En un comunicado oficial, la cartera al mando de Agustín Rossi precisó que los efectivos de la Armada Argentina y el Ejército Argentino se dedicaron solamente, por instrucciones del ministro de Defensa, a ocupar la fracción no intrusada del terreno perteneciente a la Armada Argentina.
Siguiendo esas indicaciones, el personal de las Fuerzas Armadas actuó sin portar armas, con la única finalidad de que la toma de tierras que afectaba al 20% de un terreno de jurisdicción militar no se extendiese.
En estricto cumplimiento de lo expresado por las leyes de Defensa Nacional y de Seguridad Interior, los efectivos de las Fuerzas Armadas no tuvieron ningún tipo de contacto con los intrusos ni participaron de tareas de desalojo de las tierras.
Esas tierras no sólo tenían como destino parcial el plan PROCREAR sino que la mayor parte es de estricto uso militar y está destinado a campo de adiestramiento de personal perteneciente a la Infantería de Marina.
En este sentido reafirma la cartera que, si bien la intrusión en la localidad de Río Gallegos afectó a muchos terrenos, el personal de las Fuerzas Armadas se dedicó a custodiar exclusivamente el de la Armada Argentina.