporte literario de Cansinos Assens, Stefan Zweig, Waldo Frank, Jacques Maritain, Alberto Gerchunoff, Macedonio Fernández, Arturo Capdevila, Luis Franco, entre otros, bajo el lema: “Dispuestos a todos los sacrificios, menos al sacrificio de la verdad”. Tal consigna lo acompañó en su compromiso con el grupo literario Boedo que rivalizaba estética y políticamente con el de Florida, y como sostuvo en un recordatorio: “Hubo una época en que el meridiano de la literatura nacional pasó por Boedo”.
El 22 de diciembre de 1937 el periódico nacionalista Bandera Argentina, dirigido por Juan E. Carulla, felicita a César Tiempo por el Premio Nacional de Teatro obtenido por su obra Pan criollo, adjudicado por la Comisión Nacional de Cultura presidida por el senador nacionalista católico Matías Sánchez Sorondo; y, si bien lo habían combatido por su cruzada contra Hugo Wast, reconoce lo siguiente: “Si el izquierdismo contencioso de César Tiempo no ofuscara tanto como para impedirnos apreciar la belleza de su obra literaria, no seríamos lo que tanto nos gusta ser: inteligencias libres en el ancho perímetro de la doctrina nacionalista”. En 1945 ganó el Premio Municipal al Mejor Libro Cinematográfico; y en su afán de porteño cabal: “señaló los barrios y las calles de la comunidad, y algunos otros lugares, a los que ayudó a volverse míticos”, escribió Mario Goloboff.
En su anecdotario sobresale el haber presentado Federico García Lorca a Carlos Gardel en el Teatro Smart en noviembre de 1933, o trabajar con el futuro célebre dramaturgo Eugene O’Neill en la misma compañía de seguros de la que fueron despedidos. Tiempo asume el pluralismo, poetiza el acontecer, le da vuelo a lo sencillo y transita libre por los caminos de la vida con el lenguaje tomado del lunfardo o del idish; pues escribió: “Uno es un acto de crecer por fuera, como un rascacielos, y otro el de crecer por dentro, metafísicamente, como un alma. Uno, en suma, el hecho de ser, y otro el de llegar a ser.”
En 1957 dirigió la página literaria del diario «Amanecer»; y como dramaturgo fue autor de El teatro soy yo (1933), La dama de las comedias (En colaboración con Arturo Cerretani, 1951), El lustrador de manzanas (1957), Yrigoyen (En colaboración con Ulyses Petit de Murat, 1973). En Prosa: Exposición de la actual poesía argentina (En colaboración con Pedro Juan Vignale, 1927), Moravia, Vivian Wilde y Compañía (1953), Protagonistas (1954), Evocación de Quiroga (1970), Florencio Parravicini (1971), El becerro de oro (1973), Clara Beter y otras fatamorganas (1974), El último romance de Gardel (1975).
Guionista de películas: Proceso a la infamia (1978), Deliciosamente amoral (1969), Amorina (1961), La novia (1955), Paraíso robado (1952), Donde comienzan los pantanos (1952), La muerte camina en la lluvia (1948), Los verdes paraísos (1947), El ángel desnudo (1946), El canto del cisne (1945), Safo, historia de una pasión (1943),… y actuó en el filme Esta tierra es mía (1961). En los años por venir, la figura de Israel Zeitlin continúa su ascenso literario como bien lo destaca el historiador israelita Raanan Rein: “Es impresionante la inmensidad de los escritos de Tiempo y su labor creativa que incluía centenares de poemas, siete volúmenes de reportajes reales o imaginarios, una decena de obras teatrales, medio centenar de guiones cinematográficos, así como muchísimas notas dispersas por los diarios del mundo”.
Luego, ante la aparición del peronismo en la escena nacional, nuestro autor no dudará en apoyar sus banderas sociales y políticas, y desafiando a los intelectuales de la época vinculados a la revista Sur, contribuirá a enriquecer culturalmente al nuevo movimiento junto a Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortíz, Atilio García Mellid, Elías Castelnuovo, Nicolás Olivari, Rodolfo Puiggrós, Eduardo Astesano, Isaac Libenson, Joaquín Coca, entre otros. Es así como, en 1951 el Presidente Perón nacionaliza La Prensa, el diario conservador de la familia Gainza Paz, que pasa a ser administrado por la Confederación General del Trabajo (C.G.T) hasta el derrocamiento del gobierno peronista, del cual César Tiempo es designado director del suplemento cultural que contó con notables publicaciones de David José Kohon, Bernardo Kordon, Enrique Dickman, José Isaacson, Germán Rozenmacher, León Benarós, Julia Prilutzky Farny, Arturo Cerretani, Elías Castelnuovo, Bernardo Ezequiel Koremblit, Leonardo Castellani, Leopoldo Marechal, entre otros. Con el derrocamiento del gobierno peronista, Tiempo sufre una alevosa discriminación que coarta su libertad de trabajo y decide viajar a Bélgica entre 1961 y 1966. Mientras tanto, toma contacto con figuras de la comunidad judía y del amplio espectro político nacional a través de una frondosa correspondencia. En 1969 fue incorporado como miembro de número en la Academia Argentina del Lunfardo, y es invitado a publicar notas y comentarios en el diario La Opinión y el diario Clarín en su suplemento “Cultura y Nación”. En 1973 es designado por el tercer gobierno peronista como Director del Teatro Nacional Cervantes hasta la llegada del gobierno cívico militar de 1976 que lo echa de su puesto acusándolo de “marxista” por traducir un ensayo sobre Carlos Marx de Ernesto Seilliere, y de “pornográfico” por haber escrito su famoso poemario Versos de una… No obstante, en 1978 obtiene el Premio Sixto Pondal Ríos; y luego de fallecer su esposa, el poeta de los nombres parte a la eternidad el 24 de octubre de 1980. Su último libro Manos de obra, de aparición póstuma, intenta reconstruir el mundo literario contemporáneo, y oportunamente sus cartas serán agrupadas en el Archivo de la Biblioteca Nacional. José Judkovski expresó: “César Tiempo fue un andariego en búsqueda afiebrada de la Belleza, la Verdad y la Justicia”. Nos queda el recuerdo imperecedero de un escritor notable que supo escribir estos versos inolvidables: “¿Qué he de vender para guardar intactos/ mi corazón, mis penas y mis sueños?... A veces hasta me da vergüenza de llorar/ pensando en lo pequeña que es mi pena/ ante la enorme pena universal”.
Bibliografía
Fingueret, Manuela; “César Tiempo. El poeta de los tres nombres”. Editorial Capital Intelectual, 2014.
Goloboff, Mario; “Otra mirada sobre César Tiempo”. Contratapa, Página 12, 12-12-2020.
Rein, Raanan; Los muchachos peronista judíos, Buenos Aires, Sudamericana, 2015.
https://www.teseopress.com/hacerpatria/chapter/larga-carta-a-cesar-tiempo/
Judkovski, José; “CESAR TIEMPO: Judío, Porteño, Universal”, 24-10-2011.
http://artesanosliterarios.blogspot.com/2011/12/jose-judkovski-cesar-tiempo-judio.html